/ lunes 13 de junio de 2022

Riestra o Ana Tere para la capital

Si el optimismo del alcalde de Puebla Capital, Eduardo Rivera Pérez, se mantiene un año más en la perspectiva de que Morena no es invencible y se le puede ganar en el 2024, como lo dijo en entrevista con El Sol de Puebla, la ruta de convertirse en el candidato de la alianza opositora por la gubernatura sería la más lógica (y deseable) para PRI, PAN y PRD.

Aunque los priistas se frotan las manos, partiendo de la idea de que en este escenario pugnarán por colocar e uno de los suyos en la candidatura por la presidencia municipal, las diferentes expresiones del Partido Acción Nacional coinciden en que, por marca, potencial electoral y ser el partido gobernante, no deben ceder el espacio.

Una parte del PRI ha querido vender la idea de que el alcalde ya tiene acercamientos, pláticas o negociaciones con el empresario José Chedraui Budib para que sea su abanderado, pero a juzgar de lo que se comenta en el Comité Directivo Estatal, de Augusta Díaz de Rivera –Marcos Castro Martínez, este escenario no es real.

Incluso ya tienen palomeados a los dos perfiles que, según sus mediciones, serían los más competitivos para la campaña a la alcaldía.

Uno es el diputado federal Mario Riestra Piña, quien además de contar con cierto nivel de posicionamiento en la capital, puede hacerse de los respaldos económicos que implica subirse a una campaña de tal envergadura.

Pero por si las distribuciones de espacios obligan a que las candidaturas mantengan una distribución por género: candidatura a la gubernatura hombre, candidatura a la alcaldía mujer, la apuesta sería la también diputada federal Ana Teresa Aranda Orozco, quien también cuenta, según los números del partido azul, con un amplio reconocimiento en la capital poblana.

De tal suerte que el segundo intento por buscar la candidatura para gobernar la capital del estado, que ha hecho público el diputado local y cercano a la diputada federal, Genoveva Huerta Villegas. Oswaldo Jiménez López no ha significado mucho en el comité estatal del PAN, pero como este, saldrán otros nombres a relucir.

No descarte que, en alguna de sus conferencias semanales, su compañero de partido y de bancada, Rafael Micalco Méndez, también se sume a la lista de contendientes albiazules, aunque, de fondo como se estila en estos enjuagues políticos, sus verdaderas intenciones se encaminen hacia una diputación federal o senaduría.

*

Mientras que, del lado del Partido Revolucionario Institucional, encabezado por el diputado local, Néstor Camarillo Mendina, está por verse si de verdad van a pelear para los suyos la candidatura o solo se trata de una apariencia que les ayude a negociar otras posiciones.

Porque hasta ahora se entiende que las pláticas para una alianza PAN-PRI-PRD considera que se repartan las candidaturas a presidentes municipales en función de si son gobierno o tienen fuerza política efectiva en las localidades.

Y de eso tienen poco los priistas, pero se venden como factor determinante en un contexto de contiendas cerrada.

Si el optimismo del alcalde de Puebla Capital, Eduardo Rivera Pérez, se mantiene un año más en la perspectiva de que Morena no es invencible y se le puede ganar en el 2024, como lo dijo en entrevista con El Sol de Puebla, la ruta de convertirse en el candidato de la alianza opositora por la gubernatura sería la más lógica (y deseable) para PRI, PAN y PRD.

Aunque los priistas se frotan las manos, partiendo de la idea de que en este escenario pugnarán por colocar e uno de los suyos en la candidatura por la presidencia municipal, las diferentes expresiones del Partido Acción Nacional coinciden en que, por marca, potencial electoral y ser el partido gobernante, no deben ceder el espacio.

Una parte del PRI ha querido vender la idea de que el alcalde ya tiene acercamientos, pláticas o negociaciones con el empresario José Chedraui Budib para que sea su abanderado, pero a juzgar de lo que se comenta en el Comité Directivo Estatal, de Augusta Díaz de Rivera –Marcos Castro Martínez, este escenario no es real.

Incluso ya tienen palomeados a los dos perfiles que, según sus mediciones, serían los más competitivos para la campaña a la alcaldía.

Uno es el diputado federal Mario Riestra Piña, quien además de contar con cierto nivel de posicionamiento en la capital, puede hacerse de los respaldos económicos que implica subirse a una campaña de tal envergadura.

Pero por si las distribuciones de espacios obligan a que las candidaturas mantengan una distribución por género: candidatura a la gubernatura hombre, candidatura a la alcaldía mujer, la apuesta sería la también diputada federal Ana Teresa Aranda Orozco, quien también cuenta, según los números del partido azul, con un amplio reconocimiento en la capital poblana.

De tal suerte que el segundo intento por buscar la candidatura para gobernar la capital del estado, que ha hecho público el diputado local y cercano a la diputada federal, Genoveva Huerta Villegas. Oswaldo Jiménez López no ha significado mucho en el comité estatal del PAN, pero como este, saldrán otros nombres a relucir.

No descarte que, en alguna de sus conferencias semanales, su compañero de partido y de bancada, Rafael Micalco Méndez, también se sume a la lista de contendientes albiazules, aunque, de fondo como se estila en estos enjuagues políticos, sus verdaderas intenciones se encaminen hacia una diputación federal o senaduría.

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Mientras que, del lado del Partido Revolucionario Institucional, encabezado por el diputado local, Néstor Camarillo Mendina, está por verse si de verdad van a pelear para los suyos la candidatura o solo se trata de una apariencia que les ayude a negociar otras posiciones.

Porque hasta ahora se entiende que las pláticas para una alianza PAN-PRI-PRD considera que se repartan las candidaturas a presidentes municipales en función de si son gobierno o tienen fuerza política efectiva en las localidades.

Y de eso tienen poco los priistas, pero se venden como factor determinante en un contexto de contiendas cerrada.