Espontánea, sensible, talentosa y de belleza natural, Patty Jiménez es una joven poblana que a sus escasos 18 años está dando pasos firmes en el mundo de la música.
Es poseedora de una voz acústicamente poderosa, de timbre rotundo, capaz de alcanzar ornamentos vocales complicados y expresar profundamente sus emociones.
El gusto por la música le viene por parte de su familia materna, pues asegura que todos cantan cuando se reúnen para convivir. Y lo hacen muy bien.
Además de sus papás, Salvador y Patricia, y su hermano Chava, quienes son su pilar, su tía Martha Angélica Morales ha sido su gran apoyo y mentora; le ha ayudado en interpretación y representación.
Ella fue quien, como regalo de 15 años, le financió su primer video realizado en la Laguna de Alchichica, en la cuenca Libres-Oriental, de la canción “Diamonds”, de Rihanna, que hoy cuenta con casi tres mil visualizaciones en Youtube y en el que se denota no solo la potencia de su voz, sino su cautivadora presencia.
Sabe que como artista está expuesta a muchas personas y por ello ha decidido promover las bellezas naturales y tradiciones de nuestro país a través de sus videos.
A pesar de tener voz mezzosoprano, desde los 11 años tomó clases de canto porque para ella el estudio significa superación. “Una persona que se prepara es capaz de enfrentarse al mundo con las herramientas necesarias”, afirma. Por ello está por iniciar la carrera de Derecho, estudia piano y desde hace tres años toma clases de solfeo con el maestro Luis Fernando Cisneros, con quien ha llevado su voz a “otro nivel”, como expresa.
QUIERE SER UNA ARTISTA COMPLETA
Patty Jiménez tiene muy claro que lo suyo es la música, sobre todo “ser una artista completa”. Para ello se prepara, no solo para cantar, sino para poder ser parte de la producción de su álbum (escribir, componer, realizar arreglos, etc.), y a pesar de que ya tiene algún tema de autoría propia, aún no lo ha interpretado.
Lo que más le gusta de la música es que es universal y reúne a muchas personas; asegura que cuando vas a un concierto, no te importa a quién tienes al lado porque estás compartiendo un gusto y un sentimiento.
“Te das cuenta que no eres la única persona feliz o triste del mundo, y a pesar de tener creencias, pensamientos o ideales diferentes, al final todos sentimos igual: miedo, amor, traición”, explica.
Estos sentimientos, dice, afloran a través de una canción, un baile o una actuación, porque “el arte genera esa empatía entre las personas aunque no se conozcan”.
Para Patty cantar no solo es tener la voz “sino transmitir”. Le gustaría llegar al mayor número de personas con su trabajo, “que se sientan identificados con el arte que hago y con lo que quiero expresar”, pero sobre todo, dejar un mensaje en la persona, brindar un sentimiento de que todo va a mejorar en cualquier etapa de la vida que se encuentren, “pasar del dolor a la reconciliación contigo mismo y con los demás, que la gente sepa que todo tiene solución”.
No le tiene miedo la fama porque tiene el apoyo de su familia que la ancla a la tierra y le da seguridad interna. De su mamá heredó la sensibilidad, y de su papá la razón. Por eso tiene un equilibrio en su vida y como artista.
A los jóvenes que quieren seguir este camino les recomienda tener la motivación para crecer, estudiar y preparase, y de esta manera “hacer un trabajo limpio, con creatividad para innovar, hacer cosas que hagan la diferencia”.
Ha hecho colaboraciones con amigos. Dos de esos temas se encuentran en spotify y son “Mi motivo”, de ritmos urbanos, y “Luna Negra”, de Trap.
Gracias a las redes sociales sus videos se han visto en muchos lugares del mundo. Encuéntrala y sigue su trayectoria, anclada en muchos sueños y aspiraciones, en su canal de Youtube y Facebook: Patty JG.
