Los alumnos indígenas de nivel primaria registraron porcentajes de condiciones de aprendizaje por debajo de los obtenidos por estudiantes de zonas urbanas en la Evaluación Diagnóstica de los Aprendientes del Estado de Puebla, realizado por la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Para Rodolfo Cruz Badillo, académico de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), esto se debe al contexto de pobreza y desigualdad de oportunidades en las que viven esos niños.
El informe abarcó una muestra de 39 mil 859 alumnos indígenas de seis a 12 años de edad, distribuidos en 606 escuelas de comunidades rurales de Puebla que cursan el ciclo escolar 2022-2023. Cabe mencionar que, en comparación con una muestra de alumnos de nivel primaria de zonas urbanas, los menores indígenas mostraron una diferencia promedio del 5 por ciento en los cinco rubros en las que se midieron estas condiciones.
Los cinco rubros son los siguientes: motivación y estrategias para el aprendizaje, barreras para el aprendizaje y la participación, habilidades socioemocionales, atención al cuerpo y la salud, y pensamiento filosófico y humanista. El que mostró menor porcentaje de dominio fue el primero de estos, donde resaltó que 3 de cada 10 estudiantes indígenas no muestran interés por aprender ni disfrutan hacerlo, asimismo, no tienen estrategias para aprender.
En relación a las habilidades emocionales, el 23.40 por ciento de los menores presentan dificultad para regular y modular la intensidad de sus emociones, lo que en el documento reflejó que no cuentan con actitudes y habilidades para establecer relaciones positivas consigo mismos y con sus compañeros.
En este orden, únicamente 8 de cada 10 alumnos indígenas recibe apoyo y motivación de seguir aprendiendo por parte de su familia, un factor importante, puesto que el resto carece de atención o reforzamiento emocional por parte de su entorno familiar para continuar adecuadamente su proceso académico.
Asimismo, en barreras para el aprendizaje, 2 de cada 10 alumnos aseguraron no sentirse contentos ni seguros en su escuela, ni perciben confianza o apoyo por parte del personal educativo. El 20.6 por ciento de alumnos indígenas reflejó que en sus aulas no se sienten incluidos en ambientes participativos y favorables que permitan el desarrollo de su aprendizaje. “Requieren de más apoyo por parte de sus compañeros y educadores”, precisó el documento.
Prosigue en esta lista el pensamiento filosófico y humanista, donde el 20.35 por ciento de aprendientes no reflejan valores a favor de la multiculturalidad y pensamiento crítico. “Lo que significa que presentan mayor dificultad para realizar análisis y razonamientos reflexivos sobre su realidad”, reveló el diagnóstico.
En atención al cuerpo y la salud, cuatro mil 418 estudiantes aseguraron no evitar la comida chatarra y las bebidas azucaradas, lo que reflejó que 2 de cada 10 aprendientes indígenas no cuentan con herramientas ni estrategias para tener una vida saludable, pues, aunque reconocen la importancia del cuidado individual, requieren reforzar las prácticas alimenticias saludables.
Las condiciones del aprendizaje indígena no dependen de los alumnos
Ante los bajos niveles que mantienen los alumnos indígenas de nivel primaria en las cinco condiciones de aprendizaje en comparación con el resto, el problema no se resolverá por voluntad de los alumnos, pues el contexto de pobreza y disparidad de oportunidades en las que se desenvuelven influye en estos bajos porcentajes, aseguró Rodolfo Cruz Vadillo, académico de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
“Tenemos que analizar que los estudiantes de origen indígena ya viven una desigualdad importante, los niños indígenas se desenvuelven en entornos de pobreza históricos y en sus comunidades no se han resuelto los problemas de la calidad educativa”, resaltó.
En este orden de ideas, el especialista subrayó que, aunado a lo anterior, se suman otras condiciones que desfavorecen el pleno desarrollo de aprendizaje de los menores, tales como la cobertura educativa, la lengua materna y la llegada de la pandemia por Covid-19.
“Ellos no tienen la oportunidad de decidir a qué escuela quieren acceder como los que están en la ciudad, posiblemente si solo hay una escuela pues es a la que va, aunque no tenga las condiciones, ni servicios públicos”, señaló.
Ante ello, resaltó que la falta de cobertura educativa se convierte en un problema a futuro, pues aunque exista un gran número de habitantes en alguna población indígena, no siempre cuentan con las escuelas de niveles superiores donde puedan continuar sus estudios.
Por otra parte, afirmó que la lengua materna es otro condicionante para el mejoramiento del aprendizaje de los alumnos, pues afirmó que en la gran mayoría de los casos los profesores que llegan a las comunidades indígenas no dominan al 100 por ciento la lengua materna de los estudiantes. “En Puebla tenemos una gran diversidad de lenguas, pero cuando los maestros no hablan alguna de ellas se genera un problema comunicativo y se suma a una barrera para la enseñanza”, remarcó.
Finalmente, pese a que la crisis sanitaria incrementó el rezago educativo, Cruz Vadillo enfatizó que no fue la principal causa para las cifras que arrojó el diagnóstico de la SEP. “La pandemia sí impactó, pero no se puede decir que es la razón por la que estos datos estén así, solo empeoró lo que ya de por si estaba en situación problemática, los alumnos ya estaban en una zona de vulnerabilidad”, concluyó.