/ viernes 1 de febrero de 2019

El analfabetismo, problema social

El problema del analfabetismo es importante porque es un indicador de la inequidad que caracteriza a un país.

Desde esta perspectiva, el analfabetismo se relaciona con graves problemas sociales como la pobreza y la marginación, por lo que se puede entender como una consecuencia de los problemas económicos y sociales que aquejan a una población.

En México, de acuerdo con los datos de los diversos censos que se han realizado, el número de analfabetos todavía es alto y el problema se agrava al hacer la distinción entre analfabetismo y analfabetismo disfuncional, correspondiendo para esta última categoría varios millones de mexicanos.

La distinción entre estos conceptos, así como la evolución del analfabetismo en México, se estudia por investigadores de varios Centros de Estudios Sociales y Universidades del país.

El Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) es la institución oficial que atiende a esta población, ofreciendo los servicios de alfabetización y otros más para apoyar a la población en dicha problemática educativa y social.

El INEA tiene estudios muy completos sobre el problema del analfabetismo en nuestro país al hacer una regionalización del fenómeno, teniendo análisis exhaustivos del tema y una estimación de que la población en nuestro país será en el 2030 toda alfabetizada.

El resultado de estudios especiales para los investigadores y funcionarios del tema evidencia que el porcentaje de muestras en los índices del analfabetismo es el 4.7 % del total de la población del país, el cual crece cada año.

El actual Gobierno Federal es probable que continúe con las mismas políticas públicas que existen en la actualidad en nuestro país: atender a los grupos rezagados, es decir, indígenas, mujeres, población rural del sur, oriente y centro del país.

Un círculo vicioso es pobreza-analfabetismo, pues, al quedar evidenciado que existen estados de la república con menores niveles de desarrollo económico, el analfabetismo alcanza los niveles más altos, como es el caso de Chiapas, Oaxaca y Guerrero. En cambio, los estados que se ubican en el norte del país y la Ciudad de México presentan índices menores de esta problemática.

Una persona analfabeta es la que se considera “(aquella) que no sabe leer ni escribir un recado”. En contraste, la UNESCO define que “una persona se considera alfabetizada si es capaz de leer, escribir y entender un texto breve y siempre relacionado con su vida cotidiana”

Por otro lado, un analfabeta funcional, aunque este es un concepto menos aceptado internacionalmente, es una persona que no tiene acreditado el tercer grado de primaria.

De acuerdo con los investigadores, las personas que no alcanzan el tercer grado de instrucción primaria tienen una alta probabilidad de que la habilidad de leer y escribir se pierda con el paso del tiempo. Se calcula que este tipo de personas que no tienen instrucción o no terminaron el tercer grado de primaria es del 16 % de la población total del país. Este índice se obtiene al dividir el número de analfabetos entre el total de la población de 15 años o más y, por lo general, se expresa en porcentaje.

Autoridades como investigadores han detectado en el transcurso de los años que la magnitud del problema ha disminuido, han sido pequeñas pero constantes, reduciéndose el índice de los analfabetas.

Es más evidente la sensible disminución que se registró en estos años, pero esta queda atenuada al considerar el incremento de la población nacional.

El índice actual deja mucho que desear comparándolos con países desarrollados e incluso es bajo en relación con países en el contexto latinoamericano, como es el caso de Argentina, Chile y Venezuela.

La UNESCO considera alfabetizada una población cuando las personas que no saben leer y escribir no pasan del 4 %; no es el caso de México, donde aún es alto.

La regionalización del analfabetismo en nuestro país se describe como un verdadero problema que radica en los contrastes que se dan al interior de la república, diferencias fundadas en consideraciones de carácter social y económico, que provocan que el número de mexicanos analfabetos se concentre especialmente en una parte del país.

Una recomendación indispensable que pretende rebasar el carácter tradicional en el que se han desarrollado los programas de alfabetización es que se debe pasar del concepto que engloba poder leer y escribir un recado sencillo a otro más avanzado.

*Doctor en Educación

El problema del analfabetismo es importante porque es un indicador de la inequidad que caracteriza a un país.

Desde esta perspectiva, el analfabetismo se relaciona con graves problemas sociales como la pobreza y la marginación, por lo que se puede entender como una consecuencia de los problemas económicos y sociales que aquejan a una población.

En México, de acuerdo con los datos de los diversos censos que se han realizado, el número de analfabetos todavía es alto y el problema se agrava al hacer la distinción entre analfabetismo y analfabetismo disfuncional, correspondiendo para esta última categoría varios millones de mexicanos.

La distinción entre estos conceptos, así como la evolución del analfabetismo en México, se estudia por investigadores de varios Centros de Estudios Sociales y Universidades del país.

El Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) es la institución oficial que atiende a esta población, ofreciendo los servicios de alfabetización y otros más para apoyar a la población en dicha problemática educativa y social.

El INEA tiene estudios muy completos sobre el problema del analfabetismo en nuestro país al hacer una regionalización del fenómeno, teniendo análisis exhaustivos del tema y una estimación de que la población en nuestro país será en el 2030 toda alfabetizada.

El resultado de estudios especiales para los investigadores y funcionarios del tema evidencia que el porcentaje de muestras en los índices del analfabetismo es el 4.7 % del total de la población del país, el cual crece cada año.

El actual Gobierno Federal es probable que continúe con las mismas políticas públicas que existen en la actualidad en nuestro país: atender a los grupos rezagados, es decir, indígenas, mujeres, población rural del sur, oriente y centro del país.

Un círculo vicioso es pobreza-analfabetismo, pues, al quedar evidenciado que existen estados de la república con menores niveles de desarrollo económico, el analfabetismo alcanza los niveles más altos, como es el caso de Chiapas, Oaxaca y Guerrero. En cambio, los estados que se ubican en el norte del país y la Ciudad de México presentan índices menores de esta problemática.

Una persona analfabeta es la que se considera “(aquella) que no sabe leer ni escribir un recado”. En contraste, la UNESCO define que “una persona se considera alfabetizada si es capaz de leer, escribir y entender un texto breve y siempre relacionado con su vida cotidiana”

Por otro lado, un analfabeta funcional, aunque este es un concepto menos aceptado internacionalmente, es una persona que no tiene acreditado el tercer grado de primaria.

De acuerdo con los investigadores, las personas que no alcanzan el tercer grado de instrucción primaria tienen una alta probabilidad de que la habilidad de leer y escribir se pierda con el paso del tiempo. Se calcula que este tipo de personas que no tienen instrucción o no terminaron el tercer grado de primaria es del 16 % de la población total del país. Este índice se obtiene al dividir el número de analfabetos entre el total de la población de 15 años o más y, por lo general, se expresa en porcentaje.

Autoridades como investigadores han detectado en el transcurso de los años que la magnitud del problema ha disminuido, han sido pequeñas pero constantes, reduciéndose el índice de los analfabetas.

Es más evidente la sensible disminución que se registró en estos años, pero esta queda atenuada al considerar el incremento de la población nacional.

El índice actual deja mucho que desear comparándolos con países desarrollados e incluso es bajo en relación con países en el contexto latinoamericano, como es el caso de Argentina, Chile y Venezuela.

La UNESCO considera alfabetizada una población cuando las personas que no saben leer y escribir no pasan del 4 %; no es el caso de México, donde aún es alto.

La regionalización del analfabetismo en nuestro país se describe como un verdadero problema que radica en los contrastes que se dan al interior de la república, diferencias fundadas en consideraciones de carácter social y económico, que provocan que el número de mexicanos analfabetos se concentre especialmente en una parte del país.

Una recomendación indispensable que pretende rebasar el carácter tradicional en el que se han desarrollado los programas de alfabetización es que se debe pasar del concepto que engloba poder leer y escribir un recado sencillo a otro más avanzado.

*Doctor en Educación