/ jueves 16 de abril de 2020

En plena crisis piensan en elecciones

En medio de la crisis sanitaria y la recesión económica, resulta decepcionante que mientras a las y los mexicanos les preocupa el futuro de sus familias a corto, mediano y largo plazo; las y los políticos estén pensando en las elecciones del 2021.

Sin respetar los tiempos críticos motivados por el coronavirus, los actores de la política a la primera provocación se enfrascan en agresiones, en indirectas a sus críticos, en descalificaciones a sus adversarios. El ejemplo ya lo puso el mismísimo presidente Andrés Manuel López Obrador quien a la primera oportunidad ya se puso muy gallo y dijo que si quieren sus oponentes que se adelante la consulta de su revocación. ¡¡¡Órale!!!

La idea presidencial no es una inocentada, más bien está intencionada en sugerir que suceda tal consulta. En días recientes las encuestas reportaron la caída de 15 puntos del partido Morena en las preferencias del respetable. Los factores son diversos, pero el hecho es que el partido del presidente no arrastra buenos números y ello le complica el escenario electoral del próximo año. Por lo que consciente de ello y a fin de echarle una manita a los morenistas con su aún “alto” posicionamiento, AMLO al ir a la consulta de la revocación aparecería en las urnas, estaría en la elección y con su arrastre lograría lo imposible para muchos de sus correligionarios, es decir ayudarlos a ganar.

Esa es la jugada predecible, no hay otra razón adelantar la consulta de la revocación establecida originalmente para el 2022. De este modo vemos que aunque en la agenda de lo inmediato lo urgente es responder a la crisis sanitaria y económica, los partidos y los gobernantes tienen en la mente a las elecciones.

Lo cierto es que la falta de resultados y la inexperiencia de los gobiernos de Morena en las diferentes entidades y municipios del país, son los principales responsables de la caída en las preferencias políticas de morenismo y este resultado vuelve a confirmar que no es lo mismo ser oposición que ser gobierno, no es lo mismo criticar que ejecutar; en suma: no es lo mismo ser borracho que cantinero.

¿Y Puebla?

Y aterrizando en Puebla aquello de que en medio de la crisis de salud y económica no hay sensatez, sino polarización. Ahí está el ejemplo del ayuntamiento de Puebla contra el Gobierno del Estado y viceversa.

También ahí está otra explicación de la caída de Morena en las preferencias electorales, pues ambos gobiernos emanados de la misma fuerza política en lugar de colaborar, de trabajar coordinadamente y juntos generar mejores condiciones de progreso para los habitantes, sucede que están en medio del estira y afloja para ver quién puede más.

El pasado 23 de marzo, ya en la contingencia por el COVID-19, el gobierno de Puebla desalojó a todo el personal municipal de la capital de las instalaciones del C5 con el argumento que hubo “un convenio viciado de origen” por estar fuera de su jurisdicción. Y 22 días después vino la respuesta capitalina y se cobró con la misma moneda al solicitarle al gobierno estatal que le devuelva 3 edificios que son propiedad del ayuntamiento y que según requiere porque “necesita espacios”.

Mientras siguen en sus luchitas ambos niveles de gobierno, las y los poblanos van tomando nota y apuntan que los que dijeron que eran distintos, resultaron igual a los ya no están.

Como es costumbre, tenemos abierto el changarro las 24 horas. Si quiere compartir chismes, ocurrencias y uno que otro tip, siempre son bienvenidos en Twitter @ferabrajan1 y en fabrajan@hotmail.com

En medio de la crisis sanitaria y la recesión económica, resulta decepcionante que mientras a las y los mexicanos les preocupa el futuro de sus familias a corto, mediano y largo plazo; las y los políticos estén pensando en las elecciones del 2021.

Sin respetar los tiempos críticos motivados por el coronavirus, los actores de la política a la primera provocación se enfrascan en agresiones, en indirectas a sus críticos, en descalificaciones a sus adversarios. El ejemplo ya lo puso el mismísimo presidente Andrés Manuel López Obrador quien a la primera oportunidad ya se puso muy gallo y dijo que si quieren sus oponentes que se adelante la consulta de su revocación. ¡¡¡Órale!!!

La idea presidencial no es una inocentada, más bien está intencionada en sugerir que suceda tal consulta. En días recientes las encuestas reportaron la caída de 15 puntos del partido Morena en las preferencias del respetable. Los factores son diversos, pero el hecho es que el partido del presidente no arrastra buenos números y ello le complica el escenario electoral del próximo año. Por lo que consciente de ello y a fin de echarle una manita a los morenistas con su aún “alto” posicionamiento, AMLO al ir a la consulta de la revocación aparecería en las urnas, estaría en la elección y con su arrastre lograría lo imposible para muchos de sus correligionarios, es decir ayudarlos a ganar.

Esa es la jugada predecible, no hay otra razón adelantar la consulta de la revocación establecida originalmente para el 2022. De este modo vemos que aunque en la agenda de lo inmediato lo urgente es responder a la crisis sanitaria y económica, los partidos y los gobernantes tienen en la mente a las elecciones.

Lo cierto es que la falta de resultados y la inexperiencia de los gobiernos de Morena en las diferentes entidades y municipios del país, son los principales responsables de la caída en las preferencias políticas de morenismo y este resultado vuelve a confirmar que no es lo mismo ser oposición que ser gobierno, no es lo mismo criticar que ejecutar; en suma: no es lo mismo ser borracho que cantinero.

¿Y Puebla?

Y aterrizando en Puebla aquello de que en medio de la crisis de salud y económica no hay sensatez, sino polarización. Ahí está el ejemplo del ayuntamiento de Puebla contra el Gobierno del Estado y viceversa.

También ahí está otra explicación de la caída de Morena en las preferencias electorales, pues ambos gobiernos emanados de la misma fuerza política en lugar de colaborar, de trabajar coordinadamente y juntos generar mejores condiciones de progreso para los habitantes, sucede que están en medio del estira y afloja para ver quién puede más.

El pasado 23 de marzo, ya en la contingencia por el COVID-19, el gobierno de Puebla desalojó a todo el personal municipal de la capital de las instalaciones del C5 con el argumento que hubo “un convenio viciado de origen” por estar fuera de su jurisdicción. Y 22 días después vino la respuesta capitalina y se cobró con la misma moneda al solicitarle al gobierno estatal que le devuelva 3 edificios que son propiedad del ayuntamiento y que según requiere porque “necesita espacios”.

Mientras siguen en sus luchitas ambos niveles de gobierno, las y los poblanos van tomando nota y apuntan que los que dijeron que eran distintos, resultaron igual a los ya no están.

Como es costumbre, tenemos abierto el changarro las 24 horas. Si quiere compartir chismes, ocurrencias y uno que otro tip, siempre son bienvenidos en Twitter @ferabrajan1 y en fabrajan@hotmail.com