La elección de presidente de la república no dio ninguna sorpresa.
Andrés Manuel López Obrador se convirtió en el ganador absoluto de la contienda electoral.
Después de tres intentos y más de 15 años en franca búsqueda del cargo de elección popular más importante del país, el tabasqueño derrotó en las urnas a sus tres rivales, Ricardo Anaya Cortes y José Antonio Meade Kuribreña, que al final acabaron empatados en segundo y tercer lugar, así como Jaime Rodríguez Calderón, alias El Bronco, que poco pudo hacer ante su tardía incursión en el proceso.
Lo que sigue ahora corresponderá al nuevo presidente de México.
Hay que esperar un poco para saber con exactitud cómo quedarán conformadas las cámaras de senadores y diputados, pero parece que los candidatos de la alianza Morena-PT-PES conseguirán la mayoría, lo que dará enormes posibilidades a López Obrador de emprender en libertad los planes de gobierno que ha dispuesto para los mexicanos.
Confiemos en que la próxima administración federal no será un intento de copia de Venezuela ni parque temático al estilo Disney, en los extremos, sino un verdadero esfuerzo democrático y social para sacar al país del hoyo negro en que se encuentra.
Los mexicanos depositaron su confianza en AMLO, ahora esperan que cumpla.
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¿Qué pasó con los resultados de la elección de gobernador en Puebla?
Hasta las 9 de la noche del domingo se había desatado una guerra de encuestas de salida que culminó con la difusión que hizo Televisa de los números de Consulta Mitofsky.
Según la encuesta de Roy Campos, Luis Miguel Barbosa Huerta había ganado la contienda de gobernador por nada más y nada menos que 10 puntos porcentuales.
Eso coincidió con otras casas encuestadoras, como el BEAP poblano, que daban el triunfo al candidato de Morena.
En cambio, firmas como Meba y Mercadei decían que la ganadora había sido Martha Erika Alonso Hidalgo, por poco menos de dos puntos porcentuales.
Mitofsky y Televisa pusieron la percepción del lado del nacido en Zinacatepec al fijar una tendencia favorable de dos dígitos.
Sin embargo, pasadas las 11:30 de la noche el Conteo Rápido del INE dijo otra cosa.
Este recurso de medición le dio una ventaja de 2.1 puntos a la candidata del Frente, poniéndola por arriba de Barbosa y echando por tierra aquello que horas atrás parecían adelantar las encuestas.
La naturaleza confiable del conteo rápido cambió la percepción generalizada, que ahora tendrá que esperar a la presentación de los resultados oficiales y definitivos para declarar un ganador.
En la madrugada de hoy ya lo era Martha Erika, en el Conteo Rápido y con un escaso margen a favor.
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Un punto para destacar de la jornada electoral: la desbordada participación ciudadana.
Como nunca antes, la gran mayoría de las casillas del estado registraron una alta participación de electores.
Desde temprana hora lucieron enormes filas de gente que se encontraba lista para emitir el sufragio.
A diferencia de otros comicios, aquí no disminuyó el número de personas conforme transcurrían las horas.
Por el contrario, la gente llegó durante todo el día y en muchos casos seguía votando incluso después de las 6 de la tarde, hora oficial de cierre.
Un punto para reprobar: la violencia.
Durante la jornada electoral hubo robo de urnas -como en Xilotzingo-, disparos al aire, intimidación y hasta el homicidio de tres personas en el municipio de Chignahuapan.
Al cierre de esta edición Puebla ya había sumado 176 incidencias por la presunta comisión de electorales.
¿Orgullo?
Para nada.
Vergüenza, frustración y molestia es lo que debería de dar.
