/ miércoles 27 de marzo de 2019

La eterna planeación de Claudia Rivera para no resolver el ambulantaje

Cuando menos nos demos cuenta, habrán pasado 10 meses desde que una mayoría de poblanos decidió votar, bajo el efecto López Obrador, en todas o varias boletas sin mayor reflexión que la de tachar el emblema de Morena y que con ello favoreció el triunfo de Claudia Rivera Vivanco en la presidencia municipal.

Para cuando esos meses transcurran estaremos en el mes de mayo y si bien nos va, la Secretaría de Gobernación Municipal, a cargo de René Sánchez Galindo, tendrá un proyecto que, se entiende, servirá para maquillar al comercio informal, restringir la venta de algunos productos pero mantenerlos.

Tres meses y medio de periodo de transición y poco más de cinco meses de gobierno municipal no bastaron para diseñar una estrategia que sirviera para afrontar el comercio informal ni mucho menos para contener su crecimiento tanto en el Centro Histórico como en diversos puntos de la ciudad.

Cuando se suponía que la estrategia sería presentada ahora sí, tras un primer anuncio hecho en diciembre pasado por la propia alcaldesa, resulta que lo que se presentó fue una idea de lo que se va a tener listo dentro de dos meses.

Y ese proyecto no se echará a andar de inmediato. Tendrá que someterse a la consideración de empresarios, universidades y ¿Qué cree?, también de los propios informales.

A juzgar de las declaraciones del presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Carlos Montiel Solana, la medida pinta para ser rechazada por los hombres de negocio. El líder empresarial endilgó que el pretendido plan del Ayuntamiento de Puebla es “una tomada de pelo” puesto que se pretende legalizar lo ilegal y criticó que el tener una ciudad incluyente no debe implicar que en esta se valga de todo.

Salvo la escuela de Economía de la BUAP, dudo que universidades de prestigio respalden la idea de validar la venta de lo que sea bajo un esquema no previsto en la normativa.

Ahora bien ¿Cómo hará la administración de Claudia Rivera para que los comerciantes informales, donde se amalgaman intereses políticos, económicos y hasta mafiosos, acepten sin titubeos la alteración de su modus vivendi, controlando espacios, mercancías y nichos de poder?

Una autoridad que no lo ha sido frente a ellos, puesto que los han dejado hacer su voluntad, ha sido engañada con supuestos permisos de la pasada administración, inmóvil frente a las ventas en días que supuestamente descansaban y asumiendo que está limitada desde la normativa para hacer frente al problema.

Pero aun suponiendo que René Sánchez tuviera toda la intención de limitar el comercio informal del que tanto se quejan los comerciantes formales y el sector turístico, la realidad es que hay un freno jerárquico que mina cualquier estrategia: Claudia Rivera no quiere afectar a los ambulantes.

Y si esto es así de claro como los encuentros públicos, lo mismo con antorchistas que con líderes de la Unión Popular de Vendedores Ambulantes 28 de Octubre, lo que se debe esperar es que el sello de la alcaldesa se impregne en el proyecto que se presente dentro de dos meses.

En su planteamiento, la autoridad tiene de dos, o descararse y hacer adecuaciones al Código Reglamentario Municipal para quitarle la prohibición a la venta en la calle o apostarse por otras alternativas como los llamados puestos semifijos que están regulados, con cobros específicos por metro cuadrado y determinado por normas de convivencia para quienes se encuentras a los alrededores de estos.

Pensando bien, hay una tercera vía, la de simular que se realizará una estrategia de reordenamiento para que todo siga igual y esa parece la ruta.

Hasta la próxima.

Twitter: @elsalvadorrios

salvador_rios@elsoldepuebla.com.mx

Cuando menos nos demos cuenta, habrán pasado 10 meses desde que una mayoría de poblanos decidió votar, bajo el efecto López Obrador, en todas o varias boletas sin mayor reflexión que la de tachar el emblema de Morena y que con ello favoreció el triunfo de Claudia Rivera Vivanco en la presidencia municipal.

Para cuando esos meses transcurran estaremos en el mes de mayo y si bien nos va, la Secretaría de Gobernación Municipal, a cargo de René Sánchez Galindo, tendrá un proyecto que, se entiende, servirá para maquillar al comercio informal, restringir la venta de algunos productos pero mantenerlos.

Tres meses y medio de periodo de transición y poco más de cinco meses de gobierno municipal no bastaron para diseñar una estrategia que sirviera para afrontar el comercio informal ni mucho menos para contener su crecimiento tanto en el Centro Histórico como en diversos puntos de la ciudad.

Cuando se suponía que la estrategia sería presentada ahora sí, tras un primer anuncio hecho en diciembre pasado por la propia alcaldesa, resulta que lo que se presentó fue una idea de lo que se va a tener listo dentro de dos meses.

Y ese proyecto no se echará a andar de inmediato. Tendrá que someterse a la consideración de empresarios, universidades y ¿Qué cree?, también de los propios informales.

A juzgar de las declaraciones del presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Carlos Montiel Solana, la medida pinta para ser rechazada por los hombres de negocio. El líder empresarial endilgó que el pretendido plan del Ayuntamiento de Puebla es “una tomada de pelo” puesto que se pretende legalizar lo ilegal y criticó que el tener una ciudad incluyente no debe implicar que en esta se valga de todo.

Salvo la escuela de Economía de la BUAP, dudo que universidades de prestigio respalden la idea de validar la venta de lo que sea bajo un esquema no previsto en la normativa.

Ahora bien ¿Cómo hará la administración de Claudia Rivera para que los comerciantes informales, donde se amalgaman intereses políticos, económicos y hasta mafiosos, acepten sin titubeos la alteración de su modus vivendi, controlando espacios, mercancías y nichos de poder?

Una autoridad que no lo ha sido frente a ellos, puesto que los han dejado hacer su voluntad, ha sido engañada con supuestos permisos de la pasada administración, inmóvil frente a las ventas en días que supuestamente descansaban y asumiendo que está limitada desde la normativa para hacer frente al problema.

Pero aun suponiendo que René Sánchez tuviera toda la intención de limitar el comercio informal del que tanto se quejan los comerciantes formales y el sector turístico, la realidad es que hay un freno jerárquico que mina cualquier estrategia: Claudia Rivera no quiere afectar a los ambulantes.

Y si esto es así de claro como los encuentros públicos, lo mismo con antorchistas que con líderes de la Unión Popular de Vendedores Ambulantes 28 de Octubre, lo que se debe esperar es que el sello de la alcaldesa se impregne en el proyecto que se presente dentro de dos meses.

En su planteamiento, la autoridad tiene de dos, o descararse y hacer adecuaciones al Código Reglamentario Municipal para quitarle la prohibición a la venta en la calle o apostarse por otras alternativas como los llamados puestos semifijos que están regulados, con cobros específicos por metro cuadrado y determinado por normas de convivencia para quienes se encuentras a los alrededores de estos.

Pensando bien, hay una tercera vía, la de simular que se realizará una estrategia de reordenamiento para que todo siga igual y esa parece la ruta.

Hasta la próxima.

Twitter: @elsalvadorrios

salvador_rios@elsoldepuebla.com.mx