“Desde que recibí la noticia, todo fue una pesadilla. Pasé horas bajo la lluvia y tres largos días de espera para poder identificar y recuperar el cuerpo de mi cónyuge ”, narró la esposa de un oficial caído en cumplimiento del deber, respecto a lo complicado y el mal trato que recibió en diferentes instancias para poder reclamar el cadáver del padre de sus hijos, tratándose de una amarga experiencia por la que nuevamente pasó, luego de que su primo muriera atropellado y tuviera que reclamar el cuerpo.
Mariela, nombre que la entrevistada prefirió usar por protección, narró todo el calvario que tuvo que pasar para poder recuperar el cuerpo de su esposo y así darle cristiana sepultura.
“Fue algo terrible, yo estaba trabajando y recibí la noticia. Es un proceso largo, aquella vez me trasladé al lugar de los hechos y no me dejaron pasar; fui a su lugar de trabajo y solo me preguntaron el nombre; en ese momento me confirmaron que a mi esposo lo he matado, entonces me trasladé al Semefo de Tepeaca donde di todos mis datos y varios documentos, sin embargo, después de dos horas, me enviaron al edificio central de la Fiscalía de Puebla en la avenida 31 Poniente, ahí estuve desde la medianoche hasta al día siguiente, a las 11 de la mañana ”, contó la entrevistada la cual refirió que en ese momento lo único que quería era ver a su esposo.
A pesar de que tanto compañeros de trabajo como amigos de su cónyuge le confirmaron que el oficial había muerto, ella aún no podía pasar a identificarlo.
“Yo aún no lo podía creer, tenía la esperanza de que fuera una equivocación, acabé los trámites y me dijeron que me iban a llamar del Semefo para ir a identificar a mi esposo, pero jamás llamaron, era tanta mi desesperación que regresé a la morgue, donde me pidieron una hoja de liberación por lo que nuevamente me trasladé a la 31 Poniente y de ahí al anfiteatro ”, contó la declarante.
En la morgue la hoy viuda de 37 años de edad creyó que finalizaría su peregrinar, sin embargo, ahí solo recibió un trato déspota, además de que tuvo que esperar bajo la lluvia. Aunque presentó la documentación correspondiente, una y otra vez la regresaban a sacar copias, ya que le decían que estas estaban mal.
“Siete horas estuve en el Semefo. Realmente te dan una pésima atención, yo entiendo que tienen trabajo y valoro lo que hacen, pero te contestan de una forma tan déspota y no se ponen a pensar que cualquiera, incluso ellos, pueden pasar por esa situación, son muy insensibles, te dicen que esperes afuera, estuve bajo la lluvia, nunca se me va a olvidar, estaba mojada, entregaba los papeles con las copias y una y otra vez me decían que estaban mal que cómo era posible que no pudiera sacar bien unas copias, como si yo fuera responsable. La gente salía deshecha y cuando empezaban a llorar les decían que si no aguantaban que se salieran que lloraran afuera, no lo entiendo, es totalmente inhumano ”, descripción la declarante.
Fue así como a la 1 de la mañana del tercer día de haber ocurrido el asesinato de su esposo, la entrevistada pudo pasar a identificar el cuerpo para finalmente velarlo y sepultarlo.
A pesar de que esta experiencia tuvo lugar en 2018, después, vivió lo mismo y aún con mayor dificultad, ya que su primo murió atropellado; debido a la gravedad del accidente, el rostro de su familiar quedó muy maltratado, por lo que era difícil reconocerlo.
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Aunque a decir de la declarante, su familiar llevaba credencial y por otras cosas lo reconocieron, fue complicado comprobar la identidad de su primo, cuyo cuerpo, después de varios días, por fin, fue devuelto.
Mariela pide mayor empatía y sensibilidad por parte de quienes trabajan en las instancias o dependencias involucradas en el reconocimiento y devolución de cadáveres, ya que el sufrimiento por el que pasan al perder a un ser querido es inimaginable y lo único que esperan es un buen trato que les haga menos complicado su duelo.