A unos días de cumplirse el primer mes de las campañas federales lo único que se ha percibido en la competencia electoral es la lucha por comprar el voto de las y los mexicanos. La mejor manera de palparlo es la discusión y oferta centrada en los programas sociales a favor de los ciudadanos en donde una u otra candidata han hablado de pensiones, becas y apoyos económicos, tal parece que ese es el precio del voto, seguirle dando a la gente lana a cambio de su sufragio.
Y es que en los primeros días hemos escuchado que mientras una de las alianzas y sus candidatos defienden los programas sociales vigentes dirigidos a jóvenes, discapacitados y adultos mayores, la otra fuerza opositora también ofrece programas sociales mejorados y para ello hasta propone reducir la edad de 65 a 60 años para ser beneficiario de las pensiones mensuales.
Sabedores de que gozar de servicios de salud y atención médica es prioridad para la sociedad, también hablan de fortalecer ese rubro y ahora hasta garantizan que con una credencial será muy fácil ir a un hospital privado para ser atendido y lo mejor es que el Estado pagará la consulta y tratamientos. ¡Órale! Se oye bien, pero así nos dijeron que tendríamos el mejor sistema de salud público del mundo y hoy es el rubro más vulnerable en México!
Al menos en este renglón, tal parece que la competencia está centrada en ver quién puede ofrecer más lana a través de pensiones o exhibir a quién atente con quitar esos apoyos económicos que reciben los mayores de 65 años. En términos llanos, centrar las propuestas en las pensiones y programas que entregan literalmente dinero, significa comprar el voto ¿o no?
Ojalá que aspectos fundamentales como la seguridad, la generación de empleos, el fortalecimiento de la economía y la educación, no pasen a segundo o tercer término en las campañas de las y el candidato presidenciales porque urge conocer cómo proponen van a solucionar los pendientes en áreas tan sensibles para la estabilidad nacional.
Ojalá que los abanderados que se ufanan de que serán aliados de sus candidatas y que las apoyarán desde el ámbito legislativo para concretar los cambios legales que les permitan cumplir con sus ofrecimientos, no se centran solo en eso, sino que tomen en cuenta las exigencias y demandas de sus electores deben ser la prioridad porque serán ellos quienes les darán su confianza a través del voto.
¡La competencia por el voto II!
El próximo domingo iniciarán las campañas locales y los candidatos por la gubernatura de Puebla ya se reportaron listos. Lo mismo sucede con los aspirantes a las diputaciones, a las alcaldías y regidores que ya ansían promoverse. Por el bien de la política, de la democracia y sobre todo del Estado, que la etapa que se aproxima sea de orden, respeto, tranquilidad y seguridad para todas y todos.
Más allá de los debates y apasionamientos propios de la competencia entre los diversos partidos, sus candidatos, militantes y seguidores, lo más importante es que las campañas sean la cancha para el debate y propuesta y que queden fuera las agresiones, la descalificación pero sobre todo la violencia.
Previo al inicio de las campañas ya hay un negrito en el arroz con el asesinato del candidato de Morena a la alcaldía de Acatzingo. Un ingrediente más en el ambiente es que algunos abanderados ya pidieron seguridad personal para evitar riesgos. Por el bien de la competencia, que las campañas se desarrollen en paz y calma, que no haya quienes inciten a la violencia, que no haya quienes politicen temas sensibles, que no provoquen desestabilización y generen ambientes turbios porque al final quienes pierden no son los partidos o sus candidatos, los que realmente resultarán afectados serán las y los ciudadanos.
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