La finalidad del arte es lograr la comunicación estética que haga vivir experiencias sensibles y con frecuencia nuevas, y descubrir equivalencias de vida, contribuir al desarrollo mental y la adaptación social del ser humano. Es en el periodo de la juventud el que parece ser, sobre todo, sensible a las influencias de este tipo.
De modo constante los estudios sobre psicología de los jóvenes dicen que en esencia, lo característico de esta edad es el aumento del sentimiento del yo, de la inteligencia, de la valoración del mundo y el despertar de otros sentimientos personales.
Se ha considerado que la participación de las instituciones educativas es ayudar al estudiante a vivir cada estadio biológico-psíquico de acuerdo con los más altos valores del espíritu, atentas a las particularidades que las enmarquen con el fin de prepararle para las siguientes, pues quien vive cada una de sus edades con intensidad, jamás las añorara ni verá frustrada su existencia.
La plenitud humana se va alcanzando de acuerdo con la plenitud de vida que las personas realicen y de manera propositiva, la escuela fomente y desarrolle con sistematización y práctica.
Por esto es necesario precisar los conceptos sobre lo que el joven, sujeto educativo debe concretar sus motivaciones y comprender sus reacciones para buscar así, los medios apropiados en su dirección formativa e informativa.
Hay mucho que orientar a los jóvenes, y comprender lo difícil de la edad por la que atraviesan y tal parece que tienen un rechazo y abandono al afán moralizante, sin una formación sólida de los conocimientos básicos y científicos.
Se busca estimular en el joven apropiadamente a quien está a la búsqueda de originalidad, luchar por situar su yo en el mundo externo.
Se ha considerado que no se le orienta adecuadamente en el arte y ni se respeta la personalidad de quien está sembrado de dudas, solo encuentra reprimendas y abundantes comparaciones, que le molestan.
Los que tratan con los jóvenes, aparte de sus maestros, no tienen la capacidad de orientarlos por carecer de la preparación adecuada y especializada que debería de tener, aunque sea mínima, de aquellos que se relacionan en algo con la educación.
Los especialistas consideran que un joven se considera como un ser normal y complejo a la vez con características propias, determinadas por los inicios de sus integración biológica, social y psíquica.
Un joven se considera que es expectación, curiosidad, duda, ingenio, atrevimiento, ocurrencias geniales, poemas de amor, ensoñaciones, osadía, vergüenza , malicia inocente, sed de aprender, anhelo de comprensión, deseo de conocer, afán de causar impresión, de ser tomado en cuenta, de llevar la contraria, ensimismamientos, ansias de impregnarse con la existencia, de rebelarse, de probar sus fuerzas, de cantar, de gritar, de correr, de investigar a sí mismo y más, ahora tendrá que introducirse a una nueva experiencia “el Arte”.
Es indudable que esta persona lleno de altibajos emocionales llamado joven tiene sus causas para ser así. Las profundas transformaciones fisiológicas que experimenta al llegar a la pubertad, ahora su individualidad se enfrenta al medio social y a la cultura a través del arte.
La juventud, es la etapa hipersensible que ofrece un amplio panorama para ser educada a través del arte. Esta afirmación no se refiere a la tecnificación de aptitudes, sino a la presentación del arte como el espejo donde el joven encuentre respuestas a las interrogantes frecuentes de mundo que lo rodea.
El arte se presenta como un medio de ampliación de los conocimientos del hombre, la adolescencia es la edad del encuentro con el arte y la educación a través de él, no es más que el proceso de apertura del joven espíritu a las influencias que provienen de la realidad.
La escuela y el maestro deben contribuir a hacer más sano su desarrollo afectivo, social y cultural, de aprovechar para educar al joven, las ocasiones que proporcione este periodo de integración. Una de ellas, la más intensamente humana para los jóvenes, se encuentra en el arte.
*Doctor en Educación.
