La telenovela sigue.
Genoveva Huerta Villegas ha subido este miércoles un video a redes sociales en el que anuncia que impugnará la elección de presidenta del Comité Directivo Estatal del PAN, extraoficialmente ganada por su contrincante Augusta Valentina Díaz de Rivera.
Es normal que la candidata perdedora se manifieste en contra de los resultados, acuse la presunta comisión de fraude, advierta acerca de la próxima presentación de un recurso legal en contra del proceso y pida una nueva contienda, lo que no es normal es lo que sucede del lado del Comité Ejecutivo Nacional.
Ya se había comentado en esta columna la rareza de que los integrantes de la Comisión Organizadora Electoral se quedaran callados y pública y formalmente no hubiesen anunciado los resultados de la jornada de votación del domingo.
Rara pero entendible frente al hecho de que se trata de una comisión electoral creada por Genoveva Huerta para cuidar los intereses de Genoveva Huerta.
No obstante, que el CEN de Marko Cortés Mendoza se comporte de la misma forma, ya sorprende, llama la atención y siembra suspicacias.
Leonor Popócatl, presidenta de la Comisión Organizadora Electoral, se lavó las manos con el pretexto de que tendría que ser el CEN el ente que diera a conocer los números de la votación y el que explicará la ruta por seguir en el caso –como ocurrirá—de que hubiese impugnaciones.
Y qué sucedió, pues nada.
El partido de Marko Cortés se mantiene en silencio, no reconoce el triunfo de Augusta Valentina y alimenta los ánimos de rebelión de Genoveva Huerta, su (¿antigua?) aliada.
De vuelta al video de la candidata perdedora, resulta curioso ver y escuchar sus expresiones.
Cuando menciona una por una las irregularidades que presuntamente ocurrieron durante la contienda, hasta parece que está narrando un episodio de la vida política del morenovallismo, del que fue aliada y beneficiaria.
¿Cómo dicen?
Ah, sí: “el que las hace no las consiente”.
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El presidente municipal de Puebla ha hecho un anuncio que causará polémica no solo entre los colaboradores y seguidores de la exalcaldesa Claudia Rivera Vivanco, sino entre aquellos ciudadanos que en años recientes valoraron la instalación de bolardos, ciclovías y semáforos en algunas de las colonias de la ciudad.
Eduardo Rivera Pérez dio a conocer que ha emprendido un estudio para retirar algunos, no todos, de esos instrumentos de mobiliario urbano instalados por su antecesora con el teórico fin de mejorar las condiciones de movilidad en el municipio.
La meta incluye bolardos, muchos de los cuales fueron destruidos por los automovilistas o empleados como resguardo de nuevos puestos de vendedores ambulantes, tramos de ciclovías y los 31 semáforos que fueron colocados en la recta final del trienio sobre la avenida Circunvalación, en la colonia Jardines de San Manuel.
Durante la campaña electoral lo había dicho, pero entonces no precisó cantidades ni puntos de la ciudad donde haría esta limpia, y fue severamente criticado por los seguidores de Rivera Vivanco.
Es probable que en esta ocasión pase lo mismo, aunque existan muchos ciudadanos que coincidan en la necesidad de quitar parte de ese mobiliario, que en los hechos representó más un obstáculo para la movilidad que una mejora.
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En el PRI han reaccionado de inmediato al presunto destape que hiciera el dirigente nacional de ese partido, Alejandro Moreno Cárdenas, de Eduardo Rivera Pérez, como abanderado de la alianza con el PAN y el PRD para la gubernatura de Puebla en el 2024.
El líder local, Néstor Camarillo Medina, dijo que es prematuro hablar de esos comicios, pero advirtió que su partido tiene liderazgos para competir por cualquier cargo de elección popular, incluida gubernatura.
Así, con esas palabras, dará un poco de paz a los priistas que se indignaron el sábado tras las palabras del presidente del CEN.
