/ martes 30 de junio de 2020

En vacaciones repasar la lectura

En estos días de vacaciones escolares y de estancia en casa por la pandemia, es bueno repasar la lectura, que es una tarea en sí misma, a la que se le debe dedicar un tiempo en las actividades diarias del hogar.

Los niños y los jóvenes deben de utilizar más su tiempo en leer y escribir, que es otra vertiente muy importante en su formación escolar. Una vez aprendido el mecanismo de la lectura lo deben desarrollar, ejercitar y ponerlo en práctica de una manera autónoma.

Muchos investigadores y maestros coinciden en que es necesario promover con mayor fuerza el repaso a la lectura en nuestro país, sin embargo, existen muchos lastres que han impedido lograrlo.

Leer por placer y agrado es sin lugar a duda, un acto que pone en juego una serie de aspectos personales que involucran el campo intelectual y el lúdico, algunos autores señalan que es un acto de imaginación, creatividad y hasta terapéutico en estos tiempos de estar en casa.

Desde luego se sabe que no existen fórmulas o métodos infalibles, ni tampoco hay varitas mágicas que puedan convertir a una persona o a un hijo de la noche a la mañana en amante de los libros; capaz de no solo interesarse por ellos, sino leer por su cuenta y que esta actividad forme parte constitutiva de su vida.

Muchos libros y páginas se han escrito en torno al valor de la lectura y lo más importante es impulsarlo en beneficio de la cultura de nuestro país.

Sin embargo, son muchas las preguntas que quedan por resolverse, por ejemplo: ¿Qué momentos son determinantes para leer un libro? ¿Puede una actividad escolar, familiar, social, determinar el destino de un hijo o una persona como futuro lector? ¿Cuáles son las condiciones que tienen que reunirse para que se forme el hábito de la lectura de los niños o de los jóvenes? ¿Es la escuela o la casa, bajo las condiciones actuales, el mejor lugar para repasar la lectura en los hijos? ¿El padre de familia o el maestro están preparados para promover la lectura en el hogar?

En el ámbito escolar corresponde al maestro promover al niño o al joven de un buen libro, de elegir una lectura adecuada, pues no se trata de leer lo que sea, sino que el texto influya en su formación y personalidad positivamente, de ahí la enorme responsabilidad y recomendaciones que da a sus alumnos.

Son varias las formas en que los niños y los jóvenes tiene su primer contacto con los libros, algunas veces en casa, pero por lo regular, lo hacen cuando ingresan a la escuela, ya sea desde el jardín de niños o en la primaria, después en la secundaria y en los grados subsecuentes.

Por tanto, los primeros contactos con los libros son determinantes para la valoración que pueden tener los futuros lectores.

Algunos maestros señalan que para que los niños y los jóvenes le pierdan el miedo a los libros o que su acercamiento sea menos difícil, es necesario tener en cuenta ciertos aspectos como: los libros que se les presenten por primera vez deben ser cortos. Si ve que tiene muchas hojas, le pierde el interés por la lectura. En este sentido, es importante mencionar que las nociones de tiempo y espacio para un alumno son muy distintas a la forma en como las percibimos; 15 o 20 minutos para nosotros, para los niños o jóvenes es una hora o una eternidad.

Los libros deben ser adecuados a su edad e interés. Este consejo por más trivial que parezca tiene una importancia central, en la medida de que en ocasiones muchos maestros y padres de familia les acercan libros, que si bien se recomiendan para su edad, lo deben conocer en su contenido para recomendarlo. Hoy hay muchos libros y lecturas en internet, cortas, interesantes y a las edades de cada niño o joven.

Es importante que los padres de familia, puedan orientar a sus hijos en estas vacaciones, de que los libros encierran historias interesantes de la vida y para la vida de la humanidad, de gran diversión, por ello se recomiendan para que hagan anotaciones, seleccionen palabras, busquen verbos, sustantivos, adjetivos, identifiquen historias paralelas, ejemplos relevantes y valores de uso diario.

Doctor en Educación.

En estos días de vacaciones escolares y de estancia en casa por la pandemia, es bueno repasar la lectura, que es una tarea en sí misma, a la que se le debe dedicar un tiempo en las actividades diarias del hogar.

Los niños y los jóvenes deben de utilizar más su tiempo en leer y escribir, que es otra vertiente muy importante en su formación escolar. Una vez aprendido el mecanismo de la lectura lo deben desarrollar, ejercitar y ponerlo en práctica de una manera autónoma.

Muchos investigadores y maestros coinciden en que es necesario promover con mayor fuerza el repaso a la lectura en nuestro país, sin embargo, existen muchos lastres que han impedido lograrlo.

Leer por placer y agrado es sin lugar a duda, un acto que pone en juego una serie de aspectos personales que involucran el campo intelectual y el lúdico, algunos autores señalan que es un acto de imaginación, creatividad y hasta terapéutico en estos tiempos de estar en casa.

Desde luego se sabe que no existen fórmulas o métodos infalibles, ni tampoco hay varitas mágicas que puedan convertir a una persona o a un hijo de la noche a la mañana en amante de los libros; capaz de no solo interesarse por ellos, sino leer por su cuenta y que esta actividad forme parte constitutiva de su vida.

Muchos libros y páginas se han escrito en torno al valor de la lectura y lo más importante es impulsarlo en beneficio de la cultura de nuestro país.

Sin embargo, son muchas las preguntas que quedan por resolverse, por ejemplo: ¿Qué momentos son determinantes para leer un libro? ¿Puede una actividad escolar, familiar, social, determinar el destino de un hijo o una persona como futuro lector? ¿Cuáles son las condiciones que tienen que reunirse para que se forme el hábito de la lectura de los niños o de los jóvenes? ¿Es la escuela o la casa, bajo las condiciones actuales, el mejor lugar para repasar la lectura en los hijos? ¿El padre de familia o el maestro están preparados para promover la lectura en el hogar?

En el ámbito escolar corresponde al maestro promover al niño o al joven de un buen libro, de elegir una lectura adecuada, pues no se trata de leer lo que sea, sino que el texto influya en su formación y personalidad positivamente, de ahí la enorme responsabilidad y recomendaciones que da a sus alumnos.

Son varias las formas en que los niños y los jóvenes tiene su primer contacto con los libros, algunas veces en casa, pero por lo regular, lo hacen cuando ingresan a la escuela, ya sea desde el jardín de niños o en la primaria, después en la secundaria y en los grados subsecuentes.

Por tanto, los primeros contactos con los libros son determinantes para la valoración que pueden tener los futuros lectores.

Algunos maestros señalan que para que los niños y los jóvenes le pierdan el miedo a los libros o que su acercamiento sea menos difícil, es necesario tener en cuenta ciertos aspectos como: los libros que se les presenten por primera vez deben ser cortos. Si ve que tiene muchas hojas, le pierde el interés por la lectura. En este sentido, es importante mencionar que las nociones de tiempo y espacio para un alumno son muy distintas a la forma en como las percibimos; 15 o 20 minutos para nosotros, para los niños o jóvenes es una hora o una eternidad.

Los libros deben ser adecuados a su edad e interés. Este consejo por más trivial que parezca tiene una importancia central, en la medida de que en ocasiones muchos maestros y padres de familia les acercan libros, que si bien se recomiendan para su edad, lo deben conocer en su contenido para recomendarlo. Hoy hay muchos libros y lecturas en internet, cortas, interesantes y a las edades de cada niño o joven.

Es importante que los padres de familia, puedan orientar a sus hijos en estas vacaciones, de que los libros encierran historias interesantes de la vida y para la vida de la humanidad, de gran diversión, por ello se recomiendan para que hagan anotaciones, seleccionen palabras, busquen verbos, sustantivos, adjetivos, identifiquen historias paralelas, ejemplos relevantes y valores de uso diario.

Doctor en Educación.