No solo la tienes tú, la estamos desarrollando ahora mismo todos los que hemos decidido involucrarnos sin medida y hasta de manera entusiasta en lo que se ha denominado la “era digital”.
Es posible que incluso al leer, tu atención ya te esté lanzando una señal para abandonar esta texto porque podría resultar “aburrido” o “poco interesante”, aun cuando hace apenas tres segundos fue tu mismo foco de atención el que al leer démonos unos minutos para reflexionar, te llevó a comenzar estas líneas.
Déjame compartirte algunos datos reveladores para que tu atención se mantenga un par de minutos más en este texto.
Sin importar de qué se trate, los jóvenes de entre 14 y 18 años pierden el foco de su atención cada vez que se necesita observar y reflexionar.
Los adultos solo prestamos atención plena cuando mucho por tres minutos antes de romper contacto ya sea para checar el celular, revisar alguna red social, tu correo electrónico o sencillamente para perderte en los miles de estímulos por los que nos movemos a diario.
Peor aún, las niñas y niños menores de 12 años no alcanzan a cruzar el minuto de atención en cualquier actividad que les exija pensar o concentrarse para comprender a plenitud.
Está científicamente comprobado que sus sentidos pueden estar en un libro, un pizarrón o una pantalla, pero su mente divaga de un pensamiento a otro y otro y otro, pero esto no es debido a una gran imaginación, sino a esa sobrecarga de impactos a los que están siendo sometidos. 7
Si has llegado hasta este párrafo, lo que estás a punto de leer te parecerá más interesante aún porque tiene que ver con tu estado emocional, con esa dispersión que experimentas de manera frecuente, incluso, puede estar relacionado con esa sensación de “sinsentido” que constantemente detectas cuando no hay nadie a tu alrededor, cuando solo estás tú con tu marasmo ese de pensamientos sin control.
Reconocidas publicaciones científicas como Nature, Harvard Healt Journal, The Lancet y Drug safety han presentado estudios en los que está cada vez más claro cómo nuestras mentes se enfrentan a una de las crisis emocionales más severas en la historia de la humanidad.
Hoy ya no solo se trata de un océano de drogas que nos inunda y que están al alcance de cualquiera; el problema de salud va mucho más allá. Un humano que radica en una ciudad con más de un millón de habitantes recibe diariamente entre dos mil y cinco mil estímulos audiovisuales, muchos observados de manera consciente, pero la gran mayoría entran en nuestra mente por el subconsciente.
Se trata de una inimaginable cantidad de datos que no pueden ser procesados y mucho menos reflexionados en las 24 horas de nuestro día. Desde el anuncio espectacular, el semáforo, la charla junto a nosotros, los mensajes en el reloj, las alarmas en el celular, etc.
Esa gigantesca cantidad de impactos directos e indirectos está provocando un serio daño a nuestra capacidad de percepción, memoria, reflexión y de toma de decisiones.
Para escribirlo claramente, no tenemos tiempo de descansar lo suficiente, menos de pensar, evaluar y escoger.
Prestigiadas asociaciones de especialistas en neurología, psiquiatría y psicología en el mundo coinciden en que los seres humanos somos capaces de crear hasta 60 mil pensamientos al día, de los cuales el 90 por ciento surgen de manera automática.
El gran dilema es que investigadores de la Academia Europea de Neurología (FEAN) y de la American Academy of Neurology (AAN) han comenzado a observar una atrofia en nuestra capacidad de percepción y análisis, es decir, cómo nuestra mente ha comenzado a dejar de tener la habilidad de seleccionar lo que le es útil y lo que no, lo que nos ayuda y lo que nos perjudica, incluso, lo que es verdad y lo que es mentira.
El doctor James Williams, investigador en Oxford y ex empleado de Google publicó en el 2017 el libro “Clics contra la humanidad”; en su libro propone rebautizar a ésta como la era de la atención perdida y es que sostiene que cuando la información es abundante, como hoy, comenzará a vivirse una crisis de atención como ya nos sucede.
En una reciente entrevista un reportero le pregunta sobre su diagnóstico actual tomando en cuenta que su libro y su hipótesis fue presentada en el año 2017. Su respuesta fue contundente: “El fenómeno se ha agravado, el problema es ético y sistémico”.
La velocidad, combinada con la cantidad de datos que surgen a cada minuto, nos ha rebasado en nuestros niveles de comprensión. Y aquí un dato final para ejemplificar el desfase: en el año 2013 una noticia publicada como de las “más vistas” y en “tendencia” en la entonces plataforma Twitter duraba en promedio 17 horas. Tres años después una noticia mantenía ese estatus durante solo 11.9 horas. En este 2024 la tendencia es de solo minutos.
Es incuestionable, nuestro foco de atención se está deteriorando rápidamente y esto no puede pasar inadvertido para nadie, porque de la calidad de nuestra atención depende el grado de información que necesitamos para tomar decisiones lo más acertadas posibles.
En breve los mexicanos estaremos tomando la decisión colectiva más importante de nuestra historia moderna y contemporánea; una que definirá en qué clase de nación vivirán nuestros hijos y nuestros nietos y por ellos, justo por ellos, no podemos darnos el lujo de quedarnos en esa mente de mono para evitar hacer un alto y reflexionar sobre nuestro futuro.
El llamado histórico y libre, es hoy.
@IvanMercadoNews