/ jueves 25 de marzo de 2021

¡¡¡La encuestitis electoral!!!

Ante la proximidad del 6 de junio, las encuestas de preferencias electorales serán un instrumento para medirle el agua a los camotes y al mismo tiempo para tratar de influenciar al elector, pero confiar ciegamente en ellas es un error y sería doblemente equivocado si quien se cree los resultados es un político y eventual candidato.

A unas horas de la definición de abanderados, a unos días del inicio de las campañas; la difusión de los resultados de encuestas es el pan nuestro de cada día y lo que llama poderosamente la atención es que quienes las difunden presumen que su posicionamiento es tan amplío que prácticamente ya ganaron la elección. Incluso aunque le pongan entre sus oponentes al mismísimo Jesucristo, él o ella ya tienen el triunfo en la bolsa. ¡No es exagerar, pero así se venden!

En las mediciones recién difundidas con la autoría de los despachos X o Y, quienes las difunden son los inevitables ganadores. Lo curioso es que cuando su oponente también difunde sus datos, también él es ganador, ósea él o ella salen triunfadores en sus encuestas pero en las de sus competidores, sale perdedor. ¿Cómo es posible? ¡Algo no está bien!

Que curioso que las encuestas que paga el candidato o partido, él siempre gana ¿nooo?
Por ejemplo en la lucha por la alcaldía de Puebla, Eduardo Rivera Pérez al ser medido frente a cualquier oponente de Morena (el enemigo a vencer) le gana a todos con puntajes y diferencias de 15 a 20 puntos; aaah, pero en las encuestas realizadas por precandidatos morenistas también resulta que todos son competitivos y cualquiera le gana al panista y los puntos dependen si el candidato es Claudia Rivera, Gabriel Biestro ó José Luis Sánchez Solá.

En resumen, que los partidos y sus candidatos dejen de hacerle al tío Lolo con la “encuestitis” electoral y si van a difundir sus encuestas que lo hagan con los datos reales y no con estadísticas infladas que creen que pueden ayudarles a cambiar la decisión del electorado que simplemente ya no les cree. Las encuestas son una herramienta científica de gran ayuda para la toma de decisiones, pero de ahí y venderlas como las predictoras de un futuro inevitable, ya son palabras mayores que no deberían creer ni ellos mismos porque la realidad les dará un duro golpe que les dolerá mucho.

Cortos de la política priista camotera

El priista Jorge Estefan Chidiac prácticamente ya es diputado en la próxima legislatura local luego de que echó cambalache al dejarle la candidatura a diputado federal por Acatlán de Osorio a Alberto Jiménez Merino. Por muy mal que le vaya al tricolor el 6 de junio, el experimentado ex legislador y ex dirigente ya tiene su curul asegurada.

Hablando de priistas. El dirigente estatal Néstor Camarillo también tendrá su candidatura plurinominal a diputado local pero será en la tercera posición y eso no se la pone fácil para llegar al Congreso del Estado, pues primero dependerá de los votos para su partido y también de la paridad de género; pero de eso está consciente el líder y dicen sus cercanos que fue una decisión reflexionada, sin agandalles.

Otra del PRI. A unos días de registrar candidatos oficiales ante autoridades electorales, el tricolor no ha formalizado acuerdo alguno para que Eduardo Rivera Pérez sea su candidato a la alcaldía de Puebla. La disyuntiva sigue en la negociación del apoyo pero ¿a cambio qué?, pues la única regiduría que le han ofertado al PRI camotero no vale la pena y menos vale los 100 mil votos que el ex partidazo podría representarle al apoyar la candidatura del panista. Ya veremos si aflojan o qué negocian.