Cada día está más cerca el inicio de las campañas políticas, tanto en México como en Puebla. Aunque parece un discurso trillado, ojalá que durante ese periodo haya propuestas y proyectos, que haya comparativos y contrastes, porque las agresiones, la violencia y la guerra de lodo no van a construir al país o al estado, solo van a lastimar y dividir a la sociedad.
Este 1 de marzo iniciarán las campañas presidenciales en donde hay tres candidaturas, pero en términos realistas la competencia solo se encuentra entre dos contendientes, es decir solo hay de dos sopas: Claudia o Xóchitl, Gálvez o Sheinbaum.
Y en el caso de Puebla sucederá lo mismo a finales de marzo. La competencia política-electoral estará centrada en dos actores: Armenta o Rivera, Alejandro o Eduardo, ya que la tercera opción con Fernando Morales prácticamente es imperceptible en la contienda que se avecina.
En México como en Puebla, la sociedad tiene tres necesidades básicas que nadie ha podido atender durante años por no decir sexenios. Las carestías se centran en: seguridad, empleo y salud. Claro que hay otros rubros que también son prioritarios como la educación, infraestructura y servicios, pero que pasan a segundo lugar cuando se trata de elegir las más importantes y así lo confirman las encuestas en manos de los partidos y de sus candidatos.
Si las y los abanderados saben escuchar al pueblo, como ellas y ellos se jactan, deberán centrarse en proponer soluciones a esas carencias y necesidades sociales, pero en caso contrario los veremos acusándose mutuamente, señalando el pasado de sus adversarios, responsabilizando a sus oponentes de las malas decisiones de sus partidos. Pero también veremos a sus equipos metiéndole el pie al otro, veremos guerras sucias en el terreno físico y en el virtual; acciones que en lugar de propiciar la participación ciudadana, harán lo contrario, es decir que la gente prefiera no ir a las urnas.
Por el bien de México y Puebla confiemos en que veremos campañas propositivas, con apasionamientos pero sin violencia. Que haya campañas de verdades y no de mentiras, que haya contienda de nivel y no de bajezas con vídeo o audio escándalos, ni tampoco de violencia, agresiones o balaceras.
En el caso de Puebla ya lo dijo el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina: Que sí haya competencia política, pero no echen a pelear a las y los poblanos. “Se valen los codazos, lo entiendo bien, no me espanta, pero dentro de la cancha de la política, entre los políticos y no con la ciudadanía” dijo el mandatario e incluyó a su partido y el resto de los contendientes. ¡Pues que así sea por el bien de las y los ciudadanos!
Primer audio-escándalo en Puebla
La difusión de una conversación telefónica grabada y difundida para exhibir a la supuesta protagonista, la alcaldesa de San Pedro Cholula, Paola Angón, en un momento de enojo en el que advierte que pagó 2.5 mdp al dirigente estatal del PRI, Néstor Camarillo, para amarrar su candidatura para la reelección; es un asunto bochornoso pero que no sorprende, pues para nadie es un secreto que esa práctica tristemente sucede aunque nadie se atreve a denunciarla porque es parte de las reglas no escritas de la política en México.
Los aludidos en el audio negaron la veracidad de tal grabación y el priista dijo que se trata de un material construido con la inteligencia artificial. ¿Es posible? Seguramente sí, pero también existe la posibilidad de que sea real. El punto es que como este episodio seguramente vendrán muchos durante la campaña y ahora será muy fácil echarle la culpa la IA.
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