/ domingo 21 de enero de 2024

Percepción e inseguridad

Se empezó a estudiar el concepto del miedo al crimen, al delito, desde la última década del siglo XX, hasta que la percepción de inseguridad como “La existencia de un sentimiento de inseguridad puede resultar peligrosa si se produce un efecto contagio a otros fenómenos sociales, como ocurre señaladamente en el caso de la inmigración” (citado por Carmina Jasso, 2021), independientemente de que se lleve a cabo el crimen. Se asocia a múltiples factores, culturales, jurídicos y políticos, y también es considerado un rasgo de las sociedades desarrolladas, asociadas al liberalismo capitalista.

La percepción de inseguridad se puede considerar un problema público porque ha producido en las personas parálisis social, inhibición para generar relaciones sociales o limitación en el esparcimiento social, transitar por ciertas carreteras, incluso dejar sus trabajos o desplazarse de sus lugares de nacimiento. Estas condiciones que vulneran la calidad de vida y que el Estado tiene el deber de atender.

Este sentimiento individual de peligro es susceptible de medición a través de encuestas, es el caso de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, que desde 2009 se realiza. Se pueden ver los resultados en 4 trimestres, su metodología considera sólo cobertura nacional urbana, en viviendas-hogares y a la población de 18 años y más. Lo que mide es la Estimación sobre victimización delictiva, Sensación de seguridad y tendencia de la delincuencia, Formas y/o medios de comunicación para enterarse del tema, Atestiguación de conductas delictivas o antisociales, Cambios en actividades y rutinas por temor al delito, Identificación de conflictos y conductas antisociales.

Los resultados contribuyen a la toma de decisiones de política pública en materia de seguridad pública, además de ofrecer los datos relevantes para conocer la realidad en este tema. Los resultados de la ENSU del último trimestre de 2023 muestran que el 59.1% de los mexicanos consideró inseguro vivir en su localidad, es decir que se ha recuperado al menos en las 75 ciudades encuestadas.

En este contexto ¿Qué representa la publicación de las mujeres wixaritari (huichol) el 16 de enero pasado que pidieron ayuda a “El Mencho” por “el cobro de piso, extorsiones, asesinatos y desapariciones los últimos 5 años, provocados por “El Rojo” líder del Cartel de Jalisco Nueva Generación? Un foco rojo se encendió.

Movidas por la desesperación y la falta de alternativas para resolver esa condición de inseguridad y violencia, con el rostro cubierto por miedo a que las busque y asesine el mismo jefe de plaza, no se dirigieron a la autoridad pública. Las regiones que no fueron encuestadas quedan pendientes de atención todavía. De hecho, las zonas rurales no fueron consideradas. Tal vez la concepción inicial de que la violencia sólo se da en las ciudades ya quedó atrás, el fenómeno de la delincuencia organizada que diversificó su catálogo de delitos en las últimas dos décadas, expandió también una de las causas de la percepción de inseguridad en el país.

Fresnillo (96.4%), Naucalpan de Juárez (91.0%), Uruapan (89.9%), Ecatepec de Morelos (88.7%), Zacatecas (87.6%) y Cuernavaca (85.7%) concentró mayor percepción de inseguridad, frente a la alcaldía Benito Juárez, Puerto Vallarta, Piedras negras, Mérida, La Paz y Los Cabos, con los menores índices. Ante estos datos, es importante distinguir la preocupación o el miedo abstracto, el miedo concreto y el miedo a la victimización. Las causas son diferentes, pero la percepción refleja en todo caso la persistencia de la violencia y la inseguridad, que tiene otra medición.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP y secretaria de Membresías. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com

Se empezó a estudiar el concepto del miedo al crimen, al delito, desde la última década del siglo XX, hasta que la percepción de inseguridad como “La existencia de un sentimiento de inseguridad puede resultar peligrosa si se produce un efecto contagio a otros fenómenos sociales, como ocurre señaladamente en el caso de la inmigración” (citado por Carmina Jasso, 2021), independientemente de que se lleve a cabo el crimen. Se asocia a múltiples factores, culturales, jurídicos y políticos, y también es considerado un rasgo de las sociedades desarrolladas, asociadas al liberalismo capitalista.

La percepción de inseguridad se puede considerar un problema público porque ha producido en las personas parálisis social, inhibición para generar relaciones sociales o limitación en el esparcimiento social, transitar por ciertas carreteras, incluso dejar sus trabajos o desplazarse de sus lugares de nacimiento. Estas condiciones que vulneran la calidad de vida y que el Estado tiene el deber de atender.

Este sentimiento individual de peligro es susceptible de medición a través de encuestas, es el caso de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, que desde 2009 se realiza. Se pueden ver los resultados en 4 trimestres, su metodología considera sólo cobertura nacional urbana, en viviendas-hogares y a la población de 18 años y más. Lo que mide es la Estimación sobre victimización delictiva, Sensación de seguridad y tendencia de la delincuencia, Formas y/o medios de comunicación para enterarse del tema, Atestiguación de conductas delictivas o antisociales, Cambios en actividades y rutinas por temor al delito, Identificación de conflictos y conductas antisociales.

Los resultados contribuyen a la toma de decisiones de política pública en materia de seguridad pública, además de ofrecer los datos relevantes para conocer la realidad en este tema. Los resultados de la ENSU del último trimestre de 2023 muestran que el 59.1% de los mexicanos consideró inseguro vivir en su localidad, es decir que se ha recuperado al menos en las 75 ciudades encuestadas.

En este contexto ¿Qué representa la publicación de las mujeres wixaritari (huichol) el 16 de enero pasado que pidieron ayuda a “El Mencho” por “el cobro de piso, extorsiones, asesinatos y desapariciones los últimos 5 años, provocados por “El Rojo” líder del Cartel de Jalisco Nueva Generación? Un foco rojo se encendió.

Movidas por la desesperación y la falta de alternativas para resolver esa condición de inseguridad y violencia, con el rostro cubierto por miedo a que las busque y asesine el mismo jefe de plaza, no se dirigieron a la autoridad pública. Las regiones que no fueron encuestadas quedan pendientes de atención todavía. De hecho, las zonas rurales no fueron consideradas. Tal vez la concepción inicial de que la violencia sólo se da en las ciudades ya quedó atrás, el fenómeno de la delincuencia organizada que diversificó su catálogo de delitos en las últimas dos décadas, expandió también una de las causas de la percepción de inseguridad en el país.

Fresnillo (96.4%), Naucalpan de Juárez (91.0%), Uruapan (89.9%), Ecatepec de Morelos (88.7%), Zacatecas (87.6%) y Cuernavaca (85.7%) concentró mayor percepción de inseguridad, frente a la alcaldía Benito Juárez, Puerto Vallarta, Piedras negras, Mérida, La Paz y Los Cabos, con los menores índices. Ante estos datos, es importante distinguir la preocupación o el miedo abstracto, el miedo concreto y el miedo a la victimización. Las causas son diferentes, pero la percepción refleja en todo caso la persistencia de la violencia y la inseguridad, que tiene otra medición.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP y secretaria de Membresías. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com