En 1981, la banda inglesa “Queen” estaba en la cumbre de su carrera musical y visitó México. Ofreció dos conciertos en Puebla que quedaron grabados en la mente de muchos mexicanos, no solo por ser un espectáculo de talla mundial nunca antes visto en el país, también por el caos que se vivió.
Los seguidores de la agrupación que vinieron del interior del país acamparon en el zócalo y a las afueras del Estadio Ignacio Zaragoza, en donde, de manera desmedida y abierta, consumieron drogas y alcohol, lo que se reflejó en destrucción y robo, un botín de más de tres millones de antiguos pesos..
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Aunque los conciertos serán recordados por los angelopolitanos con emoción, euforia y como un evento sin precedentes en México, la ola de vandalismo que se abatió en la ciudad fue incontenible.
“La Reina” en Puebla
Fue en siglo XX que la música se expandió al mundo entero y en ese mismo siglo nació “Queen”, que marcó un antes y un después en la industria musical. La banda inglesa formada por Freddie Mercury, Roger Taylor, Bryan May y John Deacon, no solo innovó al fusionar distintos géneros, sonidos y ritmos, también en los escenarios, con la personalidad y prodigiosa voz de su vocalista.
“Queen” se presentó en tierra azteca en 1981 como parte de la gira en Latinoamérica “The Game Tour”, que contempló países como Argentina, Brasil y Venezuela. Pero ni México ni los mexicanos, estaban preparados para recibir un recital de tales proporciones.
La visita de los ingleses resultó un desastre, principalmente porque el país no contaba con experiencia en eventos masivos, mucho menos al tratarse de una agrupación que se brillaba alrededor del globo terráqueo, por lo que tenía millones de seguidores.
El viernes 9 de octubre, fue la primera vez que se ofreció un concierto masivo de esta envergadura en el país, en el Estadio Universitario de Monterrey, Nuevo León, cuando “Queen” se presentó ante un recinto totalmente abarrotado. El recital fue un éxito pese a que se citó a la audiencia con muchas horas de antelación y al final hubo algún herido por una rampa que se dañó.
En la capital del país el entonces jefe del departamento de la ciudad de México, Carlos Hank González, había negado el permiso del concierto por la experiencia del recital de Avándaro, diez años antes, un evento sin precedentes en la historia del rock en México en el que, además de celebrar la vida, la paz, el amor, la ecología y las artes a través del rock and roll, se dio el uso abierto de drogas y sexo, según lo informó la prensa de la época.
Sin embargo, en Puebla, alguien pensó que la presentación de la banda sería una buena forma de celebrar los 450 años de la fundación de la ciudad. Lo que fuentes extraoficiales dijeron fue que el recital representaría importantes beneficios económicos al municipio, por lo que el concierto se autorizó pese a la intranquilidad del comercio y la ciudadanía que no lo veían venir con buenos ojos.
“Ahora Puebla 450 como Londres, Tokio, Buenos Aires, Sau Paulo, Bruselas y New York, vibrará con el poder musical del súper grupo inglés Queen”, se lee en la publicidad de entonces, en donde, además, se detallan los pormenores de los conciertos y se indica el costo del boleto a “Precio Popular”, es decir, una única cuota con entrada general de 300 pesos antiguos.
Hubo dos presentaciones de la banda en Puebla que se efectuaron el sábado 17 y domingo 18 de octubre, en el Estadio Ignacio Zaragoza. La chaviza se dejó venir de Querétaro, San Luis Potosí, Hidalgo, Morelos, Tlaxcala, Veracruz, Oaxaca y ciudad de México, e invadieron las calles de la Angelópolis con sus vestimentas estilo rockero, con mezclilla, cuero, tachuelas, botas y melenas largas.
“Las calles del centro estaban llenas de rockeros que daban miedo. Para el segundo concierto ya no había boletos, pero hubo tanta desorganización que mucha gente se metió como pudo sin pagar”, asegura Adrián Huerta, quien estuvo presente en el recital.
La euforia del concierto
“Desafortunadamente no alcancé boleto pero estuve con unos amigos afuera escuchando el concierto. Las puertas de entrada eran un caos y había muchos autos con placas de Jalisco y ciudad de México, también motocicletas. Desde un día antes había mucha gente fumando marihuana y tomando alcohol. De hecho dejaron la explanada con mucha basura y botellas vacías. En los alrededores hubo robo de mercancía”, expone Eduardo Enrique López Villalobos, quien en esa época vivía a tres calles del estadio.
Un gran número de seguidores de la banda acampó en las afueras del recinto desde un día antes porque los boletos no se vendieron numerados y querían ser los primeros en entrar para estar lo más cerca posible de “Queen”.
El problema fue que su estadía, la acompañaron con el consumo de droga y alcohol, y para el primer concierto que la banda ofreció el sábado 17 de octubre, se comenzaron a caldear los ánimos porque las puertas tardaron en abrirse y se originó un enfrentamiento entre los chavos y la policía, que a duras penas pudo imponer su autoridad; hubo un saldo de 60 heridos y 9 policías lesionados.
La crónica del lunes 19 de octubre de El Sol de Puebla, narra que en la entrada hubo momentos dramáticos porque la mole humana estaba deseosa de entrar y parecía que la puerta de acceso de un momento a otro se vendría abajo. Esto además de que la chaviza le aventaba de todo a los oficiales para alejarlos de la puerta y poder entrar a la fuerza al estadio, que para las 20:30 horas ya estaba convertido en un hormiguero, pese a que muchos tuvieron que ver o escuchar desde afuera el concierto, porque hubo sobreventa de boletos.
En la entrada se recogieron más de 50 botellas de licor que los asistentes intentaron pasar y un metro cuadrado de pilas o baterías para radios y grabadoras, esto para evitar que fueran usadas como proyectiles; también fueron decomisados mariguana, pastillas, y otros objetos.
Vibraron al ritmo de rock
El momento esperado llegó cuando se escuchó la voz de Freedie Mercury: “¡Hola México!, ¡qué tal!, ¿todo bien?, ¿quieren rock?”, y la euforia se desató. Los chavos que estaban en la pista del campo deportivo comenzaron a aventar botellas, piedras, y hasta zapatos al escenario, lo que no cesó hasta el final del concierto.
Además:
“Las tenues luces del estadio Ignacio Zaragoza se apagaron. Todo quedó a oscuras. Solo se oían los latidos del corazón de más de 130 mil espectadores ávidos de escuchar al grupo pop. De pronto luces blancas que parecían rayos, empezaron a dispersarse por todos lados hasta llegar el momento esperado, ¡ahí está el grupo Queen! tocando para Puebla”, se lee en la crónica.
Los gritos de los asistentes se ahogaban ante los 150 mil watts de salida de audio y 600 mil watts de iluminación que se colocaron para el concierto. Entre palmas, gritos y saltos, los espectadores de todos los estratos sociales disfrutaron la música de los ingleses, intercambiaron expresiones y viviendo intensamente cada rola. Se observaron padres de familia con hijos pequeños, incluso mujeres con niños en brazos o embarazadas.
Todos se mantuvieron de pie las dos horas que duró el concierto, durante las cuales el cuarteto inglés interpretó una veintena de canciones como Play the Game, Somebody to Love, Rapsodia Bohemia y We are The Champions, rola con la que se despidió la banda. En ese momento, el empresario argentino que organizó la gira por Latinoamérica de “Queen”, José Rota, salió para agradecer su presencia a los espectadores y pedirles que salieran en orden.
El entonces alcalde de la ciudad, Victoriano Álvarez García, había presenciado el recital con alrededor de 30 invitados, quienes al finalizar fueron custodiados por un grupo de guaruras quienes los condujeron por una salida especial del estadio.
El edil fue abordado por Gustavo Paz Bretón, reportero de este diario, quien lo cuestionó acerca del comportamiento de la audiencia y la desorganización, a lo que al alcalde respondió: “El público poblano está preparado para este tipo de espectáculos y lo demostró con su comportamiento ordenado, ya que poco fue el desorden”. Asimismo, aseguró no haber visto personas consumiendo estupefacientes y alcohol. A la pregunta de cuáles serían los beneficios económicos para la comuna por el permiso para la presentación de “Queen”, presumió que serían alrededor de un millón de pesos antiguos.
Vandalismo y robo
Pese a las declaraciones hechas por el alcalde, fue un hecho que durante los dos días de recital hubo, abiertamente, exceso en el consumo de alcohol y drogas por parte de los seguidores de la banda, lo que se reflejó en vandalismo, destrucción y robo en la ciudad.
Fueron los seguidores de la agrupación los que con su conducta le pusieron un sello negativo al evento, refiere la publicación de este diario, que también detalla, que la mayoría de ellos venían de fuera y eran adictos a drogas como mariguana, pastillas calmantes y estimulantes, pero también cemento o pegamento a base de thinner.
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Ese fin de semana y debido a la presencia masiva de jóvenes de diferentes partes del país, se registraron hechos como robo de autos, asaltos a comercios, daños en propiedad ajena y riñas. La policía estatal reportó 91 detenidos entre los que había intoxicados con drogas y alcohol, quienes fueron puestos a disposición de un juez calificador; pero también escandalosos y asaltantes que fueron enviados a la cárcel municipal.
“Mientras cerca de 300 sujetos bajo los influjos de las drogas saquearon negocios del centro de la ciudad, logrando botines superiores en conjunto a los tres millones de pesos, el césped del zócalo y otros sitios sufrió graves daños (donde acamparon los seguidores), además de que Puebla perdió durante dos días su angelical hospitalidad. Todo esto fue el resultado de la concentración de la chaviza en dos días”, dice la nota, que también refiere, que fueron varias toneladas de basura las que recogieron los barrenderos.
Los enfrentamientos entre los elementos policíacos y los fanáticos fueron nada comparado con el desorden que se suscitó en la Angelópolis después del segundo concierto, el del domingo 18 de octubre.
Como era lógico, después del recital toda la chaviza que había venido en autobús quería regresar a su lugar de origen, por lo que se trasladaron a las principales terminales de la ciudad: ADO, AU, Estrella Roja y Sorianos, cuyos representantes realizaron una llamada desesperada de auxilio a la policía, porque al no encontrar corrida o autobús para regresar a su destino, los chavos comenzaron a vandalizar.
Un numeroso grupo de elementos policíacos fue distribuido en las diferentes terminales de autobuses. Los oficiales que se dirigieron a la terminal de AU, entraron por el patio en donde se percataron que la unidad 446 era destrozada por un grupo de 38 jóvenes a quienes el conductor, Manuel Cadena Carreto, trataba de detener inútilmente.
Habían destrozado los controles de la unidad, los asientos, los cristales y causaron destrozos en el edificio. Los elementos llevaron a la inspección de policía a los jóvenes que fueron fichados y llevados a la cárcel municipal acusados de daño en propiedad ajena por la cantidad de 150 mil pesos.
La Policía Federal de Caminos detuvo a 12 jóvenes en la caseta de peaje de San Martín Texmelucan. Iban bajo los influjos de la droga y el alcohol y habían robado la Combi blanca en la que se trasladaban, a José Juan Salazar Valdés.
Durante el concierto, los amantes de lo ajeno también robaron un Datsun color beige valorado en 170 mil pesos, a Enrique Quiroz Mora, quien vino de ciudad de México al recital. Otras dos unidades con un valor de 350 mil pesos también fueron reportadas como robadas. En la colonia Joaquín Colombres, José Díaz Serrano, denunció el robo de su camión de volteo con valor de 800 mil pesos.
Durante la noche, o madrugada del lunes, hubo varios atracos en diferentes puntos de la ciudad. La recién inaugurada tienda Maneco internacional había sido saqueada, robaron máquinas de escribir, calculadores y aparatos eléctricos por un monto de 250 mil pesos. En los Portales, cerca de 200 jóvenes vaciaron el negocio Cesanne del comerciante Ángel Negrete Ramoneda, los daños fueron valorados en un millón de pesos. De la Farmacia Nieto de Plaza Dorada, ubicada en el local 40, se llevaron 12 mil pesos en efectivo y 23 mil en mercancía. La panadería San Miguel, de la 2 Poniente 1509 y, la panadería Colón, de la 3 Poniente y 9 Sur, fueron asaltadas por un sujeto greñudo que se llevó lo de la venta del fin de semana.
El chofer de la línea Analco-La Junta, Ignacio Meléndez Pineda, fue asaltado en el 7 Sur y 3 Poniente, por un grupo de 30 melenudos que después de amagarlo, le quitaron 3 mil pesos.
En las afueras del estadio se encontraban elementos de la Cruz Roja y de Rescate y Primeros. Eran cerca de 100 voluntarios los que estuvieron prestando su servicio. El sábado atendieron a 38 personas por golpes y efectos de alcohol o drogas, mientras que el domingo, fueron atendidas 25 personas que se encontraban excesivamente ebrias.
Los conciertos de la banda inglesa “Queen” en Puebla, serán recordados por los angelopolitanos con emoción, euforia y como un evento inigualable, pero la ola de vandalismo que se abatió en la ciudad fue incontenible.
Después de 54 años de haberse formado “Queen”, en 1970, y de que perdiera a su líder, Freddie Mercury, la agrupación sigue vigente.