Nadie duda de la capacidad de Andrés Manuel López Obrador para atraer multitudes, incluso a personas y personajes de los más diversos círculos sociales y profesionales.
Sin embargo, a la comida que este miércoles sostuvo el candidato presidencial de Morena con hombres de negocios poblanos no llegó ninguno de los integrantes de la cúpula empresarial.
En efecto, los presidentes y representantes de las principales cámaras empresariales del estado, tales como el Consejo Coordinador Empresarial, Coparmex, Canacintra y Canaco no hicieron acto de presencia en el hotel seleccionado para la comilona en tierras poblanas.
Quienes sí llegaron fueron la presidenta de la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias (AMMJE), Yolanda Domínguez, y el presidente del Consejo Nacional de Organismos Empresariales (COE), César Bonilla Yunes, pero nada más.
Se entiende que, al menos en teoría, los dueños del capital en el estado tengan una mayor afinidad con los candidatos del PAN y la derecha, pero hubiese estado bien que se presentaran a escuchar, de viva voz, las propuestas que López Obrador tiene para el empresariado mexicano.
Por mera cultura general.
Pero no fueron.
Le hicieron un vacío que, pensando mal, podría tener su origen en el temor a sufrir un “jalón de orejas” por parte de los hombres de poder en Puebla.
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El rector Alfonso Esparza Ortiz hizo un nombramiento importante en la BUAP.
María Elena Ruiz Velasco funge desde ayer como directora de Administración Escolar, cargo que hasta hace unos días era desempeñado por Omar Gerardo Aguirre Ibarra.
La nueva integrante del equipo directivo de la institución no es nueva en esta tarea.
Antes de ascender al cargo titular fue subdirectora en esa misma oficina.
Ruiz Velasco, que se ha destacado por su trabajo y lealtad a la universidad, cuenta con toda la confianza del rector para encabezar un área que se sabe compleja y demandante.
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Los integrantes de la Comisión Permanente Nacional del PAN aprobaron ayer por la noche la candidatura de Eduardo Rivera Pérez a la presidencia municipal de Puebla.
El máximo órgano político del partido le dio el visto bueno al ex edil, y lo hizo por unanimidad de votos.
Con esto se formaliza la candidatura de quien irrumpió en la escena electoral en enero, cuando se pensaba que no tendría cabida en la boleta electoral, al menos a través del partido blanquiazul, por las diferencias protagonizadas en el pasado reciente con el sector más influyente del panismo local.
Con esto y la exoneración que recibió de la justicia federal el martes, Rivera Pérez solo tiene que preocuparse ahora por ganar su elección.
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El PRI dio a conocer el nombre de los tres candidatos que le faltaban para completar la lista de abanderados a diputados locales.
Como ya se sabía, estaban pendientes las designaciones en los distritos correspondientes a Huauchinango, Tlatlauquitepec y San Martín Texmelucan, por un proceso de selección que se alargó más de lo previsto.
Ayer el partido tricolor dio a conocer que ha terminado los 26 nombramientos.
Fernando López Palacios será candidato por Huauchinango.
Rosa María Nava Herrera, por Tlatlauquitepec.
Y Carlos Sánchez Romero, por Texmelucan.
Lo que llama la atención es la designación de Sánchez Romero.
Primero, por la estrecha relación con el presidente del Comité Directivo Estatal del tricolor, Jorge Estefan Chidiac.
Y segundo, porque vino a confirmar los señalamientos vertidos “en corto” por Carlos Morales desde hace unas semanas, en el sentido de que el dirigente del PRI preparaba la imposición de uno de sus amigos, en la persona de Sánchez Romero.
Precisamente el presidente municipal de Huejotzingo, de extracción priista, buscó la precandidatura a diputado federal de Morena por la designación que ya veía venir.
Tuvo razón.
