El dormitorio es mucho más que la habitación donde descansas. Es un templo de intimidad donde el relax es prioritario para desconectar del día a día. Su distribución es fundamental para conseguir un lugar cómodo, confortable y sereno, que se pueda convertir en un espacio multifuncional, donde exista un rincón como refugio personal.
Juan Pablo Naranjo, cofundador y director creativo de Tediber (www.tediber.com), asegura que una de las cosas que influyen en nuestro descanso es la organización de nuestra habitación.
“Los espacios pueden mejorar dependiendo de los elementos que lo integran, pero lo fundamental es poder encontrar la paz y la tranquilidad para poder sentirte despejado y relajado y, de esa manera, conciliar mejor el sueño”, apuntan, señalando a la filosofía del feng-shui para conseguir un descanso reparador.
EJE DE LA CAMA
Una filosofía que concentra en la colocación de la cama un eje vital para el descanso, por lo que se debe buscar un lugar armonioso. “Esto quiere decir que tenemos que colocar la cama en un lugar lo más alejado posible de puertas y ventanas o elementos exteriores que puedan molestarnos”, indica Naranjo.
Según la tradición oriental, si dormimos con la cabeza hacia el oeste nos despertaremos con más energía, y si lo hacemos hacia el este, nos levantaremos mucho más relajados. Pero también recomiendan prestar especial atención al colchón, el cual debe cambiarse cada diez años para mantener la calidad en el reposo nocturno.
La simetría en el dormitorio también será relevante a la hora de descansar. Si nuestro dormitorio tiende a ser simétrico en cuanto al mobiliario se refiere, dará equilibrio a las personas que descansan en él y será más fácil dormirse.
EN BUSCA DEL EQUILIBRIO
Para conseguir este equilibrio, es conveniente “utilizar el mobiliario del mismo tamaño y color, así como los cojines que normalmente ponemos sobre la cama para respetar el orden de la habitación”, señala Naranjo.
Además, debemos evitar sobrecargas en la decoración. Hay que procurar organizar el dormitorio antes de irnos a dormir. “Una habitación ordenada es sinónimo de una mente organizada”, explica el fundador de Tediber.
Mantener una luz cálida e indirecta justo antes de irnos a reposar es más recomendable que tener todas las luminarias encendidas.
También debemos tener en cuenta el poder de los colores, que influyen sobre nuestro bienestar. Para los expertos, los tonos pastel, como el beige, azul o arena, ayudan a conciliar el sueño de manera más fácil y conviene evitar otros agresivos como el rojo, el naranja o los amarillos intensos.
Una de las piezas que, a menudo, pasa desapercibida es la cabecera. Encontrar la más cómoda para nuestras necesidades y estilo no siempre es fácil. Decidirse por una práctica con cajones o estanterías, o por los más exóticos, o clásicos y mullidos, no solo es una cuestión decorativa, marca mucho el estilo y el espacio.