Con una duración de poco más de tres horas, dedicación y devoción, artesanos del municipio de Atempan realizaron el retablo de la Puerta del Perdón de la Catedral de Puebla, con motivo de la celebración de la XXXII Procesión de Viernes Santo que se llevará a cabo el próximo 29 de marzo.
La flor de chimal o cucharilla, que en realidad son las pencas de un pequeño maguey llamado dasylirion acrotrichum, es uno de los elementos más importantes de esta creación, puesto que cada una de las piezas se teje de manera que formen figuras en un marco que servirá de respaldo a la imagen del Cristo de la Expiración, la imagen que encabeza la peregrinación.
En entrevista con El Sol de Puebla, Bernardino Hernández Velázquez, artesano encargado de realizar el retablo, comentó que la planta tarda en crecer alrededor de 40 años y se elige debido a que dura entre 15 y 20 días. Con esta realiza estrellas, las cuales se colocan en el muro.
Señaló que desde hace 10 años se dedica a la creación de arcos y murales en las iglesias, pues es fiel creyente y considera que esta manera es una forma de mostrar su amor y gratitud hacia Dios. Este es el segundo año que elabora la portada de la Puerta del Perdón de la Catedral, ubicada en el Centro Histórico de Puebla.
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¿Cómo se realiza?
De acuerdo con Bernardino, el principal arquero, este laborioso mural tiene una inversión de 50 mil pesos, mide aproximadamente siete metros de largo por cuatro metros de ancho. Para poder adornarlo se necesita una base de madera, flor de cucharilla y bejuco que es una planta guiadora.
El diseño es elegido por él y con ayuda de 10 personas elabora todo el marco que tiene 40 estrellas hechas de cabezales de la flor de chimel, mismas que son el principal atractivo por su forma y tamaño.
“Lo hago por devoción a nuestro señor Jesucristo, por eso vine. Esto es como si fuera un plano (el diseño), solo que ahí uno lo tiene que ver en el papel, pero aquí (en el retablo) sale de la cabeza”, expresó.
Para finalizar, compartió que fue su padre quien le enseñó este oficio, por lo que ahora él ha instruido a sus hijos para que continúen con esta ocupación y que no se pierda, pues refirió que es una labor “muy bonita” y tradicional del municipio de Atempan, ubicado en la Sierra Norte de Puebla.