Después de 5 años de vivir sin democracia interna plena, por fin Morena tendrá la oportunidad de reivindicarse al dar paso a la renovación de sus dirigencias estatales y posteriormente su Consejo Nacional. Y es que parece un contrasentido que el partido político más poderoso del país y que hoy es gobierno, viva cómodamente con lo que tanto criticó a otros: la ausencia de democracia.
Con la emisión de la convocatoria que da paso a la renovación de la dirigencia en agosto próximo, llega el momento en el que los morenistas camoteros tendrán la oportunidad de buscar y elegir a un liderazgo que sepa dirigir, que sepa unificar y que comience a orientar los esfuerzos del partido de cara al 2024, porque guste o no la carrera por la presidencia de México y la gubernatura de Puebla, ya inició.
En esta lógica futurista ya hay varios tiradores al cargo de dirigente de Morena en Puebla. La lista de los apuntados por el codiciado cargo es larga, pero no hay que perder de vista que lucha por la dirigencia se antoja altamente competida por los grupos y aspirantes con proyecto y que tienen en la mira hacerse de la candidatura a la gubernatura.
Mucho habrá de decirse si llega a la dirigencia Abraham Quiroz, eterno militante del partido desde sus inicios, que ya fue candidato a Casa Puebla y que hoy se ve muy cercano al senador Alejandro Armenta.
La ex alcaldesa Claudia Rivera Vivanco con su falta definición al decir que ni la apunten, ni la borren; ha dejado entrever su interés por ser la dirigente de Morena, pero sus cercanos opinan que en realidad tiene en mente “influir” en esa designación para que en su momento le sea más fácil conseguir una nominación a cargo de elección popular. Y no tendría la idea de apoyar a nadie más que a ella misma.
Desde luego que el grupo actualmente en el poder también tiene a sus alfiles por la dirigencia y ahí están anotados. Eduardo Gandur es uno de ellos, él ha ido ganando adeptos y sembrado por todos los espacios en donde pasa para más tarde cosechar. En el mismo tenor se asocia a Mario Bracamonte y Carlos Hernández, eso dicen.
Otros grupos o corrientes han anotado en la competencia a la ex regidora Rosa Márquez, al ex secretario del trabajo, Abelardo Cuellar que hoy está confrontado con el gobernador. A nombre propio se auto promueven los ex dirigentes y hoy diputados Carlos Evangelista y Edgar Garmendia.
Quien ya dijo que no va es el diputado federal Alejandro Carvajal, porque con su jale que trae en su distrito le han dicho que mejor busque la candidatura a la alcaldía en el 2024 y él muy obediente ya ha dicho que no es mala idea.
Es cuestión de semanas para que las y los morenos en Puebla comiencen con intensidad las cargadas, los pronunciamientos, las críticas y empujones, los jaloneos y hasta las mentadas; pues es así como se viven los apasionamientos en la política y más aún, si en el fondo está claro que quien llegue o logre influir en la elección del nuevo presidente de Morena, llevará mano rumbo al 2024 que está a la vuelta de la esquina.
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