Los hábitos de sueño en la población mexicana han empeorado durante los últimos 50 años, pasando de un promedio de descanso de entre ocho a nueve horas hasta menos de siete horas, expuso la médica y especialista en Sueño, Elisa Sacal, quien también es cofundadora de la Academia Mexicana de Medicina del Estilo de Vida.
Durante el segundo día de actividades de la segunda edición del Festival de las Ideas (FID) 2023, la galena mexicana expuso este viernes que más de un tercio de las personas adultas en el país no duermen entre siete y nueve horas, tal como es recomendado por especialistas a nivel mundial. Señaló que el último dato fue medido en 2013, sin embargo, se espera que la pandemia de Covid-19 haya agudizado en gran medida estos parámetros.
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Calificó que uno de los principales obstáculos que se contraponen a la buena calidad del sueño son precisamente los efectos de la luz artificial.
Aunado a ello, subrayó que muchas veces la falta de sueño es igualmente propiciada por la idiosincrasia, pues en muchas ocasiones se cree que el descanso es sinónimo de pereza o improductividad. No obstante, esto es una idea equivocada, enfatizó Sacal.
Comentó que el creador de la luz artificial, Thomas Alva Edison, fue, inconscientemente, el precursor de una “pandemia silenciosa”, debido a que la alta exposición a ese tipo de luminiscencia afecta la salud, en un contexto neuronal y propiamente cerebral.
Refirió que la permanente interacción con dispositivos móviles, pantallas, lámparas, etcétera, hace que se agudicen los riesgos de padecer múltiples patologías, tal es el caso de Alzheimer o Síndrome de Párkinson.
Es por ello que mejorar los hábitos de sueño no sólo previene algunas enfermedades, sino que también mejora las condiciones de salud emocional de las personas, esto sin contar que mejora el metabolismo y acelera la producción de líquido cefalorraquídeo, que permite liberar al cerebro de toxinas.
En ese sentido, la doctora propuso algunas estrategias para modificar los ciclos de sueño.
En primer lugar, recomendó evitar ingerir alimentos durante altas horas de la noche. De forma específica, señaló que una persona no debería comer al menos tres horas antes de irse a dormir. Refirió que al hacerlo de esa manera, el organismo mantiene una temperatura más baja, acelera el metabolismo y favorece el sueño profundo.
Del mismo modo, señaló que debe eliminarse el uso del teléfono o dispositivo inteligente, al menos una hora antes de ir a la cama, pues este aparato es el que mayor daño produce por si solo. A propósito, reconoció que quizá esa sea una de las tareas más complejas de realizar, sin embargo, defendió que una buena idea para lograr ese cometido es precisamente fijarse objetivos semanales de 15 minutos, hasta llegar a una hora.
Finalmente, expuso que puede sustituirse el uso del móvil con la realización de otras actividades como leer, ordenar un espacio, tomar un baño o meditar.