Alondra, de 6 años de edad, se despertó a las 8 de la mañana y fue para la casa de su abuela. Una hora después debía tomar clases en línea para seguir el programa de estudios de primero de primaria. En su casa, la televisión por canal abierto no es una opción, porque por su residencia en el municipio de Acatzingo no están disponibles dichos canales.
Desde una pequeña mesa y sentada en un huacal, la pequeña saca su libreta para seguir las indicaciones. En una hora sólo escribió sobre sus emociones y la música que le gusta; este lunes 20 de abril no hubo nada de cuentas de matemáticas ni lecturas de comprensión.
Asimismo, la pequeña, junto con su madre, tuvieron que escuchar un discurso por más de un minuto de Esteban Moctezuma Barragán, titular de la SEP Federal, quien pidió a todos realizar los ejercicios, porque en junio –cuando se prevé el retorno a las aulas– habrá examen.
Este lunes, la alumna de primer año de primaria logró realizar las dinámicas de la TV porque su abuela tiene televisión por cable, pero se enfrenta a un problema de “tiempo”, debido a que su hermano mayor tiene que usar casi en el mismo horario la pantalla.
“No tenemos televisión de cable, tiene que usar la de su abuelita. El problema es que estudia ella y mi otro hijo también; él va en la secundaria en un horario de 8 a 9:30 am y ella a las 9am”, agregó su madre, Rosalba Limón.
La madre de Alondra es uno de tantos testimonios de tutores que tienen problemas con las clases en línea que emitió la Secretaría de Educación Pública (SEP), y que son complementarios a las tareas que dejaron los maestros.
En el primer día de clases virtual, una de las medidas implementadas por la suspensión de actividades ante el Covid-19, los padres de familia se enfrentaron a la problemática de la falta de internet, celular y hasta una televisión.
Las hermanas América y Fernanda de quinto, así como tercer año de primaria, respectivamente, no cuentan con televisión. La situación es compartida con algunos compañeros, por lo que en este caso su maestra ordenó responder libros y una nueva guía de estudios.
El material e indicaciones fueron enviados a los padres de familia por WhatsApp y para ser evaluadas tendrán que contestarlas, son más de 50 páginas. Con esfuerzos, sus padres mandarán a imprimir el material para no interrumpir la formación de las niñas.
No todos tienen la misma suerte, Vanessa de 8 años de edad, no tienen ni televisión ni internet, ni nadie cercano que la pueda ayudar por lo qué improvisa con sus libros y hojas blancas para contestar lo que está en sus libros.
Una vieja pantalla inservible y sólo un radio, son los elementos con los que cuenta para seguir sus clases: “Yo hago mis tareas en mi libreta. Mi mamá no tiene cel y no sé cuándo vamos a regresar a clases”, responde la pequeña mientras nos enseña su tarea.
¿A qué tienen derechos los niños?, le preguntan. Ella responde: a tener una familia, a la salud y la educación.
La educación que momentáneamente está trunca, pero que confía su madre, pronto va a regresar: “No tenemos internet ni celular, mi esposo es albañil y no hay mucho trabajo, con lo poquito que tenemos, tenemos que salir adelante”, agrega Martha Sorcia.
UN NUEVO CEL O PEDIR AYUDA A LOS VECINOS
Los padres de Guadalupe, de 10 años, tuvieron que comprarse un teléfono inteligente “económico” para poder seguir las tareas en casa, con los pocos datos que tiene manda algunos mensajes, pero también va a la casa de sus primos para hacer descargas de documentos que impliquen una red amplia de wifi.
“La maestra aquí sí está pendiente, revisa los ejercicios y los califica con está bien o corrige. No tenemos televisión para verla, pero atendemos las tareas, esta semana nos van a mandar otro bloque de información”, refiere su madre Piedad Ambrosio.
Roberto, de 12 años, ha pedido a sus vecinas le presten su computadora para mandar la tarea por correo electrónico y únicamente en su libreta hace repasos. No cuenta con televisión para seguir las clases en línea y ni enterado estaba él ni su mamá de esta modalidad: “no me dijeron nada los maestros”.
Para 5 y 6 año de primaria, los años que cursan Guadalupe y Roberto, la programación de televisión tenía una clase de español con elementos de redacción para una carta, además de geografía para conocer lo que se obtiene de la tierra, el mar, los bosques, entre otros elementos de la naturaleza.
CLASES A LAS 7AM PARA ¿PREESCOLAR?
Ángel no tomó sus clases en televisión de preescolar por dos motivos: primero no logró despertarse a las 7 am cuando inició su programa y segundo, aunque tenía televisión por cable, tardó en encontrar la programación de este nivel.
Él cuenta con sistema de Megacable que se supone –de acuerdo al programa– sus clases debían estar en el canal 120, sin embargo, no encontró nada.
Con paciencia, empezó a revisar canal por canal y lo encontró hasta en el sitio 267, a unos 15 minutos de que terminara la clase.
En esta sesión virtual que dieron a los niños de preescolar destacaron un cuento, dibujos animados sobre los hábitos de limpieza personal y una dinámica que implicó hacer un autorretrato imitando el movimiento artístico del cubismo de Pablo Picasso. La instrucción era realizarla con pinturas líquidas, pero no se hizo.
“La verdad cómo papás no tenemos dinero en este momento para comprar esos materiales de pintura y más si como en mi caso, tenemos más hijos que también deben estudiar y piden cosas. En la empresa donde trabajo nos pararon y estamos con un sueldo muy mínimo”, concluyó su padre Miguel P. García, para pedir apoyo a las autoridades en el tema económico, así como escolar.
