Para muchos las muñecas representan un símbolo de la infancia, sin embargo, en el cine y en la vida real se ha creado una visión distinta de estos objetos, tal es el caso de Emma una muñeca de porcelana que está elaborada con dientes y cabellos reales que actualmente habita aquí, en Puebla capital.
Esta singular muñeca está inspirada en Emma, una pequeña de 3 años de edad que murió en 1897, la primogénita de un matrimonio del Estado de México que sufrió una repentina muerte de cuna, pues de acuerdo a lo declarado en diversos reportajes por su custodio, Domenikos Ruíz Muñoz, tras recibir su merienda, su madre le acostó y jamás despertó.
Debido a que la familia no se resignaba a su muerte dispusieron darle una nueva vida, así que ese mismo año sus padres decidieron inmortalizarla a través de esta muñeca de porcelana, a la que le injertaron los auténticos dientes de leche de esta pequeña y también le fue confeccionado el cabello con un mechón de Emma.
Y es que, a decir de Ríos Muñoz, las máscaras mortuorias eran una práctica común entre las familias adineradas del siglo XIX, sobre todo en Europa, ya que era una forma de honrar a los difuntos y mitigar la pena causada por la pérdida.
Por tal motivo, se elaboró la máscara mortuoria de Emma al momento de su muerte para ser enviada, junto con los elementos mencionados, a Alemania, país donde se fabricó este juguete de porcelana en 1897.
Es importante mencionar que el caso de Emma hace referencia a una de las prácticas de necrografía más excéntricas que existían, pues según los historiadores, cuando un pequeño se encontraba en la etapa final de su vida se le tomaba el molde y se mandaba a hacer un muñeco; este juguete pasaba a reemplazar al niño fallecido y era tratado como tal.
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LA TRATABAN COMO A UNA NIÑA
Según los relatos de su custodio, la familia de esta niña trataba a la muñeca como una persona viva, incluso realizaban todas sus costumbres, pues le llevaban a pasear, le contaban cuentos, le daban de comer, la acostaban a la hora que debía de dormir y hasta clases de piano recibía, es decir, todo lo que su propia hija podía recibir en vida.
La muñeca de Emma tiene un mecanismo que le permite cerrar los ojos y también llorar, además de que porta la ropa auténtica de la niña y en la espalda tiene inscrita su esquela, con sus fechas de su nacimiento y muerte, las causas de su fallecimiento, el nombre de su madre y el lugar donde esta figura fue fabricada.
PERMANECE EN UN MUSEO DE PUEBLA
Este año Emma cumplió 127 años y desde hace 15 su hogar es el Museo de la Bicicleta Antigua y el Objeto, donde la podrás encontrar permanentemente acompañada de las fotografías de sus padres y su juguete favorito.
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Este lugar, que es administrado por Domenikos Ruíz Muñoz, se ubica en calle Libertad, privada Miguel Hidalgo número 6 de la colonia Benito Juárez, en la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacan, en Puebla.