Por salud mental y necesidad, son algunos de los motivos por los que padres de familia salen a las calles acompañados de sus hijos en medio de la pandemia y -aunque la mayoría de ellos toman las medidas pertinentes- hay otros que le atribuyen a una “distracción” la falta de protección en los menores.
Pamela Flores, madre de una menor, asegura estar consciente de la situación que se vive en la entidad, pero también reconoce que, por salud mental y emocional, necesita salir con su hija al menos una vez a la semana, pues desde el inicio de la pandemia estuvieron en resguardo domiciliario por lo que, estar entre cuatro paredes durante largo tiempo, se ha convertido también en una situación inquietante.
“Salimos porque, por más que se juega en casa y hacemos diferentes actividades, llega un punto en el que ella necesita ver más cosas. Es hija única, no tiene hermanos ni primos con los que pueda jugar y tampoco es sano que ella esté tanto tiempo encerrada. Afortunadamente no ha presentado conductas agresivas o de ansiedad, pero, para evitar esto, al menos una vez a la semana salimos para que se distraiga”, comenta.
Asegura que cuando salen, solo lo hacen por una o dos horas y toman las medidas pertinentes como el uso de cubrebocas, caretas y gel antibacterial. Cuando regresan a casa asean zapatos, ropa y los productos que hayan comprado.
De manera paralela, durante el recorrido que hizo El Sol de Puebla se pudo observar que también hay algunos padres de familia que llevaban a sus hijos sin careta y cubrebocas, pese a que también son susceptibles a contraer el virus. Al cuestionarles el por qué no llevaban protección, algunos evitaron dar respuesta, otros se apresuraron a colocárselos y unos más dijeron que sí lo usan, pero justo ese día se les olvidó portarlo.
Durante el mismo ejercicio la señora Coinda comentó que no tiene con quién encargar a su pequeño, por lo que se ve obligada a salir con el menor para hacer sus actividades. Confesó que su hijo de dos años es muy inquieto y no se deja puesto el cubrebocas ni la careta y, aunque intentó colocárselo en ese momento, se pudo apreciar que por la naturaleza de los pequeños y al no estar acostumbrados a portar los accesorios, se muestran incómodos con estos.
“Cuando tenemos quién nos lo cuide, lo dejamos en casa; pero cuando no hay con quién, no podemos dejarlo. Nos han dicho muchas veces no salir de casa, pero la necesidad es grande y uno tiene que salir”, refirió.
Arely comenta que su hija Litzy, antes de la pandemia, se quedaba bajo el cuidado de su abuelita toda vez que tanto ella como su esposo tenían que salir a trabajar, pero, derivado de la pandemia cambiaron algunas situaciones dentro del hogar por lo que ahora Arely tiene que llevarse a su hija al trabajo. Aunque procura tomar las medidas necesarias para su pequeña, reconoce que siempre está latente la preocupación de contagiarse del virus.
“Mi esposo y yo tenemos que salir a trabajar, entonces, por necesidad tomamos esa decisión de que yo me la llevo al trabajo, siempre andamos las dos juntas. Aunque existe la preocupación, procuramos protegernos antes de salir y al regresar de casa”, compartió.