Un sondeo realizado por EL SOL DE PUEBLA exhibe la gravedad de los problemas sociales, económicos y de seguridad que se registran en Tehuacán. Los pobladores de ese municipio demandan a los Poderes Ejecutivo y Legislativo que hagan lo que tengan que hacer para que regresen la paz, la estabilidad y el desarrollo que no tienen en estos momentos.

Han pasado más de dos meses desde que este municipio se quedó sin edil y todavía no hay quien tome las riendas de la que es la segunda ciudad más grande del estado.

El Ejecutivo, a través de la Secretaría de Gobernación, intervino mientras se decidía el futuro de Felipe Patjane Martínez al frente del ayuntamiento, pero una vez que este fue detenido y enviado a prisión por presunto desvío de recursos públicos, ni los integrantes del Cabildo ni los miembros del Legislativo han podido resolver la crisis que se profundiza.

Tanto regidores como diputados locales se avientan las responsabilidades para definir al relevo, aunque fuese temporal, de Patjane, lo que sería un primer paso, y el más importante, para avanzar en la solución del conflicto.

Parece que necesitan la orden de un ente superior para poner manos a la obra.

El punto es que, mientras eso no suceda, Tehuacán seguirá sufriendo problemas como el de la delincuencia, considerado por ciudadanos, empresarios y políticos locales como el más grave de la región.

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Con la desagradable novedad de que no solo el ayuntamiento de Puebla ha caído en prácticas de subejercicio al término de 2019.

Ese fenómeno financiero, que parece ser característica común de los gobiernos emanados de Morena, también se presentó en la administración estatal.

El gobierno registró un subejercicio por 2 mil 92 millones 885 mil pesos al cierre del 2019, teniendo a las secretarías de Infraestructura y de Educación como las dependencias que más recursos acumularon sin utilizar.

La primera se guardó, quién sabe por qué motivos, 523 millones 824 mil pesos, mientras que la segunda informó de un sobrante de 491 millones 564 mil pesos.

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¿Cómo se estarán poniendo las cosas para la presidenta del Comité Directivo Estatal del PAN, Genoveva Huerta Villegas, que tiene que recurrir a personajes de nulo prestigio público para defenderse de las acusaciones que le han hecho otras mujeres, después de haber despedido a Amparo Acuña Figueroa de la dirigencia y removido (intentona aún en desarrollo) a Mónica Rodríguez de la coordinación de bancada en el Congreso del Estado?

La desesperación es grande.

De otra manera no existe explicación para que haya enviado al ex presidente municipal de Tecamachalco y supuesto aspirante a senador, Inés Saturnino López Ponce, a emitir un pronunciamiento en supuesta representación de la militancia panista del estado para pedir a los críticos de Genoveva Huerta que la respeten y que se disciplinen.

“Debemos aprender a respetar las jerarquías, no debemos caer en los enojos, mucho menos en los berrinches (…) Todos somos militantes y aquí venimos a pedir que nuestro partido mantenga esa unidad, que ya no haya más intereses y que no haya más manifestaciones de unos cuantos”, expuso López Ponce, ahora presidente del PAN municipal en Tecamachalco y quien en el pasado se llegó a presentar como amigo personal de la entonces gobernadora electa, Martha Erika Alonso Hidalgo.

Con esos apoyos será difícil que la lideresa del blanquiazul consiga el respeto que demanda.