Un hombre en la zona de la Vía Atlixcáyotl, a la altura de la caseta de cobro, grita sin temor cada poco tiempo: “Va para Atlixco”, “Va para Izúcar”. A su espalda hay autos compactos y vehículos tipo Van aparcados en la gasolinera Shell; cerca de ahí, a solo unos pasos, la terminal de autobuses Oro. Este conductor que utiliza una combi amarilla es uno de muchos que están en ese sitio, listos para ofrecer viajes foráneos a un bajo costo, pero sin tener permiso para operar de forma regular.
Al sujeto se le acerca una señora de aproximadamente 40 años con una cangurera, así como una libreta y pluma en mano, donde anota la hora de llegada de los vehículos automotores e indica la salida de los otros.
Las personas atienden al llamado, algunas preguntan cuál es el vehículo que los lleva a su destino, otras ascienden de inmediato, como si fueran pasajeros frecuentes y conocieran con exactitud la forma de operar.
A los primeros viajeros les toca esperar dentro del vehículo hasta que se junten aproximadamente seis personas para poder salir de la gasolinera, en su mente no parece estar presente el recuerdo de un muerto y siete personas lesionadas a inicios de mes cuando viajaban en un taxi pirata. Unos cinco minutos después, cuando la mujer da la orden de salida, el conductor comienza el viaje con rumbo a Atlixco e Izúcar de Matamoros.
Un sujeto de aproximadamente 30 años conduce una combi con placas particulares y color amarilla, como si en el pasado hubiera sido utilizada para transporte escolar. Platica que de lunes a sábado hace dos paradas: en la Central de Autobuses de Puebla CAPU y en la Vía Atlixcáyotl, en ambos puntos recoge gente con dirección a Atlixco, pero en la primera cobra 45 pesos y en la segunda 30 pesos.
En la carretera no hay ningún dispositivo de movilidad por parte de las autoridades federales, estatales o municipales para supervisar que cuenten con licencias de transporte de pasajeros para circular, por lo que transitan sin ningún problema.
Dentro de la unidad va una mujer que se desempeña como trabajadora del hogar en la zona de Lomas de Angelópolis, despreocupada reconoce que todos los días se moviliza en este tipo de unidades, de ida y regreso, pues considera que son más rápidas y hacen paradas en donde lo solicitan, sin tener que llegar a la terminal.
Aunque únicamente son cinco pesos de diferencia respecto a lo que cobran los autobuses regulares de las empresas Erco y Oro, para ella representa un ahorro importante para su economía.
Un asiento delante viaja otra mujer con su bebé en brazos, quien, como puede, se aferra a no caer de la silla debido a la alta velocidad con la que maneja el conductor y la falta de cinturón de seguridad.
Al igual que el testimonio anterior, ahorrar cinco pesos es algo significativo para su bolsillo, además de que su visita a la capital poblana es de forma esporádica. “No viajamos tan frecuente, pero cuando lo hacemos pues sí usamos este transporte, es más barato y la verdad es que sí nos ayuda a ahorrar; llega uno más rápido, nos ayuda a optimizar el tiempo, la verdad”, expone.
Licencia de conducir y comprobante de domicilio, únicos requisitos
A decir del chofer, quien accede a platicar con El Sol de Puebla, siempre y cuando no sea revelado su nombre, existen dos modalidades para operar en la zona. La primera es prestar el servicio de conductor y la segunda es integrar la unidad a operar, pero eso lo decide el “mero mero de la línea”.
Los únicos requisitos para operar es contar con licencia de conducir vigente y entregar un comprobante de domicilio. En contraste, los taxis regulares para circular necesitan tener licencia de chofer del Servicio de Transporte y Mercantil, una responsiva del operador, póliza de seguro, placas y permisos del servicio mercantil.
Explica que, para poder operar en la zona, los conductores deben de entregar la cuenta de la camioneta, dinero que puede variar según el tamaño del vehículo. En el caso de los automóviles son 300 pesos diarios; para camionetas pequeñas (tipo Van), 600 pesos, y combis, mil 500 pesos.
“Aquí eres dueño de tu tiempo, pero mientras más vueltas te des, te llevas más dinero a casa; para ser los primeros hay que llegar 3:30 o 4:00 de la mañana porque el pasaje empieza a las 5:00 de la mañana”, comparte.
Otras formas de operar
Esta no es la única terminal donde operan, pues en el estacionamiento de Plaza Los Gallos, ubicado en las inmediaciones de la CAPU, vehículos tipo Van, como Hiace, Urvan o Sprinter de las marcas Toyota o Nissan, con placas particulares, de turismo e incluso sin placas prestan el servicio de transporte de pasajeros sin permiso.
En un pequeño espacio hay combis estacionadas, así como algunos asientos que simulan ser una sala de espera y a un costado se localiza un módulo para adquirir boletos con rumbo a Tehuacán, Zapotitlán Salinas, Cuetzalan, San Martín Texmelucan y otros municipios.
El lugar tiene reglas de convivencia que son visibles en un pequeño letrero colocado en una pared y prohíbe a los usuarios tomar fotografías o videos en la terminal y durante el viaje, para evitar “poner en peligro a los demás pasajeros”, en caso de que alguien sea sorprendido será “puesto a disposición de los encargados”, sin precisar a quiénes se refiere.
Peligroso usar este tipo de transporte
De acuerdo con Arturo Balderas Moyano, director general de Corresponsabilidad en el Transporte, usar este tipo de taxis representa un peligro para la integridad física, pues no están registrados ni habilitados para ofrecer servicio de transporte público.
Además, son propensos a tener más accidentes viales ya que circulan a exceso de velocidad para obtener más corridas al día, tampoco son operados por choferes capacitados ni cuentan con una revisión física ni mecánica de las unidades.
Agrega que las unidades no cuentan con seguro para viajeros por lo que no pueden dar cobertura en caso de accidentes, pues las cláusulas de las aseguradoras no contemplan daños cuando los vehículos dan un uso o servicio diferente al estipulado en la póliza.
Empleo fácil y problemas en transporte regular permiten llegada de "piratas"
Anuar Musalem Valencia, representante de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM) capítulo Puebla, considera que la existencia de este modelo de movilización se debe a la falta de oportunidades de empleo, pues quienes tienen un vehículo lo aprovechan para ponerlo a circular, sin tener que hacer todo el trámite.
“Es un problema de que la situación económica está muy difícil y si una persona tiene un carrito, ni modo, empieza a chambear, y así tienes dinero al día, te enganchas, prestan un servicio ilegal, pero que de una u otra forma da de comer a tu familia”, opina.
Desde otra perspectiva, su permanencia se debe a la falta de transporte establecido o que no está cumpliendo con las demandas de los usuarios, es decir, no hay unidades, la frecuencia es muy poca o muy larga, es ahí donde se “mete” el pirataje.
Considera que no es viable retirar las unidades, ya que se dejaría sin formas de desplazamiento a los usuarios, por lo que se debe buscar otra alternativa.
Operativos y trabajo colaborativo
Para Balderas Moyano, una posible solución para reducir la presencia de transporte irregular es que exista mayor coordinación entre las autoridades federales, estatales y municipales para realizar operativos en carreteras.
Esto debido a que el artículo 12 de la Ley de Transporte del Estado de Puebla obliga a las autoridades municipales a participar en los operativos en materia de movilidad.
“La Secretaría de Seguridad Pública y los Ayuntamientos, a través de su área o unidad de Seguridad Pública, auxiliarán en forma permanente la supervisión, vigilancia e inspección que realice la Secretaría a los Servicios de Transporte y Servicios Auxiliares, a fin de lograr mayor seguridad, rapidez, eficiencia, regularidad, y demás condiciones operativas que correspondan a cada modalidad de servicio”, dicta la ley.
Al mismo tiempo, critica la falta de personal destinado para poner en marcha los operativos, por lo que considera que se debe incrementar el número de personas encargadas de vigilar la no circulación del transporte público foráneo irregular.
“Si tienes más de tres mil vehículos piratas en el estado de Puebla que operan de manera irregular, y entre las autoridades federales y estatales no juntas más de 50 elementos especializados en temas de seguridad vial contra el transporte pirata, matemáticamente es imposible acabarlos”, subraya.
Según las cifras de la organización, en lo que va de este año han muerto cuatro pasajeros y se han lesionado 20 más mientras viajaban en este tipo de transporte pirata.
En tanto que, para Musalem Valencia es necesario un plan maestro para atender la problemática y no afectar a los usuarios. Explica que la autoridad en materia de movilidad debe de verificar las condiciones en las que opera, para determinar si existe la posibilidad de regular a otros prestadores.
Inclusive, abre la posibilidad de que la SMT ponga en marcha un programa de regularización, pero que no afecte a los ya vigentes.
“No puede ser de un momento a otro, primero tienes que dotar de servicio legal a las diferentes zonas del estado, una vez que se logre se pueden hacer todos los ejercicios correctivos para evitar la proliferación, pero no es un proceso de noche a la mañana”, concluye.