/ sábado 20 de abril de 2024

Portal Morelos, el lugar de los conquistadores y las flores | Los tiempos idos

Fue el último en construirse y es el único que tiene 25 arcos simétricos, con un diámetro de dos metros 60 centímetros cada uno

Los portales de la antigua Ciudad de los Ángeles fueron edificados durante los primero años de la fundación. Primero fue el Portal de la Audiencia (Hidalgo), luego le siguió el Portal de Mercaderes (Juárez) y el último en construirse fue el Portal de la Flores (Morelos).

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Además de alegrarle la vista a los poblanos con el colorido sin igual de diferentes flores que se comerciaban en él desde temprana hora y de acuerdo a la época, en el Portal de las Flores vivieron los conquistadores Juan de Yepes y Alonso García de Aguilar, y además, fue escenario de un desagradable momento histórico. ¡Entérate!

En el Portal Morelos vivieron Juan de Yepes, en el lado de la Juan de Palafox, y Alonso García de Aguilar, del lado de la 3 Oriente. C.a. año 1900. Foto: Lorenzo Becerril. UNAM

El centro de la metrópoli

La antigua Ciudad de los Ángeles fue trazada con un patrón reticular de calles horizontales y verticales que salían en ángulo recto de la plaza principal hacia los cuatro puntos cardinales, formando manzanas rectangulares.

La plaza principal, conocida como Plaza Mayor (Zócalo), se ubicó al centro de la metrópoli, y alrededor de ella se dispusieron los poderes civiles y religiosos, además de casas de personajes ilustres con portales.


El primer obispo de la Nueva España, fray Julián Garcés, fue quien eligió el sitio más adecuado para trazar la ciudad al poniente del río San Francisco después de que el caudal del afluente se llevará las casas de los primeros vecinos que se habían construido al oriente.

Arturo Córdova Durana, historiador analista del Archivo General Municipal (AGMP) y miembro del consejo de la crónica de Puebla, refiere que el primer corregidor de Puebla, Hernando Delgueta, quien era primo de Hernán Cortés, fue el que trazó la ciudad. Lo primero que hizo fue trazar la Plaza Mayor a cordel y a partir de sus esquinas, trazó las manzanas en sentido cardinal, de norte a sur y de oriente a poniente, en dimensiones de 200 x 100 varas cada una dividida en 8 solares.

De esta forma, la ciudad quedó delimitada, al oriente por el río de San Francisco, al poniente por la 7 Norte-Sur, hacia el sur se extendió hasta la 13 Oriente-Poniente, y al norte hasta la 20 Oriente-Poniente.

El interior del Portal Morelos a inicios del siglo XX. Foto: Puebla Antigua

Conformación de los portales

Además de su función ornamental, una de las principales funciones de los portales era el comercio debido a que sus amplios espacios y el hecho de que estuvieran techados, protegía a mercaderes y transeúntes de las inclemencias del tiempo.


Lo primero que se estableció al frente de la Plaza Mayor y hacia el norte fue el Edificio de la Audiencia, desde donde se impartía justicia. En su interior se encontraba el Cabildo, la cárcel, el corral, la alhóndiga, una capilla y el archivo de la ciudad.

Más tarde vinieron los portales que, además de embellecer el edificio, cumplían su función comercial. De lado poniente de los portales había casas habitación que el Cabildo rentaba, y del lado oriente, el edificio de la Audiencia. En un inicio se llamó Portal de la Audiencia, hoy es el Portal Hidalgo.

“El edificio de la Audiencia (Palacio Municipal) fue planeado desde un inicio con portales por lo que no hubo que robar superficie a la calle de la Audiencia (Juan de Palafox y Mendoza) que, desde la fundación de Puebla fue la principal arteria de la ciudad. Así se conformó el Portal Hidalgo que siempre ha sido el más importante porque desde aquí se ha impartido justicia”, expone Córdova.

Hacia 1689, a este portal se le reconocía como “el portal frente a la pila de agua que está en la plaza pública”. Foto: Puebla Antigua

Hacia 1533, los vecinos del lado oriente (Portal Morelos) y poniente (Portal Juárez) de la plaza, obtuvieron licencia para construir sus portales y para ello, el ayuntamiento les amplio el terreno de su propiedad por delante de sus casas 8 pies (casi cinco metros y medio). De esta manera, y de acuerdo a la antigua usanza, podrían rentar las accesorias del primer piso para sostenerse y vivir en la segunda planta.

“Cuando se repartieron los solares, los más céntricos fueron para los conquistadores. De acuerdo a las Actas de Cabildo resguardadas en el Archivo General Municipal de Puebla, en donde ahora está la catedral tenía su casa Alonso Martín Partidor. En el Portal Juárez, de lado de la 3 Poniente, Antonio González, y del lado de avenida Reforma, Hernando Delgueta. En el Portal Morelos vivían Juan de Yepes y Alonso García de Aguilar, el primero del lado de la Juan de Palafox, y el segundo del lado de la 3 Oriente”, detalla.

La primera iglesia de la antigua Ciudad de los Ángeles fue erigida a la mitad del portal poniente de la Plaza Mayor. En un inicio se llamó Portal de Mercaderes por los negocios establecidos, pero como la vida se desarrollaba en torno a la plaza y al templo, se le comenzó a llamar Portal de la Iglesia, después Portal de Libreros y Portal de Borja, en su historia más reciente, Portal Iturbide y Portal Juárez.

En 1760, el gremio de la platería erigió un obelisco dedicado a la exaltación del trono de España del rey Carlos III. En la imagen se aprecia el obelisco y atrás el Portal de la Flores. Foto: Libro las Calles de Puebla de Hugo Leicht


El último, el de las flores

La Plaza Mayor o Zócalo fue en su época el centro de la sociedad, ahí transcurría la vida pública, comercial y religiosa de los habitantes de la antigua Ciudad de los Ángeles.

En la plaza se instalaba el mercado para que la gente se abasteciera de lo necesario. Hacia 1774, los jueves y los sábados se vendían tejidos, jarcias y frutas de la región. Aquí también hubo lugar para la horca y la picota en donde eran ajusticiados los condenados por la ley, al menos hasta la segunda mitad del siglo XVIII. Además fue centro de manifestaciones y diversión porque en la plaza se ofrecía funciones de teatro y corridas de toros.

Interior del Portal Morelos cuando estaba lleno de estanquillos, en los que se vendían diversidad de productos. Año 1959. Foto: El Sol de Puebla

“Durante la época colonial la Plaza Mayor era una plancha de tierra que se usaba para tianguis. Los indígenas venían de sus poblaciones a vender sus productos. Con el tiempo tenían cajones y seguían haciendo la plaza por lo menos dos veces a la semana, hasta que el intendente Manuel de Flon quiso modernizar la ciudad y mandó a construir El Parián”, comenta el historiador.

En la parte oriente de la Plaza Mayor se colocó una fuente para que de ahí se abastecieran el gremio de aguadores y los propios de la ciudad. Dicha fuente se encontraba junto al conocido Portal de la Flores, el que estaba al oriente de la Plaza Mayor. Por eso, también fue llamado como el Portal de la Fuente en los censos de 1584-1600. Hacia finales del siglo XVII (1689) a este portal se le reconocía como “el portal frente a la pila de agua que está en la plaza pública”.

En la Plaza Mayor transcurría la vida pública, comercial y religiosa de los habitantes de la antigua Ciudad de los Ángeles. Foto: Cortesía libro Puebla en Imágenes

Cuando el Cabildo autorizó la construcción de portales lo hizo bajo la condición de que se edificaran con las mismas características arquitectónicas que los de la capital del país, y así lo hicieron los propios. De la misma forma, el Portal de la Flores recibió su nombre por uno de la ciudad de México en el que se comerciaban las flores.


“Este portal recibió ese nombre porque en él se comerciaban flores y estaba cerca de la fuente original que tuvo la Angelópolis. El agua se traía del norte de la ciudad e iba a dar a esta fuente para que de ahí pudieran surtirse los habitantes y también fue canalizada para abastecer las casa principales de la ciudad”, señala.

“Era el portal donde se vendían flores porque el sol sale por el oriente y a este portal le daba todo el tiempo la sombra, así las flores no se marchitaban y duraban más tiempo. Su nombre de Portal de las Flores lo conservó durante toda la época novohispana y desde 1852 se le conoce como Portal Morelos”, agrega.

El Portal Morelos fue el último en construirse en el siglo XVI y es el único de los tres portales que tiene 25 arcos simétricos con un diámetro de 2 metros 60 centímetros cada uno.


Aspecto del Portal Morelos durante la primera mitad del siglo XX. Foto: Cortesía Archivo General Municipal de Puebla

Una costumbre desagradable

En la época virreinal se tenía la costumbre de exponer los cuerpos de ahogados o muertos en riñas en el portal de la Audiencia, principalmente como ejemplo para que los vecinos se comportaran adecuadamente. Esta costumbre finalizó por cuestiones higiénicas y por protestas de los vecinos para quienes era desagradable ver los cadáveres colgados, cuando México se volvió independiente.


Pero durante el Sitio de Puebla, fueron exhibidos en el Portal Morelos un buen número de cadáveres de zuavos que habían muerto en el ataque a Santa Inés en un acto desesperado por llegar al centro de la ciudad que terminó en una derrota fatal para los franceses.

“El 28 de abril de 1863, se expusieron ahí más de 60 cadáveres de zuavos que se habían muerto en Santa Inés, en la batalla del 5 de abril que fue un gran triunfo para el Ejército de Oriente que estaba defendiendo a la ciudad al mando de González Ortega”, señala.

“Los franceses comandados por Forey sabían que el punto débil de la ciudad era el sur, por donde está el Carmen. Llegaron a minar el muro norte de Santa Inés (calle 3 y 5 Sur, entre 7 y 9 Poniente) para destruir la barda y por ahí penetrar a la ciudad. Nunca se imaginaron que al entrar se encontrarían con infinidad de trincheras y francotiradores en las casas vecinas. Quedaron atrapados y los mexicanos mataron a todos. Como escarmiento los expusieron en el portal Morales, pero después hubo una protesta enorme”, concluye Córdova.

Una panorámica de la ciudad durante la segunda mitad del siglo XX en donde se puede apreciar el Portal Morelos, la Iglesia de la Compañía y la iglesia de San Franciscos. Foto: Puebla Antigua


Comercio y convivencia social en los portales

Los portales cumplieron su función comercial desde la fundación de la ciudad, pero también fueron un espacio para la convivencia social de los poblanos. Dependiendo de la hora, era común que el domingo se paseara por ellos para después asistir a la función de cine; durante la época que se realizó el Combate de Flores, también eran centro de reunión.

Para reordenar el comercio que giraba en torno de la Plaza Mayor en la década de los años 30 del siglo XX se construyeron estanquillos (conocidos como alacenas) a lo largo de los portales con un propósito comercial. Se vendían artesanías y dulces típicos, hasta que el comercio se comenzó a diversificar y provocó aglomeraciones.

Tres décadas después, en 1960, se llevó a cabo un proyecto de mejoramiento para transformar y embellecer el zócalo capitalino y los portales, se modernizó el alumbrado, se colocaron bancas y el piso de los portales que era de laja, se cambió por piedra. También se retiraron las alacenas y se reubicaron en el mercado de artesanías El Parián, que fue inaugurado en 1962 para conmemorar el centenario de la Batalla del 5 de Mayo.


Así luce actualmente el Portal Morelos, que se llamó Portal de las Flores hasta 1852. Foto: Iván Venegas / El Sol de Puebla


Los portales de la antigua Ciudad de los Ángeles fueron edificados durante los primero años de la fundación. Primero fue el Portal de la Audiencia (Hidalgo), luego le siguió el Portal de Mercaderes (Juárez) y el último en construirse fue el Portal de la Flores (Morelos).

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Además de alegrarle la vista a los poblanos con el colorido sin igual de diferentes flores que se comerciaban en él desde temprana hora y de acuerdo a la época, en el Portal de las Flores vivieron los conquistadores Juan de Yepes y Alonso García de Aguilar, y además, fue escenario de un desagradable momento histórico. ¡Entérate!

En el Portal Morelos vivieron Juan de Yepes, en el lado de la Juan de Palafox, y Alonso García de Aguilar, del lado de la 3 Oriente. C.a. año 1900. Foto: Lorenzo Becerril. UNAM

El centro de la metrópoli

La antigua Ciudad de los Ángeles fue trazada con un patrón reticular de calles horizontales y verticales que salían en ángulo recto de la plaza principal hacia los cuatro puntos cardinales, formando manzanas rectangulares.

La plaza principal, conocida como Plaza Mayor (Zócalo), se ubicó al centro de la metrópoli, y alrededor de ella se dispusieron los poderes civiles y religiosos, además de casas de personajes ilustres con portales.


El primer obispo de la Nueva España, fray Julián Garcés, fue quien eligió el sitio más adecuado para trazar la ciudad al poniente del río San Francisco después de que el caudal del afluente se llevará las casas de los primeros vecinos que se habían construido al oriente.

Arturo Córdova Durana, historiador analista del Archivo General Municipal (AGMP) y miembro del consejo de la crónica de Puebla, refiere que el primer corregidor de Puebla, Hernando Delgueta, quien era primo de Hernán Cortés, fue el que trazó la ciudad. Lo primero que hizo fue trazar la Plaza Mayor a cordel y a partir de sus esquinas, trazó las manzanas en sentido cardinal, de norte a sur y de oriente a poniente, en dimensiones de 200 x 100 varas cada una dividida en 8 solares.

De esta forma, la ciudad quedó delimitada, al oriente por el río de San Francisco, al poniente por la 7 Norte-Sur, hacia el sur se extendió hasta la 13 Oriente-Poniente, y al norte hasta la 20 Oriente-Poniente.

El interior del Portal Morelos a inicios del siglo XX. Foto: Puebla Antigua

Conformación de los portales

Además de su función ornamental, una de las principales funciones de los portales era el comercio debido a que sus amplios espacios y el hecho de que estuvieran techados, protegía a mercaderes y transeúntes de las inclemencias del tiempo.


Lo primero que se estableció al frente de la Plaza Mayor y hacia el norte fue el Edificio de la Audiencia, desde donde se impartía justicia. En su interior se encontraba el Cabildo, la cárcel, el corral, la alhóndiga, una capilla y el archivo de la ciudad.

Más tarde vinieron los portales que, además de embellecer el edificio, cumplían su función comercial. De lado poniente de los portales había casas habitación que el Cabildo rentaba, y del lado oriente, el edificio de la Audiencia. En un inicio se llamó Portal de la Audiencia, hoy es el Portal Hidalgo.

“El edificio de la Audiencia (Palacio Municipal) fue planeado desde un inicio con portales por lo que no hubo que robar superficie a la calle de la Audiencia (Juan de Palafox y Mendoza) que, desde la fundación de Puebla fue la principal arteria de la ciudad. Así se conformó el Portal Hidalgo que siempre ha sido el más importante porque desde aquí se ha impartido justicia”, expone Córdova.

Hacia 1689, a este portal se le reconocía como “el portal frente a la pila de agua que está en la plaza pública”. Foto: Puebla Antigua

Hacia 1533, los vecinos del lado oriente (Portal Morelos) y poniente (Portal Juárez) de la plaza, obtuvieron licencia para construir sus portales y para ello, el ayuntamiento les amplio el terreno de su propiedad por delante de sus casas 8 pies (casi cinco metros y medio). De esta manera, y de acuerdo a la antigua usanza, podrían rentar las accesorias del primer piso para sostenerse y vivir en la segunda planta.

“Cuando se repartieron los solares, los más céntricos fueron para los conquistadores. De acuerdo a las Actas de Cabildo resguardadas en el Archivo General Municipal de Puebla, en donde ahora está la catedral tenía su casa Alonso Martín Partidor. En el Portal Juárez, de lado de la 3 Poniente, Antonio González, y del lado de avenida Reforma, Hernando Delgueta. En el Portal Morelos vivían Juan de Yepes y Alonso García de Aguilar, el primero del lado de la Juan de Palafox, y el segundo del lado de la 3 Oriente”, detalla.

La primera iglesia de la antigua Ciudad de los Ángeles fue erigida a la mitad del portal poniente de la Plaza Mayor. En un inicio se llamó Portal de Mercaderes por los negocios establecidos, pero como la vida se desarrollaba en torno a la plaza y al templo, se le comenzó a llamar Portal de la Iglesia, después Portal de Libreros y Portal de Borja, en su historia más reciente, Portal Iturbide y Portal Juárez.

En 1760, el gremio de la platería erigió un obelisco dedicado a la exaltación del trono de España del rey Carlos III. En la imagen se aprecia el obelisco y atrás el Portal de la Flores. Foto: Libro las Calles de Puebla de Hugo Leicht


El último, el de las flores

La Plaza Mayor o Zócalo fue en su época el centro de la sociedad, ahí transcurría la vida pública, comercial y religiosa de los habitantes de la antigua Ciudad de los Ángeles.

En la plaza se instalaba el mercado para que la gente se abasteciera de lo necesario. Hacia 1774, los jueves y los sábados se vendían tejidos, jarcias y frutas de la región. Aquí también hubo lugar para la horca y la picota en donde eran ajusticiados los condenados por la ley, al menos hasta la segunda mitad del siglo XVIII. Además fue centro de manifestaciones y diversión porque en la plaza se ofrecía funciones de teatro y corridas de toros.

Interior del Portal Morelos cuando estaba lleno de estanquillos, en los que se vendían diversidad de productos. Año 1959. Foto: El Sol de Puebla

“Durante la época colonial la Plaza Mayor era una plancha de tierra que se usaba para tianguis. Los indígenas venían de sus poblaciones a vender sus productos. Con el tiempo tenían cajones y seguían haciendo la plaza por lo menos dos veces a la semana, hasta que el intendente Manuel de Flon quiso modernizar la ciudad y mandó a construir El Parián”, comenta el historiador.

En la parte oriente de la Plaza Mayor se colocó una fuente para que de ahí se abastecieran el gremio de aguadores y los propios de la ciudad. Dicha fuente se encontraba junto al conocido Portal de la Flores, el que estaba al oriente de la Plaza Mayor. Por eso, también fue llamado como el Portal de la Fuente en los censos de 1584-1600. Hacia finales del siglo XVII (1689) a este portal se le reconocía como “el portal frente a la pila de agua que está en la plaza pública”.

En la Plaza Mayor transcurría la vida pública, comercial y religiosa de los habitantes de la antigua Ciudad de los Ángeles. Foto: Cortesía libro Puebla en Imágenes

Cuando el Cabildo autorizó la construcción de portales lo hizo bajo la condición de que se edificaran con las mismas características arquitectónicas que los de la capital del país, y así lo hicieron los propios. De la misma forma, el Portal de la Flores recibió su nombre por uno de la ciudad de México en el que se comerciaban las flores.


“Este portal recibió ese nombre porque en él se comerciaban flores y estaba cerca de la fuente original que tuvo la Angelópolis. El agua se traía del norte de la ciudad e iba a dar a esta fuente para que de ahí pudieran surtirse los habitantes y también fue canalizada para abastecer las casa principales de la ciudad”, señala.

“Era el portal donde se vendían flores porque el sol sale por el oriente y a este portal le daba todo el tiempo la sombra, así las flores no se marchitaban y duraban más tiempo. Su nombre de Portal de las Flores lo conservó durante toda la época novohispana y desde 1852 se le conoce como Portal Morelos”, agrega.

El Portal Morelos fue el último en construirse en el siglo XVI y es el único de los tres portales que tiene 25 arcos simétricos con un diámetro de 2 metros 60 centímetros cada uno.


Aspecto del Portal Morelos durante la primera mitad del siglo XX. Foto: Cortesía Archivo General Municipal de Puebla

Una costumbre desagradable

En la época virreinal se tenía la costumbre de exponer los cuerpos de ahogados o muertos en riñas en el portal de la Audiencia, principalmente como ejemplo para que los vecinos se comportaran adecuadamente. Esta costumbre finalizó por cuestiones higiénicas y por protestas de los vecinos para quienes era desagradable ver los cadáveres colgados, cuando México se volvió independiente.


Pero durante el Sitio de Puebla, fueron exhibidos en el Portal Morelos un buen número de cadáveres de zuavos que habían muerto en el ataque a Santa Inés en un acto desesperado por llegar al centro de la ciudad que terminó en una derrota fatal para los franceses.

“El 28 de abril de 1863, se expusieron ahí más de 60 cadáveres de zuavos que se habían muerto en Santa Inés, en la batalla del 5 de abril que fue un gran triunfo para el Ejército de Oriente que estaba defendiendo a la ciudad al mando de González Ortega”, señala.

“Los franceses comandados por Forey sabían que el punto débil de la ciudad era el sur, por donde está el Carmen. Llegaron a minar el muro norte de Santa Inés (calle 3 y 5 Sur, entre 7 y 9 Poniente) para destruir la barda y por ahí penetrar a la ciudad. Nunca se imaginaron que al entrar se encontrarían con infinidad de trincheras y francotiradores en las casas vecinas. Quedaron atrapados y los mexicanos mataron a todos. Como escarmiento los expusieron en el portal Morales, pero después hubo una protesta enorme”, concluye Córdova.

Una panorámica de la ciudad durante la segunda mitad del siglo XX en donde se puede apreciar el Portal Morelos, la Iglesia de la Compañía y la iglesia de San Franciscos. Foto: Puebla Antigua


Comercio y convivencia social en los portales

Los portales cumplieron su función comercial desde la fundación de la ciudad, pero también fueron un espacio para la convivencia social de los poblanos. Dependiendo de la hora, era común que el domingo se paseara por ellos para después asistir a la función de cine; durante la época que se realizó el Combate de Flores, también eran centro de reunión.

Para reordenar el comercio que giraba en torno de la Plaza Mayor en la década de los años 30 del siglo XX se construyeron estanquillos (conocidos como alacenas) a lo largo de los portales con un propósito comercial. Se vendían artesanías y dulces típicos, hasta que el comercio se comenzó a diversificar y provocó aglomeraciones.

Tres décadas después, en 1960, se llevó a cabo un proyecto de mejoramiento para transformar y embellecer el zócalo capitalino y los portales, se modernizó el alumbrado, se colocaron bancas y el piso de los portales que era de laja, se cambió por piedra. También se retiraron las alacenas y se reubicaron en el mercado de artesanías El Parián, que fue inaugurado en 1962 para conmemorar el centenario de la Batalla del 5 de Mayo.


Así luce actualmente el Portal Morelos, que se llamó Portal de las Flores hasta 1852. Foto: Iván Venegas / El Sol de Puebla


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