Cráter Jezero de Marte en realidad era un gran lago, señala la NASA

El nivel del lago pudo ser lo suficientemente alto como para coronar el borde oriental del cráter

Julio Sánchez | El Sol de Puebla

  · viernes 8 de octubre de 2021

El cráter tiene un diámetro cercano a los 35 kilómetros. Foto: NASA

NASA dio a conocer nuevos resultados de su misión Perseverance en Marte, ahora con el descubrimiento de un cráter que en su momento pudo ser un gran lago. Esto se habría dado hace miles de millones de años cuando el planeta tenía una atmósfera lo suficientemente espesa para la presencia de agua.

El cráter lleva por nombre Jezero y ya había sido observado, pero los datos presentados por Perseverance muestran que podría esconder mucho más. Las imágenes y datos suministrados se consiguieron con las cámaras Mastcam-Z a la izquierda y derecha del Rover, así como con el Remote Micro-Imager (RMI), que registra información sobre dónde buscar mejores muestras de rocas.

Esta misión limpió de polvo un panel solar para mantener el sismómetro encendido. Foto: Pixabay

¿CÓMO ERA EL CRÁTER ANTERIORMENTE?

La posibilidad de que ahí haya existido un lago se basó primero en las imágenes detallas conseguidas por el rover sobre las laderas largas y empinadas llamadas escarpes en el cráter. Estos se formaron gracias a la acumulación de sedimentos en la desembocadura de un antiguo río que alimentaba el lago.

Marte tenía la presencia de agua hace unos 3 mil 700 millones de años, debido a que su atmosfera era lo suficientemente espesa como para soportar que fluyera a través de su superficie. En algún punto, el lago experimento inundaciones que llevaron a las rocas como escombros fuera del cráter.

Al respecto, se piensa que el ahora lago de Jezero tenía un nivel de agua que fluctuó demasiado por el paso del tiempo. Por ratos subía a grandes niveles para coronar el borde oriental del cráter como baja a decenas de yardas hasta que desapareció por completo.

Se desconoce por el momento si estos cambios radicales en el nivel de agua se debieron a causa de inundaciones o de cambios ambientales. Mientras que, se estimó que un torrente de agua necesario para transportar algunas rocas dentro del cráter tendría que alcanzar velocidades de 4 a 20 millas por hora (mph).

El cráter tiene un diámetro cercano a los 35 kilómetros y las primeras muestras se consiguieron el pasado mes de septiembre. Los científicos señalaron que para la segunda campaña científica del equipo Perserverance del rover se busca confirmar todos estos datos el próximo año.

“Nunca antes se había visto una estratigrafía tan bien conservada en Marte. Esta es la observación clave que nos permite confirmar de una vez por todas la presencia de un lago y delta de un río en Jezero”, comentó Nicolas Mangold, científico de Perseverance del Laboratorio de Paleontología y Geodinámica en Nantes, Francia, quien es el autor principal del artículo publicado en la revista Science. “Obtener una mejor comprensión de la hidrología meses antes de nuestra llegada al delta dará grandes dividendos en el futuro”.

UNA ZONA YA EXPLORADA Y LOS OBJETIVOS DE LA MISIÓN

Cercano a la zona donde se ubica Jezero, ya se había encontrado un afloramiento rocoso prominente al que se nombró como Kodiak. Este se ubica a cerca de 2.2 kilómetros de distancia y estaba en el borde sur del delta, que era una estructura geológica intacta en ese momento.

Al llegar a la superficie, Perserverance permitió tener información sobre la estratigrafía, orden y posición de las capas de rocas, con lo que se obtuvo el momento relativo de los depósitos geológicos a lo largo de la cara este de Kodiak. Estas capas significan que la vía fluvial era lenta y serpenteante y se transformó por inundaciones repentinas como rápidas posteriormente.

La NASA recordó que uno de los objetivos del rover es recolectar muestras que puedan ser transportadas a la Tierra como parte de la misión Devolución de Muestras de Marte, para que los científicos analicen el material con un equipo laboratorio que sería todavía imposible transportarlo a este planeta.

La superficie de Mercurio, vista por Messenger de la NASA. | Foto: NASA/Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory/Carnegie Institution of Washington