El gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta no pudo ocultar durante su conferencia mañanera del miércoles la influencia, por no decir el poder de decisión, que tiene en organismos presunta y legalmente independientes del Ejecutivo, como la Fiscalía General del Estado.
En respuesta a la pregunta de un reportero que trataba de indagar sobre la situación del fenómeno de los feminicidios en el estado, el mandatario se apresuró a revelar que el titular de la Fiscalía, Gilberto Higuera Bernal, emitiría en el transcurso del día un informe para explicar cómo se ha ido comportando ese problema social y de violencia en Puebla.
Además, expuso que la idea original era que Higuera Bernal lo acompañara en la rueda de prensa del miércoles, lo cual ya no había sido posible por cuestiones que no detalló.
Lo que llama la atención es que, a diferencia de lo que dicen las leyes y los reglamentos, quedó claro que la Fiscalía General del Estado es una extensión política y gubernamental del Poder Ejecutivo, que, para empezar, designa al titular que desea (como lo hizo con Gilberto Higuera), y después, le da las indicaciones para saber qué hacer.
No sorprende que así sea.
El paso de Procuraduría a Fiscalía le dio un estatus diferente en la ley al organismo que se encarga de la procuración de justicia, pero solo en el papel.
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Lo dicho.
La pérdida de más de cinco mil negocios en los primeros tres meses del año, reportada por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), solo es la punta del iceberg de un problema mucho mayor que mostrará el verdadero rostro una vez que pase la emergencia sanitaria derivada del coronavirus.
Anselmo Chávez Capó, especialista y catedrático de la UPAEP, advirtió que ese dato es el primer aviso de las afectaciones económicas que dejará la cuarentena, que obligó a un importante sector de la población a quedarse en casa para salvaguardar la vida y, por tanto, a bajar las cortinas de miles de pequeños negocios que no pudieron ni podrán sobrevivir ante la falta de recursos en caja.
El economista prevé que será hasta el segundo trimestre del año cuando se tenga la dimensión de empleos y negocios perdidos a causa de la pandemia, ya que durante los datos del primer trimestre solo se reflejaron los primeros días de la emergencia sanitaria y las medidas de confinamiento, correspondientes exclusivamente a marzo.
Por otra parte, ya en términos de estrategia de mercadeo empresarial, pronosticó que el sector de comercio y servicios tendrá que cambiar la forma de vender sus productos, principalmente aquellos que estaban acostumbrados a la aglomeración de gente y que tendrán que reducir su capacidad cuando llegue el momento de retomar actividades.
Toda una revolución económica a la que ha conducido el Covid-19.
