El arranque de campaña de Luis Miguel Barbosa Huerta llamó la atención por tres anuncios concretos.
El abanderado a gobernador de Morena prometió integrar un gabinete que sea formado por hombres y mujeres en la misma proporción, 50-50 por ciento; crear la Secretaría de Igualdad Sustantiva, que va de la mano con la paridad de género en la distribución de los cargos más importantes, y rediseñar la Constitución Política del Estado de Puebla para llevar a cabo una profunda renovación de las instituciones en la entidad.
Pero a la par de eso, llamó la atención de algunos personajes y la ausencia de uno.
Barbosa, que comenzó en el Centro Expositor de la zona de Los Fuertes, fue acompañado por personajes que hasta hace unos días o semanas no le habían mostrado su apoyo o habían tendio algunas diferencias con él.
Ahí estuvieron Nancy de la Sierra Arámburo, una de sus rivales en la interna de Morena; Claudia Rivera Vivanco, presidenta municipal de Puebla, y José Juan Espinosa Torres, esposo de la otrora precandidata y presidente de la Mesa Directiva en el Congreso del Estado.
Quien no llegó y así confirmó la ruptura con el candidato fue Alejandro Armenta Mier.
Otro personaje que estuvo en el mitin y que ha venido a Puebla a apoyar a Barbosa cada vez que ha sido necesario fue la presidenta nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky.
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Tres partidos políticos sorprendieron en el arranque de las campañas por la gubernatura del estado.
PAN, PRD y Movimiento Ciudadano fueron institutos políticos completamente distintos a los poderosos y derrochadores que se mostraron en todas las campañas locales previas, desde 2010 en que Rafael Moreno Valle Rosas fue abanderado a gobernador hasta la de 2018, cuando la esposa del citado personaje, Martha Erika Alonso Hidalgo, competió por el mismo cargo de elección popular.
El comienzo de Enrique Cárdenas Sánchez, candidato común de esos tres partidos, lució sin la parafernalia a la que nos había acostumbrado el morenovallismo.
Contó con un sencillo templete y apenas mil personas reunidas en el zócalo.
Lo peor fue que tampoco tuvo la presencia de ninguno de los dirigentes nacionales de los tres partidos que lo arropan.
Ni Marko Cortés Mendoza, del PAN; ni Ángel Ávila Romero, del PRD, ni Clemente Castañeda, de MC, vinieron a Puebla para acompañar su candidato en esta intensa aventura de dos meses.
“Una mala señal”, afirmaron algunos de los asistentes al mitin del zócalo.
“Como que asumen la derrota desde el comienzo de las campañas”, concluyen.
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La nota en la apertura de campaña del candidato del PRI, Alberto Jiménez Merino, la dio el ex gobernador Mario Marín Torres.
El ex mandatario, que se hizo de mala imagen públicas tras el encarcelamiento de la escritora Lydia Cacho Ribeiro, ocurrido en diciembre de 2005, acompañó al abanderado del PRI a la junta auxiliar de Azumiatla, donde también estuvo la ex presidenta municipal de Puebla, Blanca Alcalá Ruiz.
Abordado por los reporteros, Marín se dijo tranquilo por el pasado y minimizó el escándalo aquel.
“El asunto fue juzgado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación y me exoneró”, expuso Marín, al mismo tiempo que anunció que irá a actos públicos con Jiménez Merino cada vez que el abanderado se lo pida.
