/ lunes 27 de mayo de 2024

Decidir

Vivimos extraviados como sociedad. La falta de educación, la limitada cultura, nuestra endeble memoria y la enorme carga de información cierta y falsa a la que esta época de inmediatez nos somete a todos, nos coloca en una seria desventaja si de tomar decisiones se trata.

¿Cómo saber qué decidir?, ¿con qué elementos se puede tomar una buena decisión?, ¿Quién habla con la verdad y quién miente?, ¿quién busca sacar a México de esta eterna inestabilidad moral, económica, ecológica, energética, hídrica y social, y quién solo busca hundirlo más?, ¿en quién se puede confiar y en quién no?, ¿quién tiene la altura para conducir este país en un momento de crisis mundial?

Responder todas estas interrogante y muchas más resulta agotador porque pensar duele, reflexionar implica cobrar conciencia de la responsabilidad que tenemos con nosotros mismos y con la colectividad, razonar significa un acto de honestidad desagradable porque nos desnuda ante la comodidad elegida y la incuestionable realidad del esfuerzo requerido.

Nos negamos a madurar como sociedad y aceptar que somos nosotros los verdaderos responsables de nuestro destino; nos resistimos a tomar las riendas de nuestras propias decisiones porque es mucho más cómodo dejar que sean otros los que se equivoquen, aunque entre todas esas pifias y saqueos, vaya de por medio nuestro futuro y el de los nuestro.

Así ha sido y ese es el papel que hemos jugado en las últimas 4 generaciones, dejar que otros decidan porque es más fácil escupir culpas que asumir responsabilidades. El dilema histórico es que estamos en un punto de nación estratégico, en el que nuestra confianza está diezmada, nuestra voluntad adormecida, nuestra memoria casi perdida y nuestra atención sometida.

Llegamos sin duda al punto de inflexión de México y evadir, ya no puede ser una opción. Estamos llamados a tomar la gran decisión que por tantos años hemos postergado.

En el fondo, todo se trata de tomar decisiones y de eso va todo esto.

Decidir implica ejercer la libertad de que gozamos todos.

Decidir es discernir.

Decidir es no renunciar.

Decidir es forjar un propósito.

Decidir es aceptar una equivocación.

Decidir es celebrar un acierto.

Decidir es enseñar a los nuestros.

Decidir es comprometerse.

Decidir es madurar.

Decidir es confrontar.

Decidir es apoyar.

Decidir es exigir.

Decidir también es defender.

Decidir es ratificar.

Decidir es equivocarte.

Decidir es aprender.

Decidir te da tranquilidad.

Decidir te concede autoridad.

Decidir te brinda paz mental.

Decidir te permite seguir adelante.

Decidir significa capacidad.

Decidir denota carácter.

Decidir demuestra compromiso.

Decidir te obliga a buscar y encontrar tu mejor versión.

Decidir te lleva a abrir opciones.

Decidir te hace más honesto contigo mismo.

Decidir te empodera y de manera inevitable, nos hace mas fuertes a todos.

Decidir implica pues, dejar esa zona de confort mental, para emprender el más arduo camino de madurez y crecimiento personal y colectivo.

Decídete a usar tu derecho a decidir y a vivir con todas las consecuencias que ello pueda significar, porque de eso se trata la elección de la vida.

Vivimos extraviados como sociedad. La falta de educación, la limitada cultura, nuestra endeble memoria y la enorme carga de información cierta y falsa a la que esta época de inmediatez nos somete a todos, nos coloca en una seria desventaja si de tomar decisiones se trata.

¿Cómo saber qué decidir?, ¿con qué elementos se puede tomar una buena decisión?, ¿Quién habla con la verdad y quién miente?, ¿quién busca sacar a México de esta eterna inestabilidad moral, económica, ecológica, energética, hídrica y social, y quién solo busca hundirlo más?, ¿en quién se puede confiar y en quién no?, ¿quién tiene la altura para conducir este país en un momento de crisis mundial?

Responder todas estas interrogante y muchas más resulta agotador porque pensar duele, reflexionar implica cobrar conciencia de la responsabilidad que tenemos con nosotros mismos y con la colectividad, razonar significa un acto de honestidad desagradable porque nos desnuda ante la comodidad elegida y la incuestionable realidad del esfuerzo requerido.

Nos negamos a madurar como sociedad y aceptar que somos nosotros los verdaderos responsables de nuestro destino; nos resistimos a tomar las riendas de nuestras propias decisiones porque es mucho más cómodo dejar que sean otros los que se equivoquen, aunque entre todas esas pifias y saqueos, vaya de por medio nuestro futuro y el de los nuestro.

Así ha sido y ese es el papel que hemos jugado en las últimas 4 generaciones, dejar que otros decidan porque es más fácil escupir culpas que asumir responsabilidades. El dilema histórico es que estamos en un punto de nación estratégico, en el que nuestra confianza está diezmada, nuestra voluntad adormecida, nuestra memoria casi perdida y nuestra atención sometida.

Llegamos sin duda al punto de inflexión de México y evadir, ya no puede ser una opción. Estamos llamados a tomar la gran decisión que por tantos años hemos postergado.

En el fondo, todo se trata de tomar decisiones y de eso va todo esto.

Decidir implica ejercer la libertad de que gozamos todos.

Decidir es discernir.

Decidir es no renunciar.

Decidir es forjar un propósito.

Decidir es aceptar una equivocación.

Decidir es celebrar un acierto.

Decidir es enseñar a los nuestros.

Decidir es comprometerse.

Decidir es madurar.

Decidir es confrontar.

Decidir es apoyar.

Decidir es exigir.

Decidir también es defender.

Decidir es ratificar.

Decidir es equivocarte.

Decidir es aprender.

Decidir te da tranquilidad.

Decidir te concede autoridad.

Decidir te brinda paz mental.

Decidir te permite seguir adelante.

Decidir significa capacidad.

Decidir denota carácter.

Decidir demuestra compromiso.

Decidir te obliga a buscar y encontrar tu mejor versión.

Decidir te lleva a abrir opciones.

Decidir te hace más honesto contigo mismo.

Decidir te empodera y de manera inevitable, nos hace mas fuertes a todos.

Decidir implica pues, dejar esa zona de confort mental, para emprender el más arduo camino de madurez y crecimiento personal y colectivo.

Decídete a usar tu derecho a decidir y a vivir con todas las consecuencias que ello pueda significar, porque de eso se trata la elección de la vida.