La presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Puebla, María Belinda Aguilar Díaz, debería tomar nota de lo ocurrido durante la audiencia de Esmeralda Millán el pasado miércoles para tomar cartas en el asunto y buscar eso de la justicia con perspectiva de género.
Todo lo que hay en torno a la aplicación de la justicia hacia una mujer víctima de un delito debería ser cuidado para tratar de generar las menores de las molestias, más allá del cuestionable tiempo que se lleve declarar culpable al agresor.
Esmeralda, víctima de una agresión con ácido por parte de Fidel N. en 2018, fue citada a audiencia a las 9:00 de la mañana del miércoles, pero inició con más de dos horas de retraso. Los baños de mujeres en Casa de Justicia ubicada en Cholula estaban cerrados que porque no había agua.
Y por si fuera poco el policía que estaba en ese recinto de justicia se portó muy hostil y llegó a cuestionar la peligrosidad del sujeto que atentó contra la vida de la víctima hace seis años.
Son gestos que, si bien son accesorios al tema de la aplicación de la justicia, pueden ser corregidos a futuro con la mera voluntad. ¿Acaso es pedir mucho?
*
El secretario de Educación Pública del estado durante los primeros tres años de gobierno del fallecido Miguel Barbosa, Melitón Lozano Pérez, no quiere aceptar que fue relegado por Morena de todos lados y busca sostenerse hasta de la última ramita del frondoso árbol que lidera el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Pues, ahora resulta que su esposa, Juana Marmolejo Sánchez, anunció que impugnará la candidatura de la presidenta Irene Olea Torres, quien busca reelegirse en el municipio de Izúcar de Matamoros, de donde son originarios, por una presunta imposición.
Sí, estimado lector, es una posición que obviamente querían para ellos, ella en particular, como premio de consolación después de haber salido por la puerta de atrás del gobierno, de no colarse entre los perfiles competitivos para la candidatura al gobierno, en pocas palabras, de no haber sido considerado para nada. Entonces, ahora, solo les queda esto, colgarse de Irene Olea.
La ruptura de Olea con Lozano se dio desde que Melitón estaba en la SEP. Ella lo acusó de intromisión en su gobierno y, todavía, el año pasado acusó que las protestas en su contra eran organizadas por personas allegadas a este político, a quien señaló de intentar desestabilizarla, cosa que tampoco necesitaba si su pésima administración habla por sí sola.
Pero nada le salió bien a los Lozano y ahora buscan por medios legales hacerse de algo, aunque solo parece que se hunden más.
*
Al menos tres candidatos se lanzan a la contienda con el sueño de ocupar la presidencia municipal de Huejotzingo. Roberto Solís, diputado local y exponiendo una estrategia de licencia para contender por la alianza de Morena, parece confiado en el oportunismo de llegar al poder municipal.
Sin embargo, la competencia no se queda atrás. Alberto Espinosa, con experiencia previa como presidente municipal y un respaldo ahora bajo el cobijo del PAN-PRI-PRD, se presenta como una fuerza a tener en cuenta. Su habilidad para tejer alianzas y su conocimiento del terreno político podrían ser factores determinantes en esta batalla por el liderazgo local.
Pero la trama no estaría completa sin la presencia de José Luis Torres, un personaje cuya travesía por distintas siglas partidistas refleja la volatilidad y oportunismo que a menudo caracterizan a la política. Desde Redes Sociales Progresistas hasta Movimiento Ciudadano, Torres ha buscado incansablemente su lugar en la contienda, adaptándose a los vaivenes del panorama político con la esperanza de finalmente alcanzar su objetivo.
