/ lunes 13 de julio de 2020

La interculturalidad

En los últimos años el concepto de “educación intercultural” se emplea con mayor frecuencia en diversas áreas y niveles del Sistema Educativo Nacional. Sin embargo, una parte de la comunidad educativa podría pensar que se trata de una nueva moda.

Esta opinión se puede explicar por la constante incorporación de diversos paradigmas en la cultura pedagógica que permanecen durante periodos más o menos largos, a veces de manera coincidente con los sexenios, y posteriormente se diluye.

Lo preocupante de esta percepción radica en pensar que pasará el interés por la interculturalidad y vendrán nuevos términos. Como si la interculturalidad no estuviera relacionada con nuestra vida cotidiana.

El hecho de que posiblemente no sólo en México sino en otros países impere esta situación puede deberse a que aún es incipiente la investigación de esta área, comparada con otras disciplinas.

Resulta interesante destacar que si desmembramos el sintagma de “educación intercultural” y pensamos por separado en la palabra “educación” y en la palabra “intercultural”, quizás la segunda, aunque más reciente, nos suene más conocida que la primera.

Esto quizás se deba a que la palabra educación, utilizada desde hace miles de años, ha sido incorporada en nuestro pensamiento y no nos parece pasada de moda porque se ha integrado a nosotros; porque se ha comprobado su eficacia, sus bondades de alguna forma todos hemos sido beneficiados con ello.

Esto mismo es lo que debería de pasar con el termino interculturalidad, deberíamos de alcanzar los beneficios que nos aporta actualmente como humanidad y lo que en un futuro nos depararía.

La interculturalidad es un fenómeno que nos incumbe a todos, por ello debemos contar con herramientas necesarias para enfrentar el fenómeno y sacar el mejor provecho propio en bien de la sociedad.

Se coincide con teóricos, que la interculturalidad no solamente tiene que ver con interacciones entre la identificación étnica y la práctica de la cultura, sino también con cuestiones de diversidad en el género, la religión, la edad, el origen geográfico, la residencia actual, la lengua materna, la nacionalidad, las pautas de comportamiento, el rendimiento escolar, el nivel socioeconómico de los padres y madres.

Las diferencias culturales, son diferencias humanas y no se puede por ello, ignorarlas, ni eliminarlas al tratar los diversos y múltiples problemas humanos.

Dado que el hombre no está dotado sólo de una naturaleza fisiológica, como querían otras ciencias, es también un ser cultural y la cultura incide sobre su misma naturaleza.

Bajo este enfoque se analizan algunas posibles causas por las cuales la interculturalidad aún se encuentra en un periodo de desarrollo y todavía no ha impactado permanentemente a la humanidad.

Algunos investigadores lo atribuyen a que quizá los pilares de la reflexión sobre la interculturalidad no están los suficientemente sólidos y sin embargo ya se ha puesto en circulación en el ámbito educativo.

La interculturalidad se ha incorporado al proceso educativo, antes de atravesar por reflexiones serias desde la filosofía o la antropología misma o no ha sido resultado de estudios empíricos de carácter etnográfico.

Una posible solución consistiría en procurar una reflexión más profunda y multidisciplinaria sobre este fenómeno, en donde la educación intercultural encontraría bases más fortalecidas para arraigarse en el espíritu de la humanidad.


Doctor en Educación.

En los últimos años el concepto de “educación intercultural” se emplea con mayor frecuencia en diversas áreas y niveles del Sistema Educativo Nacional. Sin embargo, una parte de la comunidad educativa podría pensar que se trata de una nueva moda.

Esta opinión se puede explicar por la constante incorporación de diversos paradigmas en la cultura pedagógica que permanecen durante periodos más o menos largos, a veces de manera coincidente con los sexenios, y posteriormente se diluye.

Lo preocupante de esta percepción radica en pensar que pasará el interés por la interculturalidad y vendrán nuevos términos. Como si la interculturalidad no estuviera relacionada con nuestra vida cotidiana.

El hecho de que posiblemente no sólo en México sino en otros países impere esta situación puede deberse a que aún es incipiente la investigación de esta área, comparada con otras disciplinas.

Resulta interesante destacar que si desmembramos el sintagma de “educación intercultural” y pensamos por separado en la palabra “educación” y en la palabra “intercultural”, quizás la segunda, aunque más reciente, nos suene más conocida que la primera.

Esto quizás se deba a que la palabra educación, utilizada desde hace miles de años, ha sido incorporada en nuestro pensamiento y no nos parece pasada de moda porque se ha integrado a nosotros; porque se ha comprobado su eficacia, sus bondades de alguna forma todos hemos sido beneficiados con ello.

Esto mismo es lo que debería de pasar con el termino interculturalidad, deberíamos de alcanzar los beneficios que nos aporta actualmente como humanidad y lo que en un futuro nos depararía.

La interculturalidad es un fenómeno que nos incumbe a todos, por ello debemos contar con herramientas necesarias para enfrentar el fenómeno y sacar el mejor provecho propio en bien de la sociedad.

Se coincide con teóricos, que la interculturalidad no solamente tiene que ver con interacciones entre la identificación étnica y la práctica de la cultura, sino también con cuestiones de diversidad en el género, la religión, la edad, el origen geográfico, la residencia actual, la lengua materna, la nacionalidad, las pautas de comportamiento, el rendimiento escolar, el nivel socioeconómico de los padres y madres.

Las diferencias culturales, son diferencias humanas y no se puede por ello, ignorarlas, ni eliminarlas al tratar los diversos y múltiples problemas humanos.

Dado que el hombre no está dotado sólo de una naturaleza fisiológica, como querían otras ciencias, es también un ser cultural y la cultura incide sobre su misma naturaleza.

Bajo este enfoque se analizan algunas posibles causas por las cuales la interculturalidad aún se encuentra en un periodo de desarrollo y todavía no ha impactado permanentemente a la humanidad.

Algunos investigadores lo atribuyen a que quizá los pilares de la reflexión sobre la interculturalidad no están los suficientemente sólidos y sin embargo ya se ha puesto en circulación en el ámbito educativo.

La interculturalidad se ha incorporado al proceso educativo, antes de atravesar por reflexiones serias desde la filosofía o la antropología misma o no ha sido resultado de estudios empíricos de carácter etnográfico.

Una posible solución consistiría en procurar una reflexión más profunda y multidisciplinaria sobre este fenómeno, en donde la educación intercultural encontraría bases más fortalecidas para arraigarse en el espíritu de la humanidad.


Doctor en Educación.