/ jueves 10 de septiembre de 2020

¡Dudas que crecen!

El escándalo de corrupción en la Secretaría de Desarrollo Urbano del ayuntamiento de Puebla, que derivó en la destitución de 3 funcionarios de uñas largas, es un asunto que despierta más preguntas y siembra más dudas que vuelven a poner en tela de juicio a la gestión municipal y le dan más material a sus críticos.

A continuación el listado de algunas preguntas que le quitan el sueño a los entrometidos: ¿Cuál fue el motivo real que hizo que la alcaldesa Claudia Rivera cortara la cabeza de 3 funcionarios de primer nivel, incluida la de Beatriz Martínez Carreño que era la secretaria de Desarrollo Urbano, que ella misma nombró?

¿La munícipe en verdad no estaba enterada de lo que sucedía ahí? ¿La edil vio las pruebas que confirman el abuso de sus funcionarios de confianza? ¿Por qué tras la primera denuncia que ventiló el gobernador, Rivera negó la entrega de permisos irregulares?

¿Si ella sabía de la mafia de "cartel inmobiliario" porque no fue más precavida? ¿Nunca creyó que sus funcionarios fueran a caer en la seducción de la corrupción? o ¿acaso ese era el plan, que rastrearan las redes de los moches? ¿Con la destitución de los ex servidores públicos la presidenta estará tranquila y en paz? ¿Tras el escándalo mantendrá la idea de buscar la reelección?

Tras esas preguntas, seguramente los lectores tendrán otras dudas como estas: ¿Los abusivos ex funcionarios se quedaban con todas las ganancias y no las repartían? ¿Los acusados fueron tan cínicos que todos se daban cuenta de su voracidad? ¿Alguien rajó leña, los ventiló y todo se vino abajo? ¿Las cuotas de sus tranzas eran exageradas que las hacían impagables y eso motivo a que los denunciaran? ¿Se sentían dios en el poder?

Y si seguimos centrándonos en estas dudas, pues surgen más preguntas: ¿Era tanta la ambición de los “corruptos” que se cegaron, superaron sus límites y rebasaron sus facultades como denunció el gobierno estatal? ¿Es cierto que otorgaron más de mil permisos sin tener autorización para ello? ¿Cuánto obtuvieron por esos movimientos que llevaban moches de por medio? ¿Entre quienes los repartieron?

Ah, pero lo grillos seguramente tendrán más cuestionamientos como estos: ¿Habrá más cortes de cabezas? ¿Aplicarán la máxima de lo caído-caído o devolverán los recursos de permisos, licencias y multas entregadas a cambio de moches? ¿Qué pasará con los permisos entregados irregularmente, incluso aquellos que violan las normas? ¿Habrá encarcelados? ¿El departamento que presuntamente recién adquirió la ex secretaria de desarrollo urbano en Sonata con valor de $3.5 mdp lo habrá comprado con sus recursos o de dónde salió la lana? ¿Los acusados se defenderán o aceptaran la culpa sin decir pio?

Esperemos si hay respuesta para la mitad de estas dudas y ojalá se apuren porque pueden surgir más preguntas.

Ni cómo ayudarles

A los legisladores de Morena les gusta hacerle al ensarapado ahora que comenzó a hablarse de la disminución del presupuesto federal para Puebla.

De acuerdo al documento que ya ha sido difundido a la entidad camotera le bajarán al menos 5 mil mdp, pero los morenistas Alejandro Carvajal y Alejandro Armenta les cuesta trabajo aceptar esa realidad y le dan vuelta al asunto para marear al respetable y al final no aceptar el recorte.

Pitágoras no miente, las matemáticas tampoco; los números son fríos y reales. Si en el año que corre a Puebla la presupuestaron más de 94 mil mdp y para el 2021 solo le están considerando un rango de 89 mil y pico de mdp, pues hay una diferencia de 5 mil mdp. Aquí en China, y hasta en Marte seguirá siendo una disminución, entonces ¿por qué le dan vueltas?

Es fácil aceptar la baja por razones técnicas, políticas o macroeconómicas, pero es aquí en donde se verá de qué están hechas las y los legisladores poblanos. Ya veremos sus oficios de ellas y ellos. También se verá la habilidad de las gestiones y operaciones del gobierno estatal. Ya se verá si en verdad son muy muy como presumen.