/ miércoles 20 de diciembre de 2017

El PRI poblano y su “timing” extraviado

Mientras que los priistas poblanos están enfrascados en la esperanza de que habrá un vuelco en los acuerdos nacionales que permitan en lo local reproducir una coalición con los partidos Verde Ecologista de México y Nueva Alianza que los hagan más competitivos en las urnas, sus adversarios políticos comienzan a ganarles una ventaja que se antoja irreversible.

Las preferencias electorales que posicionan al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en tercer lugar parecen convertirse en un pantano para quien pretenda abanderar la candidatura a la gubernatura.

Pero no solo el desgaste de la marca PRI y la falta de acuerdos aliancistas son los factores que tienen al tricolor focalizado en un escenario, una vez más, de derrota en la entidad. También el manejo deficiente o lento de sus tiempos traerá consecuencias negativas en las urnas.

El “timing” es un término inglés que tiene que ver con la administración de los tiempos, los ritmos o velocidades, y que aterrizado a una campaña política es fundamental para obtener buenos resultados.

Saber qué decir, en el momento adecuado, resulta clave para que un partido o candidato logre seducir a sus potenciales votantes. Elemento que van acompañando tres etapas de una campaña: la presentación, la fijación de mensaje y finalmente la solicitud del voto.

Qué mejor tiempo para el PRI que haber soltado el pasado fin de semana el nombre de quien será el abanderado a la gubernatura, aprovechando la visita que realizó el precandidato José Antonio Meade.

Por el contrario, en Morena ya tienen a su candidato, Miguel Ángel Barbosa, y en el Partido Acción Nacional, el sábado, ocurrió el ritual -aprendido del priismo- de destape de Martha Érika Alonso, esposa del exgobernador Rafael Moreno Valle.

En otras palabras: mientras que el morenovallismo confirmó que pondrá toda su estrategia, la estructura adquirida y las ventajas económicas que da ostentar el poder en favor de la secretaria general del PAN y por el otro lado Luis Miguel Barbosa se mantiene con un discurso de choque hacia el grupo en el poder local, en el PRI sigue la incertidumbre de quién será su candidato.

Los tiempos políticos, que no son necesariamente los tiempos cronológicos, como que no se están alineando hacia el tricolor; en un solo fin de semana, y a pesar de que su virtual candidato estuvo presente, no trajeron definiciones o certeza que los dejan en rezago para con sus adversarios, que ya mostraron sus cartas.

Y el Comité Directivo Estatal del PRI, el de Jorge Estefan Chidiac, no ha resuelto las dudas de sus aspirantes sobre la forma en que se jugará esta elección, que, según el dicho de José Antonio Meade, no está negociada, pero que en la realidad parece que este aletargamiento le está allanado el camino al PAN y la alianza que conforme para mantener la gubernatura estatal.

A unos días de que Meade viniera a Puebla con la intención de “entusiasmar” con su proyecto, entre los tricolores se huele un clima de preocupación, de frustración y de impotencia frente a un muy probable escenario de derrota.

Hasta la próxima.

salvador_rios@elsoldepuebla.com.mx

Twitter: @elsalvadorrios

Mientras que los priistas poblanos están enfrascados en la esperanza de que habrá un vuelco en los acuerdos nacionales que permitan en lo local reproducir una coalición con los partidos Verde Ecologista de México y Nueva Alianza que los hagan más competitivos en las urnas, sus adversarios políticos comienzan a ganarles una ventaja que se antoja irreversible.

Las preferencias electorales que posicionan al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en tercer lugar parecen convertirse en un pantano para quien pretenda abanderar la candidatura a la gubernatura.

Pero no solo el desgaste de la marca PRI y la falta de acuerdos aliancistas son los factores que tienen al tricolor focalizado en un escenario, una vez más, de derrota en la entidad. También el manejo deficiente o lento de sus tiempos traerá consecuencias negativas en las urnas.

El “timing” es un término inglés que tiene que ver con la administración de los tiempos, los ritmos o velocidades, y que aterrizado a una campaña política es fundamental para obtener buenos resultados.

Saber qué decir, en el momento adecuado, resulta clave para que un partido o candidato logre seducir a sus potenciales votantes. Elemento que van acompañando tres etapas de una campaña: la presentación, la fijación de mensaje y finalmente la solicitud del voto.

Qué mejor tiempo para el PRI que haber soltado el pasado fin de semana el nombre de quien será el abanderado a la gubernatura, aprovechando la visita que realizó el precandidato José Antonio Meade.

Por el contrario, en Morena ya tienen a su candidato, Miguel Ángel Barbosa, y en el Partido Acción Nacional, el sábado, ocurrió el ritual -aprendido del priismo- de destape de Martha Érika Alonso, esposa del exgobernador Rafael Moreno Valle.

En otras palabras: mientras que el morenovallismo confirmó que pondrá toda su estrategia, la estructura adquirida y las ventajas económicas que da ostentar el poder en favor de la secretaria general del PAN y por el otro lado Luis Miguel Barbosa se mantiene con un discurso de choque hacia el grupo en el poder local, en el PRI sigue la incertidumbre de quién será su candidato.

Los tiempos políticos, que no son necesariamente los tiempos cronológicos, como que no se están alineando hacia el tricolor; en un solo fin de semana, y a pesar de que su virtual candidato estuvo presente, no trajeron definiciones o certeza que los dejan en rezago para con sus adversarios, que ya mostraron sus cartas.

Y el Comité Directivo Estatal del PRI, el de Jorge Estefan Chidiac, no ha resuelto las dudas de sus aspirantes sobre la forma en que se jugará esta elección, que, según el dicho de José Antonio Meade, no está negociada, pero que en la realidad parece que este aletargamiento le está allanado el camino al PAN y la alianza que conforme para mantener la gubernatura estatal.

A unos días de que Meade viniera a Puebla con la intención de “entusiasmar” con su proyecto, entre los tricolores se huele un clima de preocupación, de frustración y de impotencia frente a un muy probable escenario de derrota.

Hasta la próxima.

salvador_rios@elsoldepuebla.com.mx

Twitter: @elsalvadorrios