La pandemia se ha incrementado y se mantiene en nuestro país, así como en otros lugares del mundo, sin que se tenga certeza cuando desaparecerá o por lo menos se reducirá en contagios y fallecimientos.
El regreso a clases presenciales representa un gran reto para todos: niños y jóvenes, padres de familia, maestros, directivos, administrativos de las escuelas y autoridades de la comunidad.
Las primeras actividades serán dar indicaciones de cómo se va a trabajar en la escuela y mantener las normas de higiene que para el regreso sea exitoso para todos, principalmente en esta etapa del altos contagios de la pandemia.
Todos los maestros regresarán a las escuelas e iniciarán con evaluar a los alumnos en una prueba de diagnóstico, para poder ubicarlos en el nivel de conocimientos con los que retornan después de casi 18 meses que se cerraron las escuelas.
Cada tres o cuatro años se lleva a cabo una evaluación de la calidad en los tres niveles de la educación básica mexicana (preescolar, primaria y secundaria). Estos estudios incluyen la aplicación de pruebas de rendimiento para valorar el grado en que los alumnos alcanzan los objetivos de aprendizaje establecidos en los planes y programas de estudio, pero también otros trabajos sobre la presencia o ausencia de los recursos humanos y materiales en las escuelas, acerca de algunos procesos pedagógicos y de gestión escolar, así como de indicadores educativos y del entorno de la escuela.
El concepto de la calidad del Sistema Educativo Nacional no se reduce solamente a los niveles de aprendizaje que alcanzaron los estudiantes, sino que incluye otros aspectos y con formulaciones cada vez más precisas.
El concepto de calidad educativa revisa algunos aspectos importantes para poder seguir dirigiendo los lineamientos nacionales sobre las escuelas, como son: Relevancia y pertinencia, entendidas como la adecuación de la educación respecto de las necesidades de los alumnos a los que se dirige y de la sociedad en que se sitúa.
Otro aspecto es la eficiencia interna y externa a corto plazo, que incluyen el acceso de todos los destinatarios a la escuela, que es la cobertura; su permanencia en ella, que es lo opuesto a la deserción, y su egreso con las niveles de aprendizaje previsto.
La eficiencia externa de largo plazo o impacto, o sea la asimilación duradera del aprendizaje y su aplicación en comportamientos provechosos en la vida adulta. La suficiencia de los recursos disponibles en la escuela y la eficiencia de su uso. La equidad, en el sentido de la existencia de apoyos especiales a quienes lo requieran, para que todos alcancen los objetivos.
El concepto de calidad es relativo, porque los juicios al respecto dependen del referente y dinámico, porque la calidad nunca se alcanza del todo. Es conveniente añadir que esta forma de concebir la calidad del Sistema Educativo Nacional, es congruente con los planteamientos más actuales sobre el particular, los cuales se relacionan con la noción del derecho a la educación.
La UNESCO, señala que el marco de análisis para entender una educación de calidad, es una que garantiza el derecho a la educación, abordando exitosamente aspectos vinculados a la relevancia de los aprendizajes de las personas, la pertinencia de las experiencias educativas y la equidad.
El regreso a las clases presenciales nos indicará el nivel que hoy tiene la calidad educativa en nuestro país.
*Doctor en Educación.
