/ lunes 25 de marzo de 2024

La simulación de la legalidad en las contiendas democráticas

El propósito de las elecciones en las democracias ha sido, y es, evitar los conflictos que desembocaban en guerra y muerte por el poder. Así, iniciaron en el siglo XX los modelos electorales que finalmente continúan, con avances en las leyes electorales de cada país en el mundo. Sin embargo, vale la pena hacer una reflexión en cuanto al papel que tienen los candidatos de oposición en los procesos.

Sin oposición no hay elecciones, ese es el juego electoral. Desde los Partidos políticos o con candidaturas independientes, finalmente las contiendas se llevan a cabo para que unos ganen y otros pierdan. Después, lo que se tiene que cuidar es que se respeten las reglas que todos los contendientes suscriben.

En estos procesos democráticos, además, se debe cuidar la justicia y la equidad para contender, que haya mismas condiciones para que los opositores se enfrenten en elecciones libres. Si bien la reelección se considera como opción, también puede ser motivo de codicia y hasta de locura, al grado de que se apliquen malas prácticas por retener el poder.

Es posible considerar como un caso de trampa legal en Venezuela, donde la principal líder de la oposición, María Corina Machado que está a la cabeza en las encuestas, no podrá concurrir a las elecciones presidenciales y enfrentarse a Maduro porque fue inhabilitada para postularse a cargos públicos por 15 años. Antes, el chavismo ya inhabilitó desde 2002 a más de 1.400 ciudadanos para ejercer cargos públicos (ONG Acceso a la Justicia). Hugo Chávez, un político militar que llegó a la presidencia por elección en 1998, quien promovió una nueva constitución en 1999 para llevar a cabo la revolución socialista; reelegido en 2000, con refrendo en 2004 y nuevamente presidente por reelección en 2006 y después en 2012 pero fallece el 5 de marzo de 2013. Llega así Nicolás Maduro, de forma anticonstitucional porque era el vicepresidente y su constitución lo impedía; pero el Tribunal Supremo de Justicia lo declara “presidente encargado”, refrendado en las elecciones del 14 de abril del mismo 2013.

La dirigente política venezolana María Corina Machado anunció el viernes 22 de marzo que cedió a la historiadora Corina Yoris (de 80 años) la candidatura de la oposición, de cara a las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio. ¿Qué otro giro dará el chavismo para impedir el avance de la oposición?

Otro caso es el de Rusia. Alekséi Navalny, el único opositor de peso de Putin, fundó en 2011 la ONG Fundación Anticorrupción para investigar la corrupción de funcionarios, autoridades y empresas rusas controladas por el Estado; fue envenenado en 2020, pero sobrevivió. En 2021, en YouTube, la Fundación publicó una investigación “El palacio de Putin: historia del mayor soborno” acerca del palacio que tiene Putin a orillas del mar Negro, en Gelendzhik. El 22 de marzo de 2022, fue declarado culpable por un tribunal ruso y condenado a una pena de nueve años por «fraude y desacato a tribunales rusos». El juicio fue considerado como un fraude por numerosos países. El 16 de febrero de 2024, el Servicio Federal Penitenciario de la Federación de Rusia informó de su muerte. Hasta ahora se presume envenenamiento también, o tal vez muerte por los golpes que haya sufrido como preso político. Mientras tanto, Vladimir Putin (69 años), presidente de la Federación Rusa desde 2000 y primer ministro entre 2008 y 2012 para ser elegido otra vez como presidente, anunció su triunfo en las elecciones presidenciales rusas del domingo 17 de marzo; todo en medio de la guerra contra Ucrania y las represiones en contra de los seguidores de Navalny.

¿Las elecciones del siglo XXI pudieran estar sufriendo de simulación en sus procesos? En los casos expuestos, las trampas legales esconden las verdaderas intenciones de quienes buscan perpetrarse en el poder.

El propósito de las elecciones en las democracias ha sido, y es, evitar los conflictos que desembocaban en guerra y muerte por el poder. Así, iniciaron en el siglo XX los modelos electorales que finalmente continúan, con avances en las leyes electorales de cada país en el mundo. Sin embargo, vale la pena hacer una reflexión en cuanto al papel que tienen los candidatos de oposición en los procesos.

Sin oposición no hay elecciones, ese es el juego electoral. Desde los Partidos políticos o con candidaturas independientes, finalmente las contiendas se llevan a cabo para que unos ganen y otros pierdan. Después, lo que se tiene que cuidar es que se respeten las reglas que todos los contendientes suscriben.

En estos procesos democráticos, además, se debe cuidar la justicia y la equidad para contender, que haya mismas condiciones para que los opositores se enfrenten en elecciones libres. Si bien la reelección se considera como opción, también puede ser motivo de codicia y hasta de locura, al grado de que se apliquen malas prácticas por retener el poder.

Es posible considerar como un caso de trampa legal en Venezuela, donde la principal líder de la oposición, María Corina Machado que está a la cabeza en las encuestas, no podrá concurrir a las elecciones presidenciales y enfrentarse a Maduro porque fue inhabilitada para postularse a cargos públicos por 15 años. Antes, el chavismo ya inhabilitó desde 2002 a más de 1.400 ciudadanos para ejercer cargos públicos (ONG Acceso a la Justicia). Hugo Chávez, un político militar que llegó a la presidencia por elección en 1998, quien promovió una nueva constitución en 1999 para llevar a cabo la revolución socialista; reelegido en 2000, con refrendo en 2004 y nuevamente presidente por reelección en 2006 y después en 2012 pero fallece el 5 de marzo de 2013. Llega así Nicolás Maduro, de forma anticonstitucional porque era el vicepresidente y su constitución lo impedía; pero el Tribunal Supremo de Justicia lo declara “presidente encargado”, refrendado en las elecciones del 14 de abril del mismo 2013.

La dirigente política venezolana María Corina Machado anunció el viernes 22 de marzo que cedió a la historiadora Corina Yoris (de 80 años) la candidatura de la oposición, de cara a las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio. ¿Qué otro giro dará el chavismo para impedir el avance de la oposición?

Otro caso es el de Rusia. Alekséi Navalny, el único opositor de peso de Putin, fundó en 2011 la ONG Fundación Anticorrupción para investigar la corrupción de funcionarios, autoridades y empresas rusas controladas por el Estado; fue envenenado en 2020, pero sobrevivió. En 2021, en YouTube, la Fundación publicó una investigación “El palacio de Putin: historia del mayor soborno” acerca del palacio que tiene Putin a orillas del mar Negro, en Gelendzhik. El 22 de marzo de 2022, fue declarado culpable por un tribunal ruso y condenado a una pena de nueve años por «fraude y desacato a tribunales rusos». El juicio fue considerado como un fraude por numerosos países. El 16 de febrero de 2024, el Servicio Federal Penitenciario de la Federación de Rusia informó de su muerte. Hasta ahora se presume envenenamiento también, o tal vez muerte por los golpes que haya sufrido como preso político. Mientras tanto, Vladimir Putin (69 años), presidente de la Federación Rusa desde 2000 y primer ministro entre 2008 y 2012 para ser elegido otra vez como presidente, anunció su triunfo en las elecciones presidenciales rusas del domingo 17 de marzo; todo en medio de la guerra contra Ucrania y las represiones en contra de los seguidores de Navalny.

¿Las elecciones del siglo XXI pudieran estar sufriendo de simulación en sus procesos? En los casos expuestos, las trampas legales esconden las verdaderas intenciones de quienes buscan perpetrarse en el poder.