Ninguno de los nueve partidos políticos con registro en el estado de Puebla saca 10 de calificación en transparencia y rendición de cuentas, pero hay de malos a malos.
PAN y PRI, a cargo de Augusta Valentina Díaz de Rivera y Néstor Camarillo Medina, respectivamente, son los que mayores esfuerzos hacen por cumplir las obligaciones que marca la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado. Los demás están prácticamente reprobados.
Compromiso por Puebla, Pacto Social de Integración, Morena, el PT, Movimiento Ciudadano y el Verde cumplen a medias. Unos más que otros, pero lo intentan, cumplir con esas obligaciones que, se supone, permiten a los ciudadanos estar al tanto de lo que hacen los partidos políticos que los representan con los recursos públicos.
El que de plano se encuentra en la cola es el Partido de la Revolución Democrática, que en lo que va del año no ha reportado el pago de salarios ni la expedición de contratos por honorarios, ningún ingreso económico ni la trayectoria de su dirigente. Tampoco ha reportado el inventario de bienes inmuebles.
El partido de Carlos Martínez Amador es el más opaco de todos, el menos transparente.
Un texto que se publica este día en El Sol de Puebla bajo la firma de la reportera Victoria Ventura expone a detalle el incumplimiento de la mayoría de los partidos políticos, y asienta, al mismo tiempo, el análisis de especialistas en torno a ello.
La conclusión es unánime: los partidos arrastran esa mala práctica por tratar de ocultarle a los ciudadanos en qué gastan los recursos públicos y los ciudadanos carecen de cultura para exigir a los partidos que informen.
Un círculo vicioso que se terminará hasta que la sociedad exija sus derechos.
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Claudia Rivera Vivanco está interesada en permanecer dentro de la actividad político-partidista del estado, y justo ahora que se ha lanzado la convocatoria para la renovación de dirigencia estatal en Morena, ha vuelto a salir a la luz pública para ser tomada en cuenta por militantes y simpatizantes del partido presidencial.
Solo así puede entenderse que lleve dos apariciones consecutivas, que pretende hacer pasar como incidentales, para declarar ante los representantes de los medios de comunicación.
Ayer fue la segunda, y como usted ya imaginará, para opinar en torno a la elección de nuevo presidente en el partido del que es militante y por el que ocupó, un periodo de gobierno atrás, la presidencia municipal de Puebla.
“Ni me descarten ni me apunten”, soltó Rivera Vivanco cuando los reporteros le preguntaron si participará como aspirante a la dirigencia de Morena.
Sin embargo, pese a no decir ni sí ni no, se describió como una mujer con cualidades para competir por ese cargo partidista y se reconoció con ventajas sobre otros aspirantes, pues subrayó que ella, a diferencia de algunos, formó parte de los fundadores de Morena en el estado y alcaldesa de la capital.
Ayer se escribió en esta columna que Rivera Vivanco sería una de las interesadas en la renovación.
Eso ha quedado claro con sus palabras.
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Después de Adán Domínguez Sánchez, ahora ha sido el presidente municipal quien le ha entrado a responder las críticas de algunos de los habitantes del centro histórico al sistema de parquímetros.
Eduardo Rivera Pérez reviró los descontentos con la misma fórmula de su colaborador: detrás de las quejas está la manipulación de los otrora colaboradores de Claudia Rivera Vivanco, comenzando por el regidor Leobardo Rodríguez Juárez y el diputado local Iván Herrera Villagómez, quienes no solo alientan las expresiones de inconformidad, sino que han abierto una oficina para recibir solicitudes de amparo en contra de ese nuevo sistema de estacionamiento en la vía pública.
Parece que los señalamientos del edil son ciertos, pues también ayer, Iván Herrera dio a conocer que hasta la fecha se han presentado 70 solicitudes de amparo por inconformidad con las multas d ellos parquímetros. Las diferencias ideológicas llevadas al terreno de la administración.
