Las autoridades educativas están invitando a los padres de familia para que todos los alumnos regresen ya a la escuela, después del receso por la pandemia que seguimos viviendo, continuando con los contagios y los fallecimientos en nuestro país.
Piden que se regrese al cien por ciento, aunque el recibimiento va a ser escalonado, el 50% unos días y el otro porcentaje en los siguientes días. No se trata de que lleguen todos a la escuela en un mismo día.
La labor educativa tiene la encomienda de preparar para la vida a los niños y jóvenes de nuestro país, de formar personas capaces de interactuar con el medio económico, social y cultural, además enfrentar los retos que plantea el entorno hoy en día.
Se ha considerado por los expertos, que el futuro de los niños y jóvenes se gana desde el presente en la escuela. Por eso la educación en la escuela no solo consiste en transmitir conocimientos o memorizarlos, sino de favorecer la construcción de personalidades fuertes y saludables.
La educación actual, está sustentada en un marco de carácter psicopedagógico, donde reconoce la solidez teórica que aporta al desarrollo personal y del aprendizaje, así como también su perspectiva sociológica que ofrece espacios a los sistemas estatales para reflexionar y hurgar en las necesidades que son cubiertas para satisfacer una función social.
Las relaciones entre la educación y la sociedad abarcan múltiples aspectos: los económicos, donde su acción está más extendida; en el plano técnico difundiendo la ciencia y la tecnología; en la cultura impulsando el arte y la música; en el cauce hacia la justicia y la igualdad.
Es esta sociedad con rápidos cambios sociales y grandes innovaciones, la educación sirve más que nunca como factor igualador de oportunidades y elementos de homogenización social al integrar en los alumnos en hábitos y valores de base colectiva y solidaria.
Un sistema educativo que no es innovador como el que se necesita actualmente en esta pandemia, se ancla en el pasado, de ahí que exista el compromiso de poner al centro del proceso educativo a los niños y jóvenes, favoreciendo su autonomía y aprendizaje a través de la experiencia que los prepare para la vida y el futuro, formándolos en el valor de la solidaridad, que no es otra cosa que aprender a vivir los cambios con valor y esperanza.
A través de los distintos valores y capacidades que se han enumerado, se vislumbra que el objetivo del sistema educativo nacional es tener un modelo innovador y con calidad educativa, este último aspecto depende de diversos factores, uno de ellos es el papel que desempeñan los maestros en el logro de una educación con calidad.
Al destacar su función no se pretende trasladarle una responsabilidad única, pues ésta es compartida por autoridades educativas, directivos escolares, los padres de familia y los alumnos, es por ello que la educación establece condiciones pedagógicas para que los profesores realicen su labor con los requerimientos que exige una situación profesional estable, con los apoyos materiales y técnicos adecuados de sus tareas diarias, ya que en un contexto favorable, la función de los docentes es insustituible.
Doctor en Educación.
