/ viernes 1 de octubre de 2021

A 200 años del México independiente

La lucha por la independencia de nuestro país tuvo una duración de 11 años, inició el 16 de septiembre de 1810 con el llamado del cura Miguel Hidalgo a levantarse en armas, con el conocido Grito de Dolores.

Sin duda, la Revolución Francesa sacudió a Europa, la cual venía precedida por la desigualdad social, la pobreza y la inconformidad, queda plasmada en ideales expresados mediante el lema de: “«Libertad, Igualdad, Fraternidad»; la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, la ejecución en la guillotina del rey Luis XVI y de la reina María Antonieta y la masiva participación popular no dejaron de impresionar a las colonias españolas”.

El descontento de diversos sectores incluyendo el indígena, así como los acontecimientos de Europa y de sus ideas políticas de finales del siglo XVIII, fueron referente para la lucha por la Independencia en México y América Latina.

La cual se inició con Haití, que era dominada por los franceses; proclama su independencia en 1804 y la defendieron con éxito ante intentos de reconquista, fue sin duda, lo que motivo y favoreció las ideas de la independencia en México.

Al inicio del siglo XIX, la población de la Nueva España, estaba estructurada de la siguiente manera “70,000 españoles nacidos en España; 1,245,000 Criollos; 3,100,000 Indios; 1,410,000 Castas; 10,000 Negros.”

La tenencia de la tierra se clasificaba en: “comunal de los pueblos indígenas, la comunal de los nuevos pueblos postcortesianos, la propiedad de la Iglesia, la propiedad particular indivisible, ligada a los testamentos o a los mayorazgos”.

Los obispados eran 10, “presentados por la Corona de España, y luego nombrados por la Santa Sede. El número de sacerdotes y de religiosos era entre 8,000 y 9,000; descontando los religiosos no ordenados, el total de sacerdotes se reduce a 6,000. También es notoria la desproporción de la distribución de los sacerdotes. Mientras que en el arzobispado de México vivían 2,657 sacerdotes, en Texas solamente había 13 franciscanos. En Puebla había un poco más de 1,000 sacerdotes y, en cambio, en la Alta California no llegaban a 40 los misioneros franciscanos”

El movimiento de Independencia no fue fácil, costó miles de vidas y grandes sacrificios al pueblo, pues finalmente, un 27 de septiembre de 1821, el Ejército Trigarante, bajo el mando de Iturbide entró a la Ciudad de México, en lo que se considera como la consumación de la Independencia.

Hoy a 200 años de la consumación de la independencia, la constante narrativa del ejecutivo federal en nada ayuda el señalamiento de cubrirse con los errores del pasado para evadir la responsabilidad; ¿Cuánto tiempo vamos a seguir perdiendo el futuro de nuestro país viviendo y discutiendo la coyuntura de problemas irrelevantes?; más allá de seguir culpando al pasado.

En la columna de Pascal Beltrán del Rio. (excelsior septiembre 29 de 2021). Destaca la intervención del cardenal Sandri, invitado el lunes en el Zócalo, me parece relevante; “También hoy el pueblo mexicano tiene necesidad de superar cualquier visión reductiva, ideológica o parcial que motive directa o indirectamente el antagonismo de unos contra otros. Este tipo de visiones dividen y crean enemistad. Sólo respirando aire limpio será posible andar y emprender el nuevo viaje que exige la Independencia. Un viaje que debe trascender el encono, la lógica del conflicto y de la polarización. Todos necesitamos una forma de vida más alta, basada en la fraternidad, que nos permita construir el auténtico bien común”

Postura muy sólida la del cardenal Sandri. Pues lo cierto es que la celebración del bicentenario, debe honrarse con trabajo sustentado en valores, progreso, unidad y cohesión social, con el propósito de seguir forjando una sociedad más libre y más igualitaria, así como la soñaron quienes dieron la vida para conseguirla.

Las acciones y el trabajo gubernamental desde el poder, deben efectuarse, desde el poder, con valores, no como una imposición, para promover una nueva cultura de convivencia, de inclusión y armonía, para disminuir pobreza y desigualdad.

Sus comentarios jrobertofl2021@outlook.com

La lucha por la independencia de nuestro país tuvo una duración de 11 años, inició el 16 de septiembre de 1810 con el llamado del cura Miguel Hidalgo a levantarse en armas, con el conocido Grito de Dolores.

Sin duda, la Revolución Francesa sacudió a Europa, la cual venía precedida por la desigualdad social, la pobreza y la inconformidad, queda plasmada en ideales expresados mediante el lema de: “«Libertad, Igualdad, Fraternidad»; la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, la ejecución en la guillotina del rey Luis XVI y de la reina María Antonieta y la masiva participación popular no dejaron de impresionar a las colonias españolas”.

El descontento de diversos sectores incluyendo el indígena, así como los acontecimientos de Europa y de sus ideas políticas de finales del siglo XVIII, fueron referente para la lucha por la Independencia en México y América Latina.

La cual se inició con Haití, que era dominada por los franceses; proclama su independencia en 1804 y la defendieron con éxito ante intentos de reconquista, fue sin duda, lo que motivo y favoreció las ideas de la independencia en México.

Al inicio del siglo XIX, la población de la Nueva España, estaba estructurada de la siguiente manera “70,000 españoles nacidos en España; 1,245,000 Criollos; 3,100,000 Indios; 1,410,000 Castas; 10,000 Negros.”

La tenencia de la tierra se clasificaba en: “comunal de los pueblos indígenas, la comunal de los nuevos pueblos postcortesianos, la propiedad de la Iglesia, la propiedad particular indivisible, ligada a los testamentos o a los mayorazgos”.

Los obispados eran 10, “presentados por la Corona de España, y luego nombrados por la Santa Sede. El número de sacerdotes y de religiosos era entre 8,000 y 9,000; descontando los religiosos no ordenados, el total de sacerdotes se reduce a 6,000. También es notoria la desproporción de la distribución de los sacerdotes. Mientras que en el arzobispado de México vivían 2,657 sacerdotes, en Texas solamente había 13 franciscanos. En Puebla había un poco más de 1,000 sacerdotes y, en cambio, en la Alta California no llegaban a 40 los misioneros franciscanos”

El movimiento de Independencia no fue fácil, costó miles de vidas y grandes sacrificios al pueblo, pues finalmente, un 27 de septiembre de 1821, el Ejército Trigarante, bajo el mando de Iturbide entró a la Ciudad de México, en lo que se considera como la consumación de la Independencia.

Hoy a 200 años de la consumación de la independencia, la constante narrativa del ejecutivo federal en nada ayuda el señalamiento de cubrirse con los errores del pasado para evadir la responsabilidad; ¿Cuánto tiempo vamos a seguir perdiendo el futuro de nuestro país viviendo y discutiendo la coyuntura de problemas irrelevantes?; más allá de seguir culpando al pasado.

En la columna de Pascal Beltrán del Rio. (excelsior septiembre 29 de 2021). Destaca la intervención del cardenal Sandri, invitado el lunes en el Zócalo, me parece relevante; “También hoy el pueblo mexicano tiene necesidad de superar cualquier visión reductiva, ideológica o parcial que motive directa o indirectamente el antagonismo de unos contra otros. Este tipo de visiones dividen y crean enemistad. Sólo respirando aire limpio será posible andar y emprender el nuevo viaje que exige la Independencia. Un viaje que debe trascender el encono, la lógica del conflicto y de la polarización. Todos necesitamos una forma de vida más alta, basada en la fraternidad, que nos permita construir el auténtico bien común”

Postura muy sólida la del cardenal Sandri. Pues lo cierto es que la celebración del bicentenario, debe honrarse con trabajo sustentado en valores, progreso, unidad y cohesión social, con el propósito de seguir forjando una sociedad más libre y más igualitaria, así como la soñaron quienes dieron la vida para conseguirla.

Las acciones y el trabajo gubernamental desde el poder, deben efectuarse, desde el poder, con valores, no como una imposición, para promover una nueva cultura de convivencia, de inclusión y armonía, para disminuir pobreza y desigualdad.

Sus comentarios jrobertofl2021@outlook.com