/ viernes 7 de octubre de 2022

Los temas para la elección de 2024

Cuando un votante ejerce el sufragio, fundamenta su elección con base a tres factores: el partido, el candidato y la propuesta o los temas que se debatieron en la campaña. Y cada uno posee características complejas, no obstante, conviene aquí hacer dos señalamientos: por un lado, registran un peso diferente, pues el partido explica alrededor del 25% de las motivos que fundamentan la decisión de un votante, mientras que el candidato explica el 33% y la propuestas o temas, un 40%; por otro lado, no son mutuamente excluyentes, sino que se presentan simultáneamente en la mente de los votantes, correlacionándose de manera distinta, según los antecedentes particulares del ciudadano y el contexto de la contienda.

He buscado, en mi trabajo académico, esclarecer por qué varían de manera significativa las tendencias electorales durante periodos relativamente cortos y la explicación más adecuada me la ha dado la conjugación de estos tres factores. La relación entre ellos varía dependiendo de la combinación de partido, candidatos y, sobre todo, los temas. De ahí que las preferencias electorales, rumbo a la elección presidencial, se mantendrán favorables a Morena mientras su candidato/a sea Marcelo Ebrard o Claudia Sheinbaum, pues ellos cuentan con el voto partidista más sólido y el mejor posicionamiento como aspirantes, en términos de conocimiento e imagen positiva entre los electores que dicen conocerlos. Pero sin duda alguna, las preferencias variarán una vez iniciadas las campañas, debido a que el foco de atención se centrará en los temas de la contienda, y de lo que propongan los actores políticos, llámese partido o candidatos, para enfrentar estos temas.

Contrario a lo que se piensa, el abanico de temas es reducido, debido a que presentan diferentes grados de importancia (o rentabilidad) desde el punto de vista de los votantes y un determinado coeficiente de impacto al insertarse en la agenda de los medios. Para el año 2018, el tema fue “cambio”, que capitalizó AMLO con su discurso en contra de la corrupción que, después de cuatro años de gobierno, resultó demasiado reduccionista con respecto a los problemas que nos aquejan como país.

Para 2024, podemos identificar cuatro temas. En primer lugar, sigue estando el tema “cambio”, que aún puede enarbolar Morena, con la idea de consolidar la transformación que inició en 2018, y que particularmente puede funcionar mejor con Claudia Sheinbaum, pues, de ganar, sería la primera mujer en ocupar la presidencia.

El tema “cambio” ya no es exclusivo de Morena, también lo podrán enarbolar los candidatos de oposición, que tendrán que cambiar el significado de la palabra “cambio” más allá del discurso de la democracia, que expresan en sus mensajes al dirigir sus críticas al presidente AMLO, acusándolo de autoritario e ineficiente. Tema que sólo entienden las clases medias y altas de nuestro país, pero que para la mayoría carece de significado, ante una socialización política basada en el paternalismo heredado del régimen priista, el cual se niega a desaparecer. Hasta el momento no se vislumbra claramente un aspirante de oposición que pueda darle una nueva lectura al tema “cambio” que tenga relevancia a los electores que viven en situación de precariedad económica, a los que el gobierno de Morena les ha proporcionado ayudas y pensiones que ningún otro gobierno les había ofrecido antes.

En segundo lugar se ubica la política de seguridad. Una de las promesas del candidato López Obrador fue pacificar al país, a más de cuatro años de gobierno, vemos que su estrategia de “abrazos, no balazos” ha tenido un resultado contrario a la pacificación. El sexenio morenista podría superar los 156 mil homicidios dolosos del sexenio de Peña Nieto, y quizás posicionarse como el sexenio más violento en la historia del país.

El tema de “seguridad” será importante, aunque de manera negativa. Y a pesar que desde el punto de vista del elector, la inseguridad se ha incrementado con la llegada de los gobiernos del Morena, muy difícilmente los gobiernos del PAN. PRI, PRD y MC tienen un expediente limpio en relación a la delincuencia organizada. La seguridad será un tema del que todos los actores marcarán distancia con respecto a la forma en que lo manejaron los últimos gobiernos federales, pero también será insuficiente para que represente el motivo que explique el triunfo de un candidato o partido en particular.

El tercer tema relevante, sin lugar a dudas, será el crecimiento de la economía. Un tema positivo, en el sentido de que representará la oferta que los diferentes actores políticos se comprometerán a cumplir una vez ganada la Presidencia de la República. ¿A quién beneficia este tema? Considero que a los tres principales partidos. Y esto dependerá de la manera en que ofrezcan su oferta y de la credibilidad que tengan sus candidatos durante la contienda.

En cuarto lugar están las estrategias con las que los rivales buscarán acortar las distancias con el candidato/a de Morena. A pesar de que la actual legislación electoral no permite la difusión de campañas negativas por los medios de comunicación, el candidato de Morena será de todos modos blanco de un conjunto de mensajes que buscarán modificar la preferencia hacia él. Y el probable enfoque que enmarcará estas campañas no será la personalidad del candidato, sino la del gobierno que representa; pues veremos mensajes de cómo Morena, ya en el gobierno, fue igual o peor que sus antecesores, revelando escándalos de corrupción, o la supuesta vinculación de morenistas con el crimen organizado y el narcotráfico.

La combinación de estos temas y la manera en que respondan a ellos los distintos actores políticos, determinará la permanencia de Morena en la Presidencia de la República. Como se plantea el escenario a la distancia desde 2022, o por el contrario, contra todo pronóstico, se dé un cambio de partido en 2024, con un candidato encabezando la alianza opositora. Quienes consideran que las tendencias no cambiarán de aquí al 2024 están adelantando vísperas, porque la parte más volátil de la contienda (la que representa el 40% de la variación) tendrá lugar hasta entrado el mes de mayo del 2024.


Cuando un votante ejerce el sufragio, fundamenta su elección con base a tres factores: el partido, el candidato y la propuesta o los temas que se debatieron en la campaña. Y cada uno posee características complejas, no obstante, conviene aquí hacer dos señalamientos: por un lado, registran un peso diferente, pues el partido explica alrededor del 25% de las motivos que fundamentan la decisión de un votante, mientras que el candidato explica el 33% y la propuestas o temas, un 40%; por otro lado, no son mutuamente excluyentes, sino que se presentan simultáneamente en la mente de los votantes, correlacionándose de manera distinta, según los antecedentes particulares del ciudadano y el contexto de la contienda.

He buscado, en mi trabajo académico, esclarecer por qué varían de manera significativa las tendencias electorales durante periodos relativamente cortos y la explicación más adecuada me la ha dado la conjugación de estos tres factores. La relación entre ellos varía dependiendo de la combinación de partido, candidatos y, sobre todo, los temas. De ahí que las preferencias electorales, rumbo a la elección presidencial, se mantendrán favorables a Morena mientras su candidato/a sea Marcelo Ebrard o Claudia Sheinbaum, pues ellos cuentan con el voto partidista más sólido y el mejor posicionamiento como aspirantes, en términos de conocimiento e imagen positiva entre los electores que dicen conocerlos. Pero sin duda alguna, las preferencias variarán una vez iniciadas las campañas, debido a que el foco de atención se centrará en los temas de la contienda, y de lo que propongan los actores políticos, llámese partido o candidatos, para enfrentar estos temas.

Contrario a lo que se piensa, el abanico de temas es reducido, debido a que presentan diferentes grados de importancia (o rentabilidad) desde el punto de vista de los votantes y un determinado coeficiente de impacto al insertarse en la agenda de los medios. Para el año 2018, el tema fue “cambio”, que capitalizó AMLO con su discurso en contra de la corrupción que, después de cuatro años de gobierno, resultó demasiado reduccionista con respecto a los problemas que nos aquejan como país.

Para 2024, podemos identificar cuatro temas. En primer lugar, sigue estando el tema “cambio”, que aún puede enarbolar Morena, con la idea de consolidar la transformación que inició en 2018, y que particularmente puede funcionar mejor con Claudia Sheinbaum, pues, de ganar, sería la primera mujer en ocupar la presidencia.

El tema “cambio” ya no es exclusivo de Morena, también lo podrán enarbolar los candidatos de oposición, que tendrán que cambiar el significado de la palabra “cambio” más allá del discurso de la democracia, que expresan en sus mensajes al dirigir sus críticas al presidente AMLO, acusándolo de autoritario e ineficiente. Tema que sólo entienden las clases medias y altas de nuestro país, pero que para la mayoría carece de significado, ante una socialización política basada en el paternalismo heredado del régimen priista, el cual se niega a desaparecer. Hasta el momento no se vislumbra claramente un aspirante de oposición que pueda darle una nueva lectura al tema “cambio” que tenga relevancia a los electores que viven en situación de precariedad económica, a los que el gobierno de Morena les ha proporcionado ayudas y pensiones que ningún otro gobierno les había ofrecido antes.

En segundo lugar se ubica la política de seguridad. Una de las promesas del candidato López Obrador fue pacificar al país, a más de cuatro años de gobierno, vemos que su estrategia de “abrazos, no balazos” ha tenido un resultado contrario a la pacificación. El sexenio morenista podría superar los 156 mil homicidios dolosos del sexenio de Peña Nieto, y quizás posicionarse como el sexenio más violento en la historia del país.

El tema de “seguridad” será importante, aunque de manera negativa. Y a pesar que desde el punto de vista del elector, la inseguridad se ha incrementado con la llegada de los gobiernos del Morena, muy difícilmente los gobiernos del PAN. PRI, PRD y MC tienen un expediente limpio en relación a la delincuencia organizada. La seguridad será un tema del que todos los actores marcarán distancia con respecto a la forma en que lo manejaron los últimos gobiernos federales, pero también será insuficiente para que represente el motivo que explique el triunfo de un candidato o partido en particular.

El tercer tema relevante, sin lugar a dudas, será el crecimiento de la economía. Un tema positivo, en el sentido de que representará la oferta que los diferentes actores políticos se comprometerán a cumplir una vez ganada la Presidencia de la República. ¿A quién beneficia este tema? Considero que a los tres principales partidos. Y esto dependerá de la manera en que ofrezcan su oferta y de la credibilidad que tengan sus candidatos durante la contienda.

En cuarto lugar están las estrategias con las que los rivales buscarán acortar las distancias con el candidato/a de Morena. A pesar de que la actual legislación electoral no permite la difusión de campañas negativas por los medios de comunicación, el candidato de Morena será de todos modos blanco de un conjunto de mensajes que buscarán modificar la preferencia hacia él. Y el probable enfoque que enmarcará estas campañas no será la personalidad del candidato, sino la del gobierno que representa; pues veremos mensajes de cómo Morena, ya en el gobierno, fue igual o peor que sus antecesores, revelando escándalos de corrupción, o la supuesta vinculación de morenistas con el crimen organizado y el narcotráfico.

La combinación de estos temas y la manera en que respondan a ellos los distintos actores políticos, determinará la permanencia de Morena en la Presidencia de la República. Como se plantea el escenario a la distancia desde 2022, o por el contrario, contra todo pronóstico, se dé un cambio de partido en 2024, con un candidato encabezando la alianza opositora. Quienes consideran que las tendencias no cambiarán de aquí al 2024 están adelantando vísperas, porque la parte más volátil de la contienda (la que representa el 40% de la variación) tendrá lugar hasta entrado el mes de mayo del 2024.