Diferencias de campaña I
En el primer mes de campaña rumbo a Casa Puebla las diferencias y estilos han quedado definidos. Mientras Enrique Cárdenas no ha podido cuajar el apoyo del panismo, perredismo y demás; Miguel Barbosa ha seguido ganando adeptos por doquier y Alberto Jiménez se han ensimismado para contener al priismo y no ser abandonado el 2 de junio.
Durante los primeros 30 días las tendencias en las preferencias siguen favoreciendo al candidato de Morena, PT y PVEM. Y pese al entusiasmo y envalentonamiento que ha mostrado el ex rector de la UDLAP con su famoso “chingaos”, tales actitudes no se han traducido en puntos para su maniobra electoral.
Hasta este momento las diferencias entre uno y otro candidato no solo queda en los números de las encuestas, sino en la diversidad de temas, de propuestas y ataques. Por ejemplo el doctor Cárdenas parece no tener otro recurso que cuestionar los orígenes del patrimonio del candidato morenista. Durante el mes de campaña ese punto ha sido y sigue siendo su principal eje de crítica a su adversario, sin embargo en los hechos tampoco parece ser un elemento que haya funcionado.
De parte del candidato Miguel Barbosa más que distraerse en contraatacar, la estrategia que le ha funcionado ha sido recorrer nuevamente los municipios, realizar hasta 3 o más eventos diarios y la presentación hasta ahora de 40 propuestas. Para responder a las críticas de los otros candidatos –que en realidad solo han sido de Enrique Cárdenas- el abanderado ha dejado esa chamba a sus voceros y estrategas.
En el caso del candidato Alberto Jiménez Merino, él se ha centrado en cuidar, apapachar, procurar y contener a la militancia tricolor. El grueso de sus actos y eventos de campaña han sido con las disciplinadas y fieles bases del PRI y por eso le ha puesto más ganas en cuidar a esos 550 mil incondicionales antes de que se la vayan a piratear. Y no ha perdido tiempo el críticas a sus oponentes.
Diferencias de campaña II
En más de las diferencias en las campañas no hay que perder de vista el desempeño de sus coordinadores. Mientras algunos estrategas y operadores se han mostrado eficientes, otros han expuesto que están de adorno o simplemente desaparecieron.
Al candidato del PAN, PRD y MC le ha costado lograr la cohesión de los militantes de esos partidos. No ha cuajado en obtener su apoyo y solo les han mostrado su adhesión en fotografías con la prensa y en pronunciamientos ante cámaras y micrófonos; pero en los hechos lo siguen dejando a su suerte y nadie hace algo.
El coordinador de Cárdenas, Gabriel Hinojosa, no ha dejado ver su operación. Tampoco se ha visto que le haya logrado unir a militantes o grupos civiles suficientes para remontar en las preferencias. Si es que hay otros estrategas, pues deberían chambearle.
En el caso del candidato de Morena, PT y PVEM sus coordinadores siguen repartiéndose las tareas. Mientras unos organizan giras, otros tienden nuevos puentes con líderes y grupos. Además calendarizan temas y ejes de campaña. Otros monitorean, hay quienes analizan y calculan riesgos. Manejan información mediática, además contienen y responden los ataques y no dejan pasar ninguna acusación. Ahí está la diferencia.
Finalmente los coordinadores del priista de la noche a la mañana dejaron de aparecer. El dirigente Lorenzo Rivera Sosa parece ser el más comprometido con el abanderado, pero quienes fueron presentados como las mentes maestras de la estrategia electoral, hoy ya no se ven. Aquí está la otra diferencia de campaña, parece que abandonaron el barco.
Así las cosas habrá que esperar el segundo y último mes de las campañas en donde cada candidato y sus equipos echarán toda la carne al asador, pero también deberán reforzar sus estrategias y en algunos casos cambiar “coordinadores” porque en caso contrario es mejor que dejen de hacerle al Tío Lolo.
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