/ miércoles 13 de mayo de 2020

De virus políticos y vacunas sociales

Todos somos culpables, pero si hubiera que repartir responsabilidades las mayores caerían sobre las clases dirigentes

René Gerónimo Favaloro

Sí. Tal cual; de virus y vacunas, tema de actualidad. Sin embargo, no hablo del SARS-CoV-2, nombre oficial de la enfermedad provocada por el nuevo virus "COVID-19" según la Organización Mundial de la Salud. Más bien me refiero a virus políticos y vacunas sociales.

Hace más de 15 años escribí que (no preciso en qué momento ni qué artículo; ubico sí que fue a raíz de la campaña presidencial de 2006) la única forma en que México se podría tener un mejor panorama sobre los gobernantes deseados seguía siendo elegir por ensayo y error.

Por lo que (para que se les quitara la comezón a muchos, escribí con ironía) sería bueno que ganara la izquierda para poder contar con parámetros medibles para elegir -en adelante- con mayor propiedad por la izquierda, la derecha o el centro.

Pero no fue así aquel entonces porque llegó Felipe Calderón Hinojosa, por el Partido Acción Nacional (PAN) a la presidencia y luego otra vez el Partido Revolucionario Institucional (PRI) con Enrique Peña Nieto.

Sin entrar en detalles por la conducta de la izquierda (Partido de la Revolución Democrática, PRD; y, Partido del Trabajo, PT) seguían en fila en tanto el país se mantenía y crecía el estado de desasosiego.

La gran mayoría estaba y está de acuerdo con el discurso, en que hay que combatir un listado temático casi interminable (que -a propósito- no es patrimonio de México, también se vive en toda América Latina), tales como: la pobreza, sistema de salud con poca dignidad social para las mayorías, segregación social, corrupción generalizada, falta de oportunidades reales con soluciones más permanentes, educación mediocre, alto costo de la energía, medio ambiente en peligro, las malas prácticas electorales, demagogia, abuso del poder, megalomanía, oportunismo mercantilista, delincuencia organizada, proliferación de la inseguridad (robos, asesinatos, secuestros…)

Frente a eso, finalmente (con toda la fuerza popular), pero con exclusión del PRD, llegó la izquierda (2018) al poder formal en la alianza de Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y PT, aunque también se les sumo el Partido Verde Ecológico.

El 1 de diciembre de este año se cumplen dos años de “la izquierda en el poder”. El discurso sigue siendo el mismo como si el PRI o el PAN estuvieran en el poder y MORENA en oposición. Aunque la vida real es todo lo contrario, sólo que la “oposición” no tiene un discurso institucional que convenza porque fueron parte de lo que hoy no se quiere (ver listado temático anterior).

Sin embargo, con “todo lo que se ha hecho” todavía no se logra extirpar el “virus” creado por el neoliberalismo porque tampoco se ha extirpado el propio transmisor del virus.

O sea, los resultados con todo lo dicho, con todas las acusaciones, con todas las acciones, con todos los nuevos programas, con todo y el paternalismo, el populismo de hoy- el pueblo sigue en la búsqueda de la vacuna social contra todo lo que le sigue afectando.

Esto me recuerda otra vez al doctor argentino René Gerónimo Favaloro, quien desarrolló el bypass coronario con empleo de vena safena, hombre sensible a los problemas sociales, que dijo: “Estoy convencido de que, a esta sociedad consumista, cegada por el mercado, la sucederá otra que se caracterizará por el hecho trascendente de que no dejará de lado la justicia social y la solidaridad.”

Con lo que va del periodo, aunque falta tener más elementos objetivos, ya hay algunos parámetros para elegir a futuro. ¿Le suena?

Todos somos culpables, pero si hubiera que repartir responsabilidades las mayores caerían sobre las clases dirigentes

René Gerónimo Favaloro

Sí. Tal cual; de virus y vacunas, tema de actualidad. Sin embargo, no hablo del SARS-CoV-2, nombre oficial de la enfermedad provocada por el nuevo virus "COVID-19" según la Organización Mundial de la Salud. Más bien me refiero a virus políticos y vacunas sociales.

Hace más de 15 años escribí que (no preciso en qué momento ni qué artículo; ubico sí que fue a raíz de la campaña presidencial de 2006) la única forma en que México se podría tener un mejor panorama sobre los gobernantes deseados seguía siendo elegir por ensayo y error.

Por lo que (para que se les quitara la comezón a muchos, escribí con ironía) sería bueno que ganara la izquierda para poder contar con parámetros medibles para elegir -en adelante- con mayor propiedad por la izquierda, la derecha o el centro.

Pero no fue así aquel entonces porque llegó Felipe Calderón Hinojosa, por el Partido Acción Nacional (PAN) a la presidencia y luego otra vez el Partido Revolucionario Institucional (PRI) con Enrique Peña Nieto.

Sin entrar en detalles por la conducta de la izquierda (Partido de la Revolución Democrática, PRD; y, Partido del Trabajo, PT) seguían en fila en tanto el país se mantenía y crecía el estado de desasosiego.

La gran mayoría estaba y está de acuerdo con el discurso, en que hay que combatir un listado temático casi interminable (que -a propósito- no es patrimonio de México, también se vive en toda América Latina), tales como: la pobreza, sistema de salud con poca dignidad social para las mayorías, segregación social, corrupción generalizada, falta de oportunidades reales con soluciones más permanentes, educación mediocre, alto costo de la energía, medio ambiente en peligro, las malas prácticas electorales, demagogia, abuso del poder, megalomanía, oportunismo mercantilista, delincuencia organizada, proliferación de la inseguridad (robos, asesinatos, secuestros…)

Frente a eso, finalmente (con toda la fuerza popular), pero con exclusión del PRD, llegó la izquierda (2018) al poder formal en la alianza de Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y PT, aunque también se les sumo el Partido Verde Ecológico.

El 1 de diciembre de este año se cumplen dos años de “la izquierda en el poder”. El discurso sigue siendo el mismo como si el PRI o el PAN estuvieran en el poder y MORENA en oposición. Aunque la vida real es todo lo contrario, sólo que la “oposición” no tiene un discurso institucional que convenza porque fueron parte de lo que hoy no se quiere (ver listado temático anterior).

Sin embargo, con “todo lo que se ha hecho” todavía no se logra extirpar el “virus” creado por el neoliberalismo porque tampoco se ha extirpado el propio transmisor del virus.

O sea, los resultados con todo lo dicho, con todas las acusaciones, con todas las acciones, con todos los nuevos programas, con todo y el paternalismo, el populismo de hoy- el pueblo sigue en la búsqueda de la vacuna social contra todo lo que le sigue afectando.

Esto me recuerda otra vez al doctor argentino René Gerónimo Favaloro, quien desarrolló el bypass coronario con empleo de vena safena, hombre sensible a los problemas sociales, que dijo: “Estoy convencido de que, a esta sociedad consumista, cegada por el mercado, la sucederá otra que se caracterizará por el hecho trascendente de que no dejará de lado la justicia social y la solidaridad.”

Con lo que va del periodo, aunque falta tener más elementos objetivos, ya hay algunos parámetros para elegir a futuro. ¿Le suena?