/ sábado 13 de abril de 2024

Tepeaca, de importante pueblo indígena a notable villa colonial | Los tiempos idos

Hernán Cortés la nombró como la villa Segura de la Frontera y de inmediato fundó el primer Ayuntamiento y el primer Tribunal Civil de América

El señorío de Tepeyacac, hoy Tepeaca, fue conquistado en el siglo XV por los mexicas, quienes para consolidar su poder lo convirtieron en la provincia más importante del Imperio Azteca.

Por su ubicación geográfica privilegiada, la extensión de su señorío, la importancia de su tianguis y el número de tributarios que tenía, para Hernán Cortés significó una hazaña su invasión . La nombró villa Segura de la Frontera e inmediatamente fundó el primer Ayuntamiento y el primer Tribunal Civil de América, lo que promovió el desarrollo de la Conquista y la colonización de México.

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Tepeaca fue un pueblo prehispánico muy importante ante y después de la Conquista cuando se convirtió en una villa notable, precursora de innumerables actividades coloniales que se efectuaron por primera vez en la Nueva España y América, como la práctica de la comercialización de esclavos y, además, fue casa de virreyes.

Mapa de Tepeaca con elementos pictográficos. En la parte superior está dibujado el sol, aparecen los pueblos de Tepeaca, Santo Tomás y Acatzingo, en estos dos últimos hay una iglesia, con torre y campanario. De lado izquierdo la iglesia de Santo Tomás y la Barranca de Francisco Márquez. En medio se observa Cerrillo y la heredad de Sebastián Muñiz. De lado derecho heredad de Sebastián Muñiz, que tiene compañía con su suegro. Señala la parte que pretende de dos caballerías de tierra. Fecha: 1583. Autor: Juan Vázquez, alcalde mayor. Foto: Cartografía del estado de Puebla siglo XVI. Mercedes Meade. INAH

Primeros habitantes en el valle

El antiguo señorío de Tepeyacac, hoy Tepeaca, se originó con la migración tolteca-chichimeca del siglo XII. En 1398 (siglo XIV) fue conquistado por los tlatelolcas y para 1466 (siglo XV) por los mexicas o aztecas.


De acuerdo con el maestro Francisco Jiménez Villa, historiador, cronista y comunicador de Tepeaca, fue en el año 1112 que se asentaron en la región los primeros habitantes toltecas-chichimecas y fundaron Tepeyacac . Nombre compuesto por las voces náhuatl Tepetl: cerro o piedra, Yacat: nariz o punta, en sentido figurado significa en la delantera o principio del cerro.

“Tepeaca es una alteración en español de su nombre primitivo. De hecho, la palabra no existe en el diccionario, es un adjetivo calificativo que surge cuando los españoles pronunciaban continuamente Tepeyacac”, expone.

Los toltecas-chichimecas conquistaron Tepeyacac doscientos años después de asentarse en la región y para 1466 son conquistados por la Triple Alianza conformada por los mexicas o aztecas, de Tlacopan, Texcoco y Tenochtitlan.

“Al conquistar Tepeyacac, los mexicas la convierten en la provincia más importante del imperio al fundar el primer calpixcalgo fuera de Tenochtitlan (capital tributaria); también fundan el tianguis y así aseguraron el control de un gran número de productos de primera necesidad para el pueblo azteca”, señala, y dice, que de esta forma se consolidó el poder mexica en la región.

El tianguis de Tepeaca era el más grande antes y después de La Conquista. Actualmente se sigue mercando de la misma manera centenaria, con trueque. Foto: Cortesía Mi Tepeaca de Antaño en Facebook

A la conquista de Tepeyacac

El 22 de abril de 1519 la expedición al mando de Hernán Cortés desembarcó en las costas de Veracruz. Para el 8 de noviembre, llegó con su ejército y sus aliados tlaxcaltecas a la capital del Imperio Mexica, Tenochtitlán.

Durante su estancia en la capital, Hernán Cortés y sus tropas sufrieron su más grande derrota en manos de los aztecas cuando sucedió uno de los episodios más significativos en la historia de la Conquista: La Noche Triste (30 de junio de 1520).

Derrotados, los españoles se regresaron a Tlaxcala en donde Cortés se enteró que durante su estancia en Tenochtitlán diez de sus hombres que se dirigían a la capital, habían sido aniquilados en Tepeyacac.

Pero el ejército de Cortés había perdido muchos hombres y en ese momento solo contaba con poco más de cuatrocientos soldados, por lo que los tlaxcaltecas le ofrecieron alrededor de dos mil hombres entrenados para atacar Tepeaca, que no era de su agrado porque para ellos todo lo que representaba el Imperio Mexica tenía que ser destruido.

A pesar de que Tepeyacac contaba con un importante destacamento de efectivos, después de cruentas batallas, las huestes de Cortés lograron doblar a los tepeyacatlacas quienes cayeron rendidos.

Fachada del Ex Convento de San Francisco de Asís en Tepeaca. Foto: Cortesía México en Fotos

Una ciudad sobresaliente

Tepeaca fue uno de los pueblos prehispánicos muy importantes antes de la Conquista, pero también lo fue después de ella. El señorío contaba con una extensión importante además de una ubicación geográfica privilegiada, también tenía su tianguis y un número significativo de tributarios.

Jiménez Villa refiere que el 4 de septiembre de 1520, Hernán Cortés fundó la villa “Segura de la Frontera”, que es el nombre español con el que bautizó a Tepeaca , y donde estuvo hasta los primeros días de diciembre. También subraya que esta fue la primera ciudad española (sin mudarse) fundada en lo que más tarde sería la Nueva España, porque hay que recordar que la Villa-Rica de la Vera-Cruz cambió al menos 4 veces de lugar, de Chalchiheucan a La Antigua, después a Úlua y finalmente a la ciudad que hoy conocemos.

La antigua Casa de los Virreyes en Tepeaca, hoy esquina de las calles Morelos sur y Negrete Poniente. La base de la casa existe desde mediados del siglo XVI y la forma en que la observamos actualmente fue una adecuación del siglo XVIII. Foto: Cortesía @JFcoJimnezV1

Durante sus dos meses de estancia , Cortés preparó nuevamente el asalto a Tenochtitlán, pero también elevó a Tepeaca a un lugar sobresaliente, porque creó el primer Tribunal Civil de América y convocó a la elección de alcaldes y regidores para formar el primer Ayuntamiento de América.

El historiador refiere que, para ello, Cortés le quitó el grado militar a los integrantes de su ejército y convocó elecciones en Segura de la Frontera para formar el primer municipio legalmente constituido. Por elección popular quedó conformado así: Cristóbal Corral, Francisco de Orozco, Francisco Solís y Cristóbal Ruiz de Gamboa, como regidores; Alonso de Villanueva, escribano; Luis Marín y Pedro Ircio, como primer alcalde de la ciudad. Una vez elegido el Cabildo, conforma el tribunal civil.

Tepeaca no solo tenía gran valor comercial por su tianguis y sus tierras productivas, además, contaba una posición estratégica al estar ubicada en el cruce de caminos que unía al Altiplano con las costas del Atlántico y del Pacífico. Por eso, la fundación de este primer cabildo formado por hispanos promovió el desarrollo de la Conquista y la colonización de México.

Real cédula otorgada a Tepeaca por el rey en 1559. Foto: Cortesía Archivo General Municipal de Puebla

La esclavitud colonial

Después de que Cortés conquistara estas tierras, Tepeaca se convirtió en centro de operaciones y comenzó con la práctica de la esclavitud. Las personas que eran apresadas por su actitud rebelde hacia la Corona Española estaban marcadas con una “G” de guerra, fierro que reposa en el Museo Casa de Cortés del municipio. Así lo escribió Bernal Díaz del castillo en su libro “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España”:

“Nos fuimos al pueblo de Tepeaca, donde se fundó una villa que se nombró la villa de Segura de la Frontera, porque estaba en el camino de la Villa Rica y en una buena comarca de buenos pueblos sujetos a México, y había mucho maíz y Teníamos a guardar la raya a nuestros amigos los de Tlaxcala. Y allí se nombraron alcaldes y regidores (…) y allí se hizo el hierro con que se habían de herrar los que se tomaban por esclavos, que era una G, que quiere decir guerra”.

Hacia 1559, el alcalde Francisco Verdugo mando erigir un inmueble a un costado de la plaza mayor con la finalidad de albergar autoridades coloniales, pero también serviría como torre de vigilancia y como picota, la edificación es conocida como el Rollo, donde también se leían edictos y los decretos reales a los indígenas para dar a conocer leyes, y sus obligaciones y castigos por no cumplir con las ordenanzas.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia ( INAH ), en este sitio fueron castigados cruelmente y azotados públicamente cientos de personas. Es por eso que el Rollo es conocido como símbolo de la esclavitud.

Aspecto de la plaza mayor de Tepeaca en 1928. Foto: Cortesía México en Fotos

Jiménez Villa refiere que la esclavitud no se entiende sin Tepeaca porque aquí se comercializaron los primeros esclavos.

“Aquí se comercializan a los primeros esclavos negros que los españoles traían de África en sus barcos. Es la primera vez que se comercializa a un ser humano en el tianguis de Tepeaca. Esto está documentado en el Archivo General de Notarías de Puebla” , advierte.

El historiador comenta una anécdota acerca de Leonor Toledo, virreina de Mancera , que arribó a Tepeaca hacia 1640 en su paso hacia la capital del país. La hospedaron en lo que hoy es la Casa de los Virreyes y desde ahí observaba como castigaban a las personas en el Rollo.

“Dice Romero de Terreros, que es el estudioso más fino en materia de sociedad, que ya estándo en sus aposentos en la ciudad de México, cuando la virreina se enfadaba con sus criados les decía: ´Ojalá te lleven al Rollo de Tepeaca´. Pero el karma le llegó, porque cuando iba de salida para regresar a España, la virreina murió aquí, en el pueblo que tanto odiaba ”, advierte Jiménez, y agrega que Sor Juana Inés de la Cruz menciona a Tepeaca en dos sonetos que le compuso al amor de su vida, es decir, la virreina de Mancera, aunque también lo era el virrey, con quien de igual forma se involucró.

Aspecto del centro de Tepeaca en el que se aprecian los portales. Foto: Cortesía Mi Tepeaca de Antaño en Facebook

Documentos del rey

El valle de Tepeaca también sirvió como escenario para que Cortés le escribiera al rey una serie de cartas que envió con sus emisarios Alonso de Mendoza y Diego de Ordaz, en su carácter de procuradores. Una es la “Segunda Carta de Relación” y la otra es la “Carta del ejército de Cortés al Emperador”, firmadas en octubre de 1520.

En la “Carta del ejército de Cortés al Emperador” , el general le explica al rey que hizo lo imposible por salvar el oro y las joyas del quinto real cuando se retiraron sigilosamente de Tenochtitlan cruzando por un puente, el día de la Noche Triste.

Cortés creyó necesario afianzar su situación en la corte y con esta carta, que dice el historiador Jiménez es más bien es un documento civil porque el ejército no podía escribirle al rey y la firman más de 500 soldados, él justifica todas las atrocidades que cometió desde su llegada a México y por qué su riqueza se fue al fondo de la laguna.

La Parroquia y El Rollo de Tepeaca. Foto: Cortesía Tepeaca Noticias

Explica que los españoles llevaban pegados al cuerpo los pedazos de oro. Un español normal en esa época medía entre 1,70 y 1,80 centímetros de estatura y pesaba alrededor de 90 kilos, más lo que podía cargar de oro 60-70 kilos, sí caían a la Laguna eran 160 kilos que ya no salían y se iban al fondo. Lo justifica en Tepeaca a través de una Provanza, como se llama jurídicamente el documento. El juez sentó a cada uno de los soldados y a Cortés y les hizo alrededor de setenta y tantas preguntas y así justificaron la pérdida del oro en la laguna. y lo que ya habían enterrado cada quien en donde pensó mejor hacerlo.

“En la Segunda Carta de Relación (segunda de cinco), Cortés habla de todo lo que sucedió desde que llegó a Veracruz. Narra el encuentro con los tlaxcaltecas, los cholultecas, la Noche triste, la Batalla de Otumba, y la conquista de Tepeyacac, sitio desde donde también conquista Izúcar y Oaxaca”, dice el maestro.

“Esa carta, nos convirtió en la pila bautismal del nombre de Nueva España que 300 años llevó este territorio, porque desde aquí Cortés le pidió al rey, y lo voy a citar textual: ´Solicito a vuestra majestad nombre a estas tierras recién conquistadas por mí como la --Nueva España del Mar Océano--, por sus semejanzas con las tierras de Castilla. Entonces el rey bautiza así a México”, asegura.

Aspecto de la plaza mayor de Tepeaca en la década de los ochenta del siglo XX. Foto: Cortesía AGMP

Tepeaca colonial

La villa Segura de la frontera se construyó como todas las ciudades coloniales de la Nueva España, que fueron trazadas en torno a una Plaza Mayor que era establecida al centro, en forma de rectángulo, alrededor de la que se levantaban los poderes coloniales y casas con portales de personajes distinguidos.

“Cuando Cortés fue a la conquista de la gran Tenochtitlán, no regresó a Segura de la Frontera ni la volvió a mencionar. Pero la que no se olvidó fue doña Marina (la Malintzi), ella le pidió al rey que le diera Tepeaca como parte de su encomienda y se la dio. Fue suya poco tiempo, como dos años. Al entrar al convento franciscano literalmente pisas una tumba que dice Martín Cortés, el hijo de Malintzi con Cortés que murió en Tepeaca”, detalla.

El convento de San Francisco de Asís de Tepeaca fue construido 1530 por fray Juan de Ribas, uno de los doce primeros franciscanos que llegaron a la Nueva España. A decir del historiador, es uno de los conventos mejor conservados arquitectónicamente de todos los del altiplano mexicano.

Para entender la conquista espiritual y el ministerio de la confirmación en América hay que venir a Tepeaca. , dice el cronista, y agrega que, aquí sufrieron el martirio Juan y Antonio, dos de los famosos Niños Mártires de Tlaxcala que son los primeros santos mexicanos. Antonio era hijo de un tlatoani tlaxcalteca y el otro era su vasallo. Ambos fueron sepultados en el atrio del convento franciscano, pero luego vino Xicotencatl, por su hijo y se los llevó a Atlihutzia.

Aspecto de las calles de Tepeaca en los años cincuenta del siglo XX. Foto: Cortesía @JFcoJimnezV1

“En la parte sur poniente de la plaza mayor hay una construcción que los lugareños llamamos Casa de los Virreyes. Ese predio le perteneció al primer alcalde la de la ciudad, don Pedro Ircio, quien se casó con doña María Mendoza, hermana del primer virrey de la Nueva España. Ellos procrean a María Ircio Mendoza, la tercera virreina que se casó con Luis de Velasco hijo, juntos procrean a María de Velasco Ircio, que se convierte en la séptima virreina de la Nueva España. Entre la primera y la séptima son doscientos años de historia documentada” , señala.

“Tepeaca perdió la dimensión estelar que le había dado Cortés porque no se hicieron grandes construcciones y además, un gran número de pobladores, indígenas y españoles, de Segura de la Frontera se fueron a la conquista de Oaxaca (…) No hay solo pasaje de la historia de México que no pase por Tepeaca, cuando mi abuelita vio que estaba investigando me dijo: ´Mijo´ de que te preocupa si todos los chismes pasan por Tepeaca. Lo comprendí 30 años después ”, concluye el historiador.

Ocho décadas atrás, en 1942, llegó la imagen del Santo Niño Doctor a Tepeaca. De entonces a la fecha los tepeaquenses y peregrinos de todo el mundo lo veneran en su capilla de la parroquia de San Francisco de Asís, hoy llamado Santuario del Niño Doctor.

La imagen del Santo Niño Doctor tomó tal relevancia que desde 2017 forma parte de la Procesión de Viernes Santo en Puebla. Los tepeaquenses celebran su fiesta el 30 de abril, cuando el santuario recibe miles de visitantes de todo el país y el extranjero.

El Santo Niño Doctor recorre las calles de la capital poblana en la Procesión de Viernes Santo 2024. Foto: Bibiana Díaz. El Sol de Puebla


El señorío de Tepeyacac, hoy Tepeaca, fue conquistado en el siglo XV por los mexicas, quienes para consolidar su poder lo convirtieron en la provincia más importante del Imperio Azteca.

Por su ubicación geográfica privilegiada, la extensión de su señorío, la importancia de su tianguis y el número de tributarios que tenía, para Hernán Cortés significó una hazaña su invasión . La nombró villa Segura de la Frontera e inmediatamente fundó el primer Ayuntamiento y el primer Tribunal Civil de América, lo que promovió el desarrollo de la Conquista y la colonización de México.

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Tepeaca fue un pueblo prehispánico muy importante ante y después de la Conquista cuando se convirtió en una villa notable, precursora de innumerables actividades coloniales que se efectuaron por primera vez en la Nueva España y América, como la práctica de la comercialización de esclavos y, además, fue casa de virreyes.

Mapa de Tepeaca con elementos pictográficos. En la parte superior está dibujado el sol, aparecen los pueblos de Tepeaca, Santo Tomás y Acatzingo, en estos dos últimos hay una iglesia, con torre y campanario. De lado izquierdo la iglesia de Santo Tomás y la Barranca de Francisco Márquez. En medio se observa Cerrillo y la heredad de Sebastián Muñiz. De lado derecho heredad de Sebastián Muñiz, que tiene compañía con su suegro. Señala la parte que pretende de dos caballerías de tierra. Fecha: 1583. Autor: Juan Vázquez, alcalde mayor. Foto: Cartografía del estado de Puebla siglo XVI. Mercedes Meade. INAH

Primeros habitantes en el valle

El antiguo señorío de Tepeyacac, hoy Tepeaca, se originó con la migración tolteca-chichimeca del siglo XII. En 1398 (siglo XIV) fue conquistado por los tlatelolcas y para 1466 (siglo XV) por los mexicas o aztecas.


De acuerdo con el maestro Francisco Jiménez Villa, historiador, cronista y comunicador de Tepeaca, fue en el año 1112 que se asentaron en la región los primeros habitantes toltecas-chichimecas y fundaron Tepeyacac . Nombre compuesto por las voces náhuatl Tepetl: cerro o piedra, Yacat: nariz o punta, en sentido figurado significa en la delantera o principio del cerro.

“Tepeaca es una alteración en español de su nombre primitivo. De hecho, la palabra no existe en el diccionario, es un adjetivo calificativo que surge cuando los españoles pronunciaban continuamente Tepeyacac”, expone.

Los toltecas-chichimecas conquistaron Tepeyacac doscientos años después de asentarse en la región y para 1466 son conquistados por la Triple Alianza conformada por los mexicas o aztecas, de Tlacopan, Texcoco y Tenochtitlan.

“Al conquistar Tepeyacac, los mexicas la convierten en la provincia más importante del imperio al fundar el primer calpixcalgo fuera de Tenochtitlan (capital tributaria); también fundan el tianguis y así aseguraron el control de un gran número de productos de primera necesidad para el pueblo azteca”, señala, y dice, que de esta forma se consolidó el poder mexica en la región.

El tianguis de Tepeaca era el más grande antes y después de La Conquista. Actualmente se sigue mercando de la misma manera centenaria, con trueque. Foto: Cortesía Mi Tepeaca de Antaño en Facebook

A la conquista de Tepeyacac

El 22 de abril de 1519 la expedición al mando de Hernán Cortés desembarcó en las costas de Veracruz. Para el 8 de noviembre, llegó con su ejército y sus aliados tlaxcaltecas a la capital del Imperio Mexica, Tenochtitlán.

Durante su estancia en la capital, Hernán Cortés y sus tropas sufrieron su más grande derrota en manos de los aztecas cuando sucedió uno de los episodios más significativos en la historia de la Conquista: La Noche Triste (30 de junio de 1520).

Derrotados, los españoles se regresaron a Tlaxcala en donde Cortés se enteró que durante su estancia en Tenochtitlán diez de sus hombres que se dirigían a la capital, habían sido aniquilados en Tepeyacac.

Pero el ejército de Cortés había perdido muchos hombres y en ese momento solo contaba con poco más de cuatrocientos soldados, por lo que los tlaxcaltecas le ofrecieron alrededor de dos mil hombres entrenados para atacar Tepeaca, que no era de su agrado porque para ellos todo lo que representaba el Imperio Mexica tenía que ser destruido.

A pesar de que Tepeyacac contaba con un importante destacamento de efectivos, después de cruentas batallas, las huestes de Cortés lograron doblar a los tepeyacatlacas quienes cayeron rendidos.

Fachada del Ex Convento de San Francisco de Asís en Tepeaca. Foto: Cortesía México en Fotos

Una ciudad sobresaliente

Tepeaca fue uno de los pueblos prehispánicos muy importantes antes de la Conquista, pero también lo fue después de ella. El señorío contaba con una extensión importante además de una ubicación geográfica privilegiada, también tenía su tianguis y un número significativo de tributarios.

Jiménez Villa refiere que el 4 de septiembre de 1520, Hernán Cortés fundó la villa “Segura de la Frontera”, que es el nombre español con el que bautizó a Tepeaca , y donde estuvo hasta los primeros días de diciembre. También subraya que esta fue la primera ciudad española (sin mudarse) fundada en lo que más tarde sería la Nueva España, porque hay que recordar que la Villa-Rica de la Vera-Cruz cambió al menos 4 veces de lugar, de Chalchiheucan a La Antigua, después a Úlua y finalmente a la ciudad que hoy conocemos.

La antigua Casa de los Virreyes en Tepeaca, hoy esquina de las calles Morelos sur y Negrete Poniente. La base de la casa existe desde mediados del siglo XVI y la forma en que la observamos actualmente fue una adecuación del siglo XVIII. Foto: Cortesía @JFcoJimnezV1

Durante sus dos meses de estancia , Cortés preparó nuevamente el asalto a Tenochtitlán, pero también elevó a Tepeaca a un lugar sobresaliente, porque creó el primer Tribunal Civil de América y convocó a la elección de alcaldes y regidores para formar el primer Ayuntamiento de América.

El historiador refiere que, para ello, Cortés le quitó el grado militar a los integrantes de su ejército y convocó elecciones en Segura de la Frontera para formar el primer municipio legalmente constituido. Por elección popular quedó conformado así: Cristóbal Corral, Francisco de Orozco, Francisco Solís y Cristóbal Ruiz de Gamboa, como regidores; Alonso de Villanueva, escribano; Luis Marín y Pedro Ircio, como primer alcalde de la ciudad. Una vez elegido el Cabildo, conforma el tribunal civil.

Tepeaca no solo tenía gran valor comercial por su tianguis y sus tierras productivas, además, contaba una posición estratégica al estar ubicada en el cruce de caminos que unía al Altiplano con las costas del Atlántico y del Pacífico. Por eso, la fundación de este primer cabildo formado por hispanos promovió el desarrollo de la Conquista y la colonización de México.

Real cédula otorgada a Tepeaca por el rey en 1559. Foto: Cortesía Archivo General Municipal de Puebla

La esclavitud colonial

Después de que Cortés conquistara estas tierras, Tepeaca se convirtió en centro de operaciones y comenzó con la práctica de la esclavitud. Las personas que eran apresadas por su actitud rebelde hacia la Corona Española estaban marcadas con una “G” de guerra, fierro que reposa en el Museo Casa de Cortés del municipio. Así lo escribió Bernal Díaz del castillo en su libro “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España”:

“Nos fuimos al pueblo de Tepeaca, donde se fundó una villa que se nombró la villa de Segura de la Frontera, porque estaba en el camino de la Villa Rica y en una buena comarca de buenos pueblos sujetos a México, y había mucho maíz y Teníamos a guardar la raya a nuestros amigos los de Tlaxcala. Y allí se nombraron alcaldes y regidores (…) y allí se hizo el hierro con que se habían de herrar los que se tomaban por esclavos, que era una G, que quiere decir guerra”.

Hacia 1559, el alcalde Francisco Verdugo mando erigir un inmueble a un costado de la plaza mayor con la finalidad de albergar autoridades coloniales, pero también serviría como torre de vigilancia y como picota, la edificación es conocida como el Rollo, donde también se leían edictos y los decretos reales a los indígenas para dar a conocer leyes, y sus obligaciones y castigos por no cumplir con las ordenanzas.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia ( INAH ), en este sitio fueron castigados cruelmente y azotados públicamente cientos de personas. Es por eso que el Rollo es conocido como símbolo de la esclavitud.

Aspecto de la plaza mayor de Tepeaca en 1928. Foto: Cortesía México en Fotos

Jiménez Villa refiere que la esclavitud no se entiende sin Tepeaca porque aquí se comercializaron los primeros esclavos.

“Aquí se comercializan a los primeros esclavos negros que los españoles traían de África en sus barcos. Es la primera vez que se comercializa a un ser humano en el tianguis de Tepeaca. Esto está documentado en el Archivo General de Notarías de Puebla” , advierte.

El historiador comenta una anécdota acerca de Leonor Toledo, virreina de Mancera , que arribó a Tepeaca hacia 1640 en su paso hacia la capital del país. La hospedaron en lo que hoy es la Casa de los Virreyes y desde ahí observaba como castigaban a las personas en el Rollo.

“Dice Romero de Terreros, que es el estudioso más fino en materia de sociedad, que ya estándo en sus aposentos en la ciudad de México, cuando la virreina se enfadaba con sus criados les decía: ´Ojalá te lleven al Rollo de Tepeaca´. Pero el karma le llegó, porque cuando iba de salida para regresar a España, la virreina murió aquí, en el pueblo que tanto odiaba ”, advierte Jiménez, y agrega que Sor Juana Inés de la Cruz menciona a Tepeaca en dos sonetos que le compuso al amor de su vida, es decir, la virreina de Mancera, aunque también lo era el virrey, con quien de igual forma se involucró.

Aspecto del centro de Tepeaca en el que se aprecian los portales. Foto: Cortesía Mi Tepeaca de Antaño en Facebook

Documentos del rey

El valle de Tepeaca también sirvió como escenario para que Cortés le escribiera al rey una serie de cartas que envió con sus emisarios Alonso de Mendoza y Diego de Ordaz, en su carácter de procuradores. Una es la “Segunda Carta de Relación” y la otra es la “Carta del ejército de Cortés al Emperador”, firmadas en octubre de 1520.

En la “Carta del ejército de Cortés al Emperador” , el general le explica al rey que hizo lo imposible por salvar el oro y las joyas del quinto real cuando se retiraron sigilosamente de Tenochtitlan cruzando por un puente, el día de la Noche Triste.

Cortés creyó necesario afianzar su situación en la corte y con esta carta, que dice el historiador Jiménez es más bien es un documento civil porque el ejército no podía escribirle al rey y la firman más de 500 soldados, él justifica todas las atrocidades que cometió desde su llegada a México y por qué su riqueza se fue al fondo de la laguna.

La Parroquia y El Rollo de Tepeaca. Foto: Cortesía Tepeaca Noticias

Explica que los españoles llevaban pegados al cuerpo los pedazos de oro. Un español normal en esa época medía entre 1,70 y 1,80 centímetros de estatura y pesaba alrededor de 90 kilos, más lo que podía cargar de oro 60-70 kilos, sí caían a la Laguna eran 160 kilos que ya no salían y se iban al fondo. Lo justifica en Tepeaca a través de una Provanza, como se llama jurídicamente el documento. El juez sentó a cada uno de los soldados y a Cortés y les hizo alrededor de setenta y tantas preguntas y así justificaron la pérdida del oro en la laguna. y lo que ya habían enterrado cada quien en donde pensó mejor hacerlo.

“En la Segunda Carta de Relación (segunda de cinco), Cortés habla de todo lo que sucedió desde que llegó a Veracruz. Narra el encuentro con los tlaxcaltecas, los cholultecas, la Noche triste, la Batalla de Otumba, y la conquista de Tepeyacac, sitio desde donde también conquista Izúcar y Oaxaca”, dice el maestro.

“Esa carta, nos convirtió en la pila bautismal del nombre de Nueva España que 300 años llevó este territorio, porque desde aquí Cortés le pidió al rey, y lo voy a citar textual: ´Solicito a vuestra majestad nombre a estas tierras recién conquistadas por mí como la --Nueva España del Mar Océano--, por sus semejanzas con las tierras de Castilla. Entonces el rey bautiza así a México”, asegura.

Aspecto de la plaza mayor de Tepeaca en la década de los ochenta del siglo XX. Foto: Cortesía AGMP

Tepeaca colonial

La villa Segura de la frontera se construyó como todas las ciudades coloniales de la Nueva España, que fueron trazadas en torno a una Plaza Mayor que era establecida al centro, en forma de rectángulo, alrededor de la que se levantaban los poderes coloniales y casas con portales de personajes distinguidos.

“Cuando Cortés fue a la conquista de la gran Tenochtitlán, no regresó a Segura de la Frontera ni la volvió a mencionar. Pero la que no se olvidó fue doña Marina (la Malintzi), ella le pidió al rey que le diera Tepeaca como parte de su encomienda y se la dio. Fue suya poco tiempo, como dos años. Al entrar al convento franciscano literalmente pisas una tumba que dice Martín Cortés, el hijo de Malintzi con Cortés que murió en Tepeaca”, detalla.

El convento de San Francisco de Asís de Tepeaca fue construido 1530 por fray Juan de Ribas, uno de los doce primeros franciscanos que llegaron a la Nueva España. A decir del historiador, es uno de los conventos mejor conservados arquitectónicamente de todos los del altiplano mexicano.

Para entender la conquista espiritual y el ministerio de la confirmación en América hay que venir a Tepeaca. , dice el cronista, y agrega que, aquí sufrieron el martirio Juan y Antonio, dos de los famosos Niños Mártires de Tlaxcala que son los primeros santos mexicanos. Antonio era hijo de un tlatoani tlaxcalteca y el otro era su vasallo. Ambos fueron sepultados en el atrio del convento franciscano, pero luego vino Xicotencatl, por su hijo y se los llevó a Atlihutzia.

Aspecto de las calles de Tepeaca en los años cincuenta del siglo XX. Foto: Cortesía @JFcoJimnezV1

“En la parte sur poniente de la plaza mayor hay una construcción que los lugareños llamamos Casa de los Virreyes. Ese predio le perteneció al primer alcalde la de la ciudad, don Pedro Ircio, quien se casó con doña María Mendoza, hermana del primer virrey de la Nueva España. Ellos procrean a María Ircio Mendoza, la tercera virreina que se casó con Luis de Velasco hijo, juntos procrean a María de Velasco Ircio, que se convierte en la séptima virreina de la Nueva España. Entre la primera y la séptima son doscientos años de historia documentada” , señala.

“Tepeaca perdió la dimensión estelar que le había dado Cortés porque no se hicieron grandes construcciones y además, un gran número de pobladores, indígenas y españoles, de Segura de la Frontera se fueron a la conquista de Oaxaca (…) No hay solo pasaje de la historia de México que no pase por Tepeaca, cuando mi abuelita vio que estaba investigando me dijo: ´Mijo´ de que te preocupa si todos los chismes pasan por Tepeaca. Lo comprendí 30 años después ”, concluye el historiador.

Ocho décadas atrás, en 1942, llegó la imagen del Santo Niño Doctor a Tepeaca. De entonces a la fecha los tepeaquenses y peregrinos de todo el mundo lo veneran en su capilla de la parroquia de San Francisco de Asís, hoy llamado Santuario del Niño Doctor.

La imagen del Santo Niño Doctor tomó tal relevancia que desde 2017 forma parte de la Procesión de Viernes Santo en Puebla. Los tepeaquenses celebran su fiesta el 30 de abril, cuando el santuario recibe miles de visitantes de todo el país y el extranjero.

El Santo Niño Doctor recorre las calles de la capital poblana en la Procesión de Viernes Santo 2024. Foto: Bibiana Díaz. El Sol de Puebla


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