Como era de esperarse, ya salieron otros de los protagonistas del proceso electoral para pronunciarse en sentido contrario a lo dicho el martes por Gabriel Biestro Medinilla, presidente del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
A diferencia de lo dicho por el morenista, que la lista de candidatos a diputados federales dada a conocer el fin de semana era “espuria”, y que por lo tanto había que ignorarla, el mismísimo Luis Miguel Barbosa y el diputado local Mariano Hernández Reyes afirmaron que ese documento es real y está vigente.
Como parte de la dirigencia estatal del Partido del Trabajo, Hernández afirmó que los nombres que aparecieron en esa lista ya fueron avalados por las dirigencias nacionales de los tres partidos que conforman la coalición “Juntos haremos historia”.
"Fue a través de una encuesta (como se definieron los abanderados). Ya están firmes las nominaciones, este ya es un dato oficial por parte de las tres dirigencias nacionales", expuso.
Lo mismo hizo Barbosa, quizá el más autorizado para hablar de los temas de Morena en Puebla.
¿Qué pasó entonces con las declaraciones de Biestro, desacreditando la información de los medios de comunicación?
Que tal vez, como ha ocurrido en otras ocasiones en el pasado, sus jefes de la capital del país no le han corrido la cortesía de informarle.
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Algunos personajes políticos solo le hacen al cuento inventando historias y “argumentos” y creen que los ciudadanos no se dan cuenta.
Ese es el caso del perredista Carlos Martínez Amador y la verde-ecologista Geraldine González Cervantes, ambos diputados locales en la presente legislatura.
Martínez Amador, quien ocupa la presidencia del poder legislativo a partir de ese año, “reveló” que ha recibido la invitación para participar en el proceso electoral como candidato suplente de Mario Riestra Piña en la contienda por el senado.
Sin embargo, dijo que no ha decidido si va a aceptar o no y pidió a los reporteros que lo entrevistaron un plazo de 15 días para tomar la decisión.
¿En serio?
Si no ha dicho que sí como es entonces que el PAN nacional lo palomeó el martes por la noche como el suplente de Riestra en la segunda fórmula.
¿A poco ya se estila eso, nombrar un candidato y después buscarlo para preguntarle su opinión?
Martínez Amador ya decidió ir a la contienda porque así se lo demanda el grupo político al que pertenece.
Que lo acepte y ya, no pasa nada, o que arremeta contra la dirigencia del blanquiazul por actuar sin su consentimiento.
Algo similar sucede con la diputada del partido Verde.
Geraldine González expone que ha sido invitado por su partido a participar en la contienda por el senado, como candidata titular de la segunda fórmula.
Solo que pone un pero.
Afirma que aún tiene que analizarlo, ver las posibilidades de triunfo de su partido, para dar el sí.
¿De verdad?
¿Qué hay que analizar?
Es obvio que el Verde no tiene ninguna posibilidad de ganar la elección por el senado ni alguna otra.
Diputada, ahórrese el sesudo análisis.
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Morena y el PT recibieron un revés en la junta local del INE.
Ayer, el instituto ratificó el nombramiento de 63 supervisores electorales que fueron impugnados por los representantes de esos dos institutos políticos.
Según los dos partidos, que llevarán juntos a Andrés Manuel López Obrador en la elección presidencial, esos 63 ciudadanos ponen en riesgo la imparcialidad de la autoridad electoral por figurar en las listas de militantes de varios institutos políticos.
La realidad es que Morena intentará desacreditar todo lo relacionado con las autoridades electorales, como ya lo ha hecho el “Peje”.
Así que quitarlos o dejarlos no era una cuestión relevante.
