/ viernes 13 de marzo de 2020

Conocer mejor a los alumnos

En la escuela, es una oportunidad que tiene el maestro para conocer de cada uno de sus alumnos, en el ámbito familiar, social, cultural y escolar; saber sus deseos, sus propósitos, sus ilusiones y como espera alcanzarlos.

El docente tiene esta comunicación con sus alumnos para poderlos orientar mejor e intervenir en su desarrollo personal con la finalidad de optimizar su rendimiento escolar y compensar sus condiciones cuando éstas están en desventaja.

Para lograrlo, se requiere de un diagnóstico, proceso minucioso que indague la biografía, el desenvolvimiento social de sus estudiantes, tratando de encontrar las causas que originan la conducta y respuestas impropias al desarrollo común de su etapa psicosocial.

En cada alumno se realiza un análisis de su conducta y sus actitudes cuyo resultado de este estudio deberá llevarlo a un plan estratégico de integración grupal, cuyo propósito educativo es que inculque en la conciencia del estudiante el sentido de igualdad y participación colectiva.

Esta es una tarea inherente entre las múltiples que tiene el maestro para promover, con sentido profesional, el desarrollo humano de los alumnos en sus formas más sensibles y cercanas a la conducta que deben practicar.

La autoestima es un componente de gran importancia para que los alumnos tengan éxito en el aprendizaje. El alumno que posee baja autoestima regularmente cree que tiene escasa capacidad para tener éxito en el aprendizaje, en las relaciones con los compañeros, con las personas y en cualquier otra situación de su vida, y estos estudiantes reflejan estas condiciones a pesar de estimular su participación grupal en diferentes ocasiones.

La autoestima está ligada a la construcción del “Yo”. Depende en gran medida de los procesos inconscientes que se van desarrollando en la construcción de la personalidad, y al mismo tiempo, es el primer elemento de la misma en constituirse, ya que muy temprano, en cuanto el alumno es capaz de comprenderse como individuo distinto de los demás, toma conciencia de quien es en el grupo.

Un alumno con poca autoestima se manifiesta en cuanto a sus percepciones, conducta y relaciones sociales, preámbulo que ayuda para continuar investigándolo y orientar el estudio de diagnóstico. El autoestima, según los estudios, es el motor del comportamiento cuyo funcionamiento en tres fases proceden de lo que se piensa y de lo que se siente por uno mismo. Entonces el alumno actúa para obtener una mayor satisfacción y creerse mejor que otros.

También el estudiante actúa para confirmar la idea que los demás, y él mismo, tienen de él. Por último, actúa para ser coherente con la imagen que tiene de sí, por mucho que cambien las circunstancias. Para comprender estos conceptos y relacionarlos con las situaciones reales del alumno y su contexto, el estudio se sustenta en varias teorías, entre ellas la psicoanalítica, la del aprendizaje social y la del proceso psico-biológico del estudiante y su desarrollo cognitivo, apoyado con el análisis de su medio familiar y los colaterales de la vida en la escuela.

La autoestima también se considera una evaluación de los rasgos, capacidades y características del alumno. Para el maestro es un juicio personal de valor, que indica hasta qué punto el alumno se cree capaz, importante, exitoso y valioso para sus compañeros, la escuela y su familia.

Este siempre es un sentimiento que se expresa con hechos, con las actitudes más que con palabras. La autoestima es la consecuencia de la construcción de la personalidad del alumno. Él siempre está presente en la evaluación positiva o negativa de sí mismo, lo mismo que la manera como, en el plano emocional, ha vivido las experiencias por las que ha pasado.

La interacción que tiene con otras personas influye poderosamente en las creencias que tiene de sí mismo y, por consecuencia, en el desarrollo de su personalidad, en el entorno escolar, familiar, social, cultural, y tiene, en este sentido, un significado potencial de su vida infantil, cuyas acciones definen las formas del ser y del actuar.

De tal forma que a medida que el alumno va creciendo en el ámbito escolar, va construyendo su autoconcepto y en este proceso sus habilidades, sus aptitudes, sus actitudes y sus valores que lo definirán como persona capaz.

El autor es doctor en Educación

En la escuela, es una oportunidad que tiene el maestro para conocer de cada uno de sus alumnos, en el ámbito familiar, social, cultural y escolar; saber sus deseos, sus propósitos, sus ilusiones y como espera alcanzarlos.

El docente tiene esta comunicación con sus alumnos para poderlos orientar mejor e intervenir en su desarrollo personal con la finalidad de optimizar su rendimiento escolar y compensar sus condiciones cuando éstas están en desventaja.

Para lograrlo, se requiere de un diagnóstico, proceso minucioso que indague la biografía, el desenvolvimiento social de sus estudiantes, tratando de encontrar las causas que originan la conducta y respuestas impropias al desarrollo común de su etapa psicosocial.

En cada alumno se realiza un análisis de su conducta y sus actitudes cuyo resultado de este estudio deberá llevarlo a un plan estratégico de integración grupal, cuyo propósito educativo es que inculque en la conciencia del estudiante el sentido de igualdad y participación colectiva.

Esta es una tarea inherente entre las múltiples que tiene el maestro para promover, con sentido profesional, el desarrollo humano de los alumnos en sus formas más sensibles y cercanas a la conducta que deben practicar.

La autoestima es un componente de gran importancia para que los alumnos tengan éxito en el aprendizaje. El alumno que posee baja autoestima regularmente cree que tiene escasa capacidad para tener éxito en el aprendizaje, en las relaciones con los compañeros, con las personas y en cualquier otra situación de su vida, y estos estudiantes reflejan estas condiciones a pesar de estimular su participación grupal en diferentes ocasiones.

La autoestima está ligada a la construcción del “Yo”. Depende en gran medida de los procesos inconscientes que se van desarrollando en la construcción de la personalidad, y al mismo tiempo, es el primer elemento de la misma en constituirse, ya que muy temprano, en cuanto el alumno es capaz de comprenderse como individuo distinto de los demás, toma conciencia de quien es en el grupo.

Un alumno con poca autoestima se manifiesta en cuanto a sus percepciones, conducta y relaciones sociales, preámbulo que ayuda para continuar investigándolo y orientar el estudio de diagnóstico. El autoestima, según los estudios, es el motor del comportamiento cuyo funcionamiento en tres fases proceden de lo que se piensa y de lo que se siente por uno mismo. Entonces el alumno actúa para obtener una mayor satisfacción y creerse mejor que otros.

También el estudiante actúa para confirmar la idea que los demás, y él mismo, tienen de él. Por último, actúa para ser coherente con la imagen que tiene de sí, por mucho que cambien las circunstancias. Para comprender estos conceptos y relacionarlos con las situaciones reales del alumno y su contexto, el estudio se sustenta en varias teorías, entre ellas la psicoanalítica, la del aprendizaje social y la del proceso psico-biológico del estudiante y su desarrollo cognitivo, apoyado con el análisis de su medio familiar y los colaterales de la vida en la escuela.

La autoestima también se considera una evaluación de los rasgos, capacidades y características del alumno. Para el maestro es un juicio personal de valor, que indica hasta qué punto el alumno se cree capaz, importante, exitoso y valioso para sus compañeros, la escuela y su familia.

Este siempre es un sentimiento que se expresa con hechos, con las actitudes más que con palabras. La autoestima es la consecuencia de la construcción de la personalidad del alumno. Él siempre está presente en la evaluación positiva o negativa de sí mismo, lo mismo que la manera como, en el plano emocional, ha vivido las experiencias por las que ha pasado.

La interacción que tiene con otras personas influye poderosamente en las creencias que tiene de sí mismo y, por consecuencia, en el desarrollo de su personalidad, en el entorno escolar, familiar, social, cultural, y tiene, en este sentido, un significado potencial de su vida infantil, cuyas acciones definen las formas del ser y del actuar.

De tal forma que a medida que el alumno va creciendo en el ámbito escolar, va construyendo su autoconcepto y en este proceso sus habilidades, sus aptitudes, sus actitudes y sus valores que lo definirán como persona capaz.

El autor es doctor en Educación