/ jueves 1 de julio de 2021

Darán dos gritos de independencia en Puebla capital

El manto de reconciliación con el que se presentó Miguel Barbosa Huerta apenas un día después de la jornada electoral parece que no alcanzó para cubrir a la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco, tras su derrota en las urnas, en su intento de reelegirse.

El gobernador pudo reunirse con el senador Alejandro Armenta Mier, a quien se le atribuye, cuando menos, una disputa interna en la definición de perfiles; con el candidato ganador a la presidencia municipal, Eduardo Rivera Pérez emanado del Partido Acción Nacional; y con la presidenta estatal de ese partido, Genoveva Huerta Villegas, quien fuera la más dura crítica del mandatario en estos meses.

También pudo, Barbosa, reunirse con los líderes políticos de los partidos locales y este jueves completará, con los panistas, los encuentros con los diputados electos de la 61 legislatura.

Pero tal parece que con Claudia Rivera ni en pintura; bueno ni para el encuentro que se supondría obligado, por su tradición política, en el acto del Grito de Independencia, para la noche del 16 de Septiembre, se verán las caras.

El argumento del gobernador para hacer su propia réplica del acto que marcó el inicio de la Independencia de México es que, por las obras, que realizará la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) no hay condiciones para celebrarlo, aunque el cerco mayor del zócalo está por ser retirado.

Tras el anuncio de Barbosa Huerta, de que realizará su ceremonia a las afueras de Casa Aguayo, surgió la interrogante de si esto haría que se celebraran dos actos para el mismo propósito; uno a las afueras de donde despacha el gobernador y otro en Palacio Municipal, donde lo hace la alcaldesa saliente.

La duda la aclaró ayer Claudia Rivera en una entrevista banquetera al confirmar que todas las actividades relacionadas con el mes patrio se mantenían en pie y que estaba a la espera de las reuniones con el Gobierno del Estado para la debida organización para la colocación de los bandos solemnes y demás actividades, incluida la ceremonia de la noche patria.

Coincidencia o no, este acto cívico se ha convertido en el pasado en el escaparate perfecto para que políticos que no llevan una relación cordial, hagan evidentes sus diferencias. Ocurrió, y vaya de qué manera, con el finado y entonces gobernador Rafael Moreno Valle Rosas con los desplantes hacia el entonces presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, a quien marginó del balcón principal e hizo festejos musicales en Los Fuertes (con otro grito) para restarle reflectores al acto de la plaza principal.

En otro momento, Manuel Bartlett Díaz, en su calidad de gobernador, optó por dar el grito de independencia de 1998 en Zacapoaxtla como una suerte de acuerdo con el entonces presidente municipal Gabriel Hinojosa, quien amagó con no invitarlo en su primer año de gobierno a palacio municipal como un acto de defensa al municipio libre. Días de tensión que derivaron en que un edil por primera ocasión diera si grito de independencia.

No en las mejores circunstancias, parece que Claudia Rivera podrá salir a ondear la bandera de México, a ver si no se equivoca de estandarte.

El manto de reconciliación con el que se presentó Miguel Barbosa Huerta apenas un día después de la jornada electoral parece que no alcanzó para cubrir a la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco, tras su derrota en las urnas, en su intento de reelegirse.

El gobernador pudo reunirse con el senador Alejandro Armenta Mier, a quien se le atribuye, cuando menos, una disputa interna en la definición de perfiles; con el candidato ganador a la presidencia municipal, Eduardo Rivera Pérez emanado del Partido Acción Nacional; y con la presidenta estatal de ese partido, Genoveva Huerta Villegas, quien fuera la más dura crítica del mandatario en estos meses.

También pudo, Barbosa, reunirse con los líderes políticos de los partidos locales y este jueves completará, con los panistas, los encuentros con los diputados electos de la 61 legislatura.

Pero tal parece que con Claudia Rivera ni en pintura; bueno ni para el encuentro que se supondría obligado, por su tradición política, en el acto del Grito de Independencia, para la noche del 16 de Septiembre, se verán las caras.

El argumento del gobernador para hacer su propia réplica del acto que marcó el inicio de la Independencia de México es que, por las obras, que realizará la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) no hay condiciones para celebrarlo, aunque el cerco mayor del zócalo está por ser retirado.

Tras el anuncio de Barbosa Huerta, de que realizará su ceremonia a las afueras de Casa Aguayo, surgió la interrogante de si esto haría que se celebraran dos actos para el mismo propósito; uno a las afueras de donde despacha el gobernador y otro en Palacio Municipal, donde lo hace la alcaldesa saliente.

La duda la aclaró ayer Claudia Rivera en una entrevista banquetera al confirmar que todas las actividades relacionadas con el mes patrio se mantenían en pie y que estaba a la espera de las reuniones con el Gobierno del Estado para la debida organización para la colocación de los bandos solemnes y demás actividades, incluida la ceremonia de la noche patria.

Coincidencia o no, este acto cívico se ha convertido en el pasado en el escaparate perfecto para que políticos que no llevan una relación cordial, hagan evidentes sus diferencias. Ocurrió, y vaya de qué manera, con el finado y entonces gobernador Rafael Moreno Valle Rosas con los desplantes hacia el entonces presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, a quien marginó del balcón principal e hizo festejos musicales en Los Fuertes (con otro grito) para restarle reflectores al acto de la plaza principal.

En otro momento, Manuel Bartlett Díaz, en su calidad de gobernador, optó por dar el grito de independencia de 1998 en Zacapoaxtla como una suerte de acuerdo con el entonces presidente municipal Gabriel Hinojosa, quien amagó con no invitarlo en su primer año de gobierno a palacio municipal como un acto de defensa al municipio libre. Días de tensión que derivaron en que un edil por primera ocasión diera si grito de independencia.

No en las mejores circunstancias, parece que Claudia Rivera podrá salir a ondear la bandera de México, a ver si no se equivoca de estandarte.