/ lunes 2 de noviembre de 2020

Una tregua por México

“Nadie ama a su patria porque es grande, sino porque es suya”

Séneca


Conservadores vs Liberales, ‘Fifís’ vs ‘Chairos’, Ricos vs Pobres, Empresarios vs Trabajadores, Partidos de oposición vs Morena, Gobernadores de la Alianza Federalista vs Gobernadores de Morena… Y así la sociedad mexicana se divide como si hubiera ‘dos bandos’ en un discurso de polarización alentado desde Palacio Nacional.


En medio de una crisis sin precedentes ocasionada por la pandemia del Covid19 y un mal manejo de la economía que ya venía desde antes del confinamiento, no se ve un cambio de discurso que apele a la unidad de los mexicanos.


El mundo como lo conocemos cambiará. Después de la pandemia, veremos surgir otro México. Vivimos un momento histórico. Nunca una pandemia nos había mandado por tanto tiempo a resguardarnos en casa para evitar contagios y con ello, la muerte. Una realidad que sólo habíamos visto en películas. Hoy nos supera.


Voces críticas ante el inadecuado y contradictorio manejo de la crisis de salud y ahora, económica; son muchas. Lo que es cierto, es que a la par de las críticas fundadas ante la debacle que se avecina, han surgido liderazgos que piden unidad y solidaridad entre los mexicanos en un pacto donde todos coincidamos para literal ‘salvar’ al país.


Las crisis nos fuerzan a cambiar, nos obligan a reinventarnos como personas y como país, forman parte de la vida y la historia de la humanidad. Gracias a ellas aprendemos, después de dolorosas experiencias, pero aprendemos. Así que saldremos de ésta y ojalá que más humanos.


Administrar la bonanza es sencillo, ser líder en medio de una crisis de esta magnitud, requiere empatía, generosidad, talento y voluntad. De acuerdo a la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) la economía mexicana se recuperará hasta 2025 para tener los mismos niveles de 2019, sin embargo, la estrategia del Gobierno no parece estar consciente de ello.


Esta crisis desnuda las carencias de nuestra endeble economía, nuestro precario sistema de salud y la desigualdad social del mexicano que puede trabajar desde casa al mexicano que tiene que salir para ganar el sustento diario.


Vivimos tiempos difíciles, no hay duda, la interrogante es cómo. Por eso es momento de apelar a la unidad y a la reconciliación nacional. A aprovechar esas voces, ese talento y generosidad que se vislumbra en medio del caos. El gobierno está desperdiciando la oportunidad de hacer un llamado a unirnos para enfrentar esta gran sacudida a nuestro orden conocido.


“Los buenos propósitos suelen tener algo de ingenuo e irreal. Hasta que se convierten en hechos” como señala la periodista Anatxu Zabalbeascoa. Aunque hoy suene utópico necesitamos a la sociedad civil en una misma sintonía, mexicanas y mexicanos simplemente. Así sin etiquetas: la Iglesia Católica, Iglesias protestantes, Banco de alimentos, Cámaras Empresariales, Mipymes, Universidades públicas y privadas, Organizaciones de la Sociedad Civil, Partidos políticos, medios de comunicación y ciudadanos de a pie, buscando soluciones para no paralizar el ingreso de 36 millones de mexicanos que conforman el sector productivo de este país.


Diversos sectores urgen a trabajar por México, frenar el encono y la división para paliar la crisis, pero no se ve que el Gobierno esté tomando la palabra y coordinando esos esfuerzos aislados para convocar a un gran ‘new deal’ mexicano, sino todo lo contrario.


El tiempo se agota. Si no unimos esfuerzos en el corto plazo, el daño será irreversible en mucho tiempo. A nadie le conviene. Aquí vivimos. Convoquemos una tregua.

“Nadie ama a su patria porque es grande, sino porque es suya”

Séneca


Conservadores vs Liberales, ‘Fifís’ vs ‘Chairos’, Ricos vs Pobres, Empresarios vs Trabajadores, Partidos de oposición vs Morena, Gobernadores de la Alianza Federalista vs Gobernadores de Morena… Y así la sociedad mexicana se divide como si hubiera ‘dos bandos’ en un discurso de polarización alentado desde Palacio Nacional.


En medio de una crisis sin precedentes ocasionada por la pandemia del Covid19 y un mal manejo de la economía que ya venía desde antes del confinamiento, no se ve un cambio de discurso que apele a la unidad de los mexicanos.


El mundo como lo conocemos cambiará. Después de la pandemia, veremos surgir otro México. Vivimos un momento histórico. Nunca una pandemia nos había mandado por tanto tiempo a resguardarnos en casa para evitar contagios y con ello, la muerte. Una realidad que sólo habíamos visto en películas. Hoy nos supera.


Voces críticas ante el inadecuado y contradictorio manejo de la crisis de salud y ahora, económica; son muchas. Lo que es cierto, es que a la par de las críticas fundadas ante la debacle que se avecina, han surgido liderazgos que piden unidad y solidaridad entre los mexicanos en un pacto donde todos coincidamos para literal ‘salvar’ al país.


Las crisis nos fuerzan a cambiar, nos obligan a reinventarnos como personas y como país, forman parte de la vida y la historia de la humanidad. Gracias a ellas aprendemos, después de dolorosas experiencias, pero aprendemos. Así que saldremos de ésta y ojalá que más humanos.


Administrar la bonanza es sencillo, ser líder en medio de una crisis de esta magnitud, requiere empatía, generosidad, talento y voluntad. De acuerdo a la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) la economía mexicana se recuperará hasta 2025 para tener los mismos niveles de 2019, sin embargo, la estrategia del Gobierno no parece estar consciente de ello.


Esta crisis desnuda las carencias de nuestra endeble economía, nuestro precario sistema de salud y la desigualdad social del mexicano que puede trabajar desde casa al mexicano que tiene que salir para ganar el sustento diario.


Vivimos tiempos difíciles, no hay duda, la interrogante es cómo. Por eso es momento de apelar a la unidad y a la reconciliación nacional. A aprovechar esas voces, ese talento y generosidad que se vislumbra en medio del caos. El gobierno está desperdiciando la oportunidad de hacer un llamado a unirnos para enfrentar esta gran sacudida a nuestro orden conocido.


“Los buenos propósitos suelen tener algo de ingenuo e irreal. Hasta que se convierten en hechos” como señala la periodista Anatxu Zabalbeascoa. Aunque hoy suene utópico necesitamos a la sociedad civil en una misma sintonía, mexicanas y mexicanos simplemente. Así sin etiquetas: la Iglesia Católica, Iglesias protestantes, Banco de alimentos, Cámaras Empresariales, Mipymes, Universidades públicas y privadas, Organizaciones de la Sociedad Civil, Partidos políticos, medios de comunicación y ciudadanos de a pie, buscando soluciones para no paralizar el ingreso de 36 millones de mexicanos que conforman el sector productivo de este país.


Diversos sectores urgen a trabajar por México, frenar el encono y la división para paliar la crisis, pero no se ve que el Gobierno esté tomando la palabra y coordinando esos esfuerzos aislados para convocar a un gran ‘new deal’ mexicano, sino todo lo contrario.


El tiempo se agota. Si no unimos esfuerzos en el corto plazo, el daño será irreversible en mucho tiempo. A nadie le conviene. Aquí vivimos. Convoquemos una tregua.