La pretendida austeridad que tendría como primera acción de gobierno la reducción de salarios en el Ayuntamiento de Puebla tendrá que esperar… al menos un año.
Eso es lo que ha anunciado la alcaldesa electa, Claudia Rivera Vivanco, quien, de la misma forma que el virtual presidente, Andrés Manuel López Obrador, trajo como discurso de campaña eso de lograr la cuarta transformación a partir de, entre otras cosas, promover la austeridad en la administración pública.
Rivera Vivanco había prometido que en caso de ganar las elecciones ella y los servidores públicos a su cargo, de primer nivel, sufrirían una reducción salarial del 50 por ciento para ser congruentes con la demanda del pueblo, que estaba (y está) harto de los excesos gubernamentales.
Resulta que eso no ocurrirá para el primer año de gobierno de Rivera Vivanco.
Pero no porque se haya echado para atrás o ya no quiera, no se vaya usted a espantar, sino porque en términos legales eso será imposible.
Eso es lo que argumentó la excandidata de Morena.
Y tiene lógica.
Tanto ella como sus funcionarios deben sujetarse a la Ley de Egresos y los tabuladores de salarios vigentes para 2018, cuyos cambios requerirían reformas aprobadas por el Cabildo y, posteriormente, por el Congreso del Estado.
La buena noticia para quienes esperan el recorte de privilegios es que en el primer año sí se iniciará con la reducción y, en algunos casos, eliminación de beneficios y prestaciones, como el uso de vehículos oficiales.
Algo es algo.
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Mientras tanto, en el recinto más convulsionado, o más vivo, de las últimas semanas, el Congreso del Estado, se aterrizará este día la primera propuesta formal para concretar la anhelada austeridad.
Anhelada por los ciudadanos y electores, por supuesto, no tanto por los diputados.
La bancada del PAN formalizó su planteamiento de reducir en 50 por ciento el salario de los legisladores locales para el siguiente año.
“Lo que nosotros abonamos es que el plan de austeridad en verdad sea republicano y sea un instrumento que esté alineado con la visión del presidente electo. De 61 mil pesos que es la dieta en bruto se va a reducir a 30 mil pesos la dieta, es un 50 por ciento, y esto entraría en vigor para el siguiente año porque este presupuesto ya está calendarizado y se tendría que finiquitar de aquí a diciembre”, expuso Marcelo García Almaguer, coordinador de los diputados blanquiazules.
Así empezará una batalla política y mediática más en el Legislativo.
Póngase cómodo para el espectáculo.
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Todavía no se da el cambio de gobernantes en los municipios del estado pero algunos ayuntamientos ya comenzaron con el temible despido de personal, y en cantidades preocupantes.
Este martes trascendió que los ediles en funciones de Cuautlancingo y San Andrés Cholula comenzaron con el recorte de personal ante el inminente arribo de las nuevas autoridades municipales.
En Cuautlancingo, por ejemplo, el edil, Félix Casiano, ha ordenado la salida de al menos 500 trabajadores de una plantilla de 600, lo que ocurrirá este fin de semana.
Parece que el alcalde, que fue postulado en 2013 por el PAN y sus partidos aliados, no quiere meterse en problemas con la candidata electa, Guadalupe Daniel Hernández, de Morena, y ha determinado adelgazar la nómina antes de que se presenten dudas acerca de los gastos que generan las remuneraciones de los empleados.
Otro ayuntamiento donde las cosas están igual es San Andrés Cholula.
Tras una ríspida relación entre el panista Leoncio Paisano Arias y la morenista Karina Pérez Popoca, que se han quejado de los términos en que se realiza la transición, el adelgazamiento de la plantilla de personal también es una realidad.
Bien por la austeridad.
El problema son las cientos o quizá miles de familias que se quedarán sin empleo en el estado debido al cambio de autoridades municipales.
